miércoles, 6 de septiembre de 2017

LA CANALLA MEDIÁTICA Segunda parte

LA CANALLA MEDIÁTICA
Segunda parte
Luis Alberto Echazú Alvarado



La canalla mediática está en todos los países. Es consustancial a la dominación política e ideológica en la actual época del capitalismo imperialista. El dominio y monopolio de los medios de comunicación, información y opinión es fundamental para mantener y perpetuar su poder político.

En Bolivia desde los barones de la plata primero y de los barones del estaño después, este dominio y su influencia tenían límites bien definidos por la pobreza de los sectores populares y sobre todo por el mayoritario analfabetismo.

En la actualidad por el desarrollo inusitado de las tecnologías de la información y comunicación (TICs), la alfabetización y el aumento del poder adquisitivo de la población, su influencia ha crecido de tal forma que se constituye en el aparato ideológico por excelencia, más aun por el descredito de los partidos políticos tradicionales funciona como el Partido Político de la derecha.

En nuestro país, la canalla mediática boliviana, ha sido denominada como el “Cartel de la Mentira”, pero éste es solo una parte de la canalla mediática, pero es su núcleo duro, o si se quiere su vanguardia políticamente organizada.

Su despliegue se ha hecho evidente y su acción más agresiva, mentirosa y canallezca desde el ascenso al poder de Evo Morales Ayma.

La canalla mediática en Bolivia está constituida por los principales periódicos de circulación nacional, cuyos propietarios no pueden disimular su origen oligárquico, reaccionario y proimperialista. Sus columnistas y editorialistas son conocidos políticos de los partidos tradicionales, así como sus asesores. No faltan izquierdistas resentidos, arrepentidos y renegados de sus convicciones pasadas, tampoco escribas y asesores de los gobiernos dictatoriales y golpistas, que ahora presumen de demócratas.

Veamos más de cerca cómo opera la canalla mediática en los medios escritos.
Editoriales, noticias, entrevistas y artículos de opinión total y absolutamente parcializados, cuando no falsos de toda falsedad, escritos siempre por los mismos periodistas, tanto nacionales como extranjeros. Los entrevistados son también siempre los mismos, las fuentes siempre las mismas de agencias noticiosas de la gran prensa reaccionaria mundial, es decir de la canalla mediática internacional. Entonces la canalla mediática nacional es una agencia de la gran canalla mediática internacional dirigida por los grandes periódicos y agencias norteamericanas y europeas. Un bombardeo constante de noticias referidas a gobiernos progresistas son distorsionadas y manipuladas, mostrando muchas veces fotos de otros países, hechos de otras épocas y contextos. Por el contrario se ocultan las políticas y acciones de gobiernos sumisos a los poderes imperialistas, pero sobre todo a las prácticas imperialistas de agresión de países y pueblos y el saqueo de sus recursos naturales. Es muy difícil aceptar cómo la prensa nacional y mundial puede calificar a la democracia norteamericana como al modelo a imitar. La democracia de los multimillonarios y sus empresas que explota, asesina, oprime y discrimina a negros, latinos y asiáticos dentro de su territorio e invade, bombardea y destruye países enteros, cometiendo verdaderos genocidios desde hace ya más de 200 años. La  prensa se ocupa de transformar estos viles genocidios y holocaustos en políticas que promueven nada menos que…. ¡¡¡ La democracia y los derechos humanos !!!   ¡¡Jamás se podrá presenciar semejante canallada !!!!
¡¡¡ Pero es el rol de la canalla mediática !!! y de ahí proviene su nombre, no cómo insulto sino como definición.

Otro de sus componentes son las cadenas televisivas cuyos propietarios son igualmente familias de perfil reaccionario y conservador, antiguos y nuevos latifundistas y ganaderos comprometidos y partícipes de los gobiernos dictatoriales de Banzer y García Meza. En estos medios se regodean “analistas”, “expertos”, “peritos”, “técnicos”, en realidad políticos de derecha, aunque también como en los periódicos, izquierdistas renegados que ocupan los espacios de forma excluyente, para denigrar al presidente, a los ministros a dirigentes de los movimientos sociales, para oponerse a los proyectos estratégicos y a las políticas sociales del gobierno. Son feroces críticos del supuesto extractivismo del gobierno y de la corrupción.

Todos estos se presentan como analistas independientes, demócratas, ecologistas, defensores de los derechos humanos, de los pueblos indígenas y de la madre tierra.   

Finalmente los medios radiales que son quizá los de mayor penetración en el pueblo por su accesibilidad para la población rural. Las cadenas radiales tanto privadas como las de las iglesias católica y cristiana (con algunas honrosas excepciones) son la expresión más concentrada y eficaz de la canalla mediática en Bolivia. Noticieros con comentarios políticos se desarrollan al menos 3 veces al día, difundiendo una y otra vez criterios totalmente atrabiliarios, subjetivos,  calumniadores y hasta insultativos, pero que pasan como información neutral y objetiva, desde luego siempre contra el gobierno del presidente Evo Morales y contra otros gobiernos y mandatarios progresistas y antiimperialistas. Aquí no tienen cabida otros criterios y si los hay son solo solitarios y aislados para cubrir la apariencia de una falsa neutralidad política.

Programas de entrevistas y noticias que prácticamente todas las mañana y/o las tardes o noches, entrevistan a los mismos personajes, desde luego enemigos del proceso de cambio, que comparten los criterios de periodistas “apolíticos” pero que hacen política desde el primer minuto hasta la finalización de los extensos programas.

Los monopolizadores de la palabra y la opinión que dirigen tanto los noticieros como estos otros programas de entrevistas y noticias dirigen también pláticas de café en la mañana y en la tarde con el mismo tenor, atacando a los políticos, pero especialmente a aquellos del gobierno y de la izquierda. Los otros los de la derecha y la oposición son  calificados como “analistas” o “expertos”.

Pero ahí no acaba su perorata diaria; pasan como hombres invisibles, emulando a Dios, pero haciendo política, autocalificándose como apolíticos.
¿Programas de debate? ¿Se puede concebir un debate serio y sobre todo democrático cuando sistemáticamente se invita a dos o tres representantes conspicuos de la derecha, junto a uno solo del gobierno o de posiciones progresistas  o de izquierda, pero además este llanero solitario debe enfrentar no solo a sus oponentes que le triplican en número sino también a los “neutrales” periodistas que hacen de moderadores, pero que no solo comparten los criterios de los opositores sino que muchas veces son los que  intervienen con la mayor y agresiva parcialidad. 


En la tercera parte de este artículo desarrollaremos las mentiras de la canalla mediática, que difundieron en los últimos años a través de la prensa escrita, oral y televisiva.

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