viernes, 29 de junio de 2018

EL DOMINIO DE EE.UU. SOBRE AMÉRICA LATINA: DESDE UN MANDATO DIVINO HASTA LA DOCTRINA OBAMA

EL DOMINIO DE EE.UU. SOBRE AMÉRICA LATINA: DESDE UN MANDATO DIVINO HASTA LA DOCTRINA OBAMA
La historia de Estados Unidos ha estado acompañada por la creencia de que son un pueblo destinado por Dios para dominar a otros.
"Estados Unidos nunca ha renunciado a sus pretensiones de dominar América Latina y el Caribe", asegura el académico venezolano Mario Sanoja Obediente, miembro vitalicio de la Academia Nacional de la Historia de Venezuela.
Únicamente, detalla, existe "un breve período registrado entre la salida de Barack Obama y el inicio de la presidencia de Donald Trump", cuando la geopolítica de EE.UU. parecía reorientarse hacia otras regiones del mundo.
Sin embargo, la reciente visita del vicepresidente Mike Pence a Brasil y Ecuador, en medio de la aplicación de una serie de sanciones a Caracas, reviven el debate sobre la hegemonía estadounidense en la región.
El escritor e intelectual Luis Britto García afirma que la clase dirigente de Estados Unidos realmente "se cree destinada por la providencia divina para dominar el mundo".
Una idea de larga data y que ha inspirado la política exterior de esa nación norteamericana, bajo tres pilares fundamentales: superioridad racial, mandato divino y el mercado.
La doctrina Monroe
En 1823, el entonces presidente de Estados Unidos, James Monroe, dirigió un discurso al Congreso que luego sería conocido como la Doctrina Monroe. Allí expresó la conocida frase: "América para los americanos".
En su argumentación, el político dejaba claro que cualquier intento de colonización europea en América Latina sería considerado como una manifestación hostil hacia EE.UU.
Según el libro 'Diccionario latinoamericano de seguridad y geopolítica', "desde 1823, la Doctrina Monroe ha sido la pieza central de la política estadounidense hacia América Latina y ha servido para justificar frecuentes intervenciones económicas y militares".
Providencia divina
A la doctrina Monroe, le siguió un argumento de carácter religioso, y que apareció por primera vez en 1845, cuando el columnista John O' Sullivan lo incluyó en un artículo titulado 'Anexión', publicado en la revista United States Magazine and Democratic Review, en medio de un debate por la inclusión de Texas en la unión: el destino manifiesto.
Ese destino se expresa como una filosofía estadounidense para explicar la forma que tiene esa nación para entender su lugar en el mundo y la relación con otros pueblos.
El periodista O' Sullivan reclamaba que había naciones europeas que intentaban impedir la anexión de Texas, y que lo hacían para "torcer nuestra política y obstaculizar nuestro poder, limitando nuestra grandeza y bloqueando nuestro destino manifiesto de cubrir el continente señalado por la Providencia para el libre desarrollo de nuestros millones multiplicados cada año".
Ya en el año 2012, la periodista e investigadora argentina Telma Luzzani escribe en el libro 'Territorios Vigilados' que "el argumento del periodista [O' Sullivan] se basaba en una convicción que llega hasta nuestros días y es la de que Dios había elegido no simplemente a un grupo de hombres y mujeres (anglosajones) racialmente superiores, sino a un pueblo en su conjunto (EE.UU.) para llevar a cabo su proyecto divino en este planeta".
Religión y militares
Varios años después de la adopción del destino manifiesto como filosofía geopolítica, un pastor religioso y un marino militar tendrán una enorme repercusión en las ideas de dominación desarrolladas por la política exterior estadounidense.
En 1885, el líder religioso Josiah Strong publica el libro 'Nuestro País'. Allí, a manera de prédica religiosa, señala que por mandato divino los norteamericanos no solo tenían la obligación de expandirse y dominar el mundo, sino también hacer buenos negocios.
Además, Strong escribió que Dios había legado, no solo una parte, sino todo el continente americano a la raza anglosajona para que se entrenase en la competencia final entre las razas.
Poco después, el estratega militar Alfred Thayer Mahan pone a circular en 1890 el libro 'Influencia del poder naval en la historia', que como apunta Telma Luzzani, "revolucionó la concepción geoestratégica de su tiempo" al introducir la noción de que "quien domine los mares, dominará el mundo".
A Mahan se le debe el diseño estratégico de las bases militares que Estados Unidos ha diseminado por el mundo entero. Así, el navegante estaba convencido de que al instalar bases militares se podía conquistar espacio y poder.
Corolario Roosevelt
Cada doctrina estadounidense aplicada a su geopolítica ha debido adaptarse a situaciones no previstas. El más famoso acomodo histórico es el que se conoce como el Corolario Roosevelt.
En 1902, relata en un artículo para El Telégrafo el historiador ecuatoriano Jorge Núñez Sánchez, los puertos de Venezuela, que era gobernada por Cipriano Castro (1899-1908), fueron bloqueados por barcos de guerra ingleses, alemanes e italianos, en reclamo del pago de una deuda del gobierno con empresarios europeos.
Ese episodio demostró que la consigna "América para los americanos" era más bien "América para los norteamericanos", como se menciona popularmente en la región, ya que Estados Unidos no apoyó a Venezuela y justificó la agresión europea.
Con el llamado corolario, el presidente Theodore Roosevelt (1901-1909) argumentó que EE.UU se oponía a que potencias extracontinentales tomaran territorios americanos, pero respaldaba intervenciones militares para cobrar deudas.
"Un mal proceder brutal o la impotencia que resulta de un quebranto general de las condiciones de la sociedad civilizada, pueden requerir, en último término, la intervención de una nación civilizada en esos países. En el hemisferio occidental, los Estados Unidos no pueden ignorar este deber", dijo el entonces presidente Roosevelt.
Durante el mandato de Roosevelt también fue dada a conocer otra iniciativa con poca popularidad en la región como: La política del gran garrote.
"Diplomacia del dólar"
William Howard Taft, sucesor de Roosevelt, aplicó la llamada "diplomacia del dólar". Una política exterior que estaba dirigida a fomentar y defender los intereses norteamericanos en la región, sustituyendo las balas y el garrote por inversiones económicas.
No obstante, Taft tampoco renunció al dominio estadounidense de la región. "No está lejano el día en que tres banderas de barras y estrellas señalen en tres sitios equidistantes la extensión de nuestro territorio: una en el Polo Norte, otra en el Canal de Panamá y la tercera en el Polo Sur. Todo el hemisferio será nuestro, de hecho como, en virtud de nuestra superioridad racial, ya es nuestro moralmente", dijo Taft citado por Eduardo Galeano en el libro 'Las venas abiertas de América Latina'.
Los años 60 y Kennedy
Entre los años 1961 y 1970, el presidente John F. Kennedy desarrolló la 'Alianza para el Progreso', un programa de ayuda económica, política y social de Estados Unidos para la región.
La Alianza para el Progreso duraría 10 años en los que se invertirían unos 20.000 millones de dólares en ayudas de agencias financieras multilaterales.
La idea base de ese programa "era la de buscar, a través del desarrollo económico, el freno a movimientos revolucionarios y la consolidación de la democracia", indica el sitio EcuRed.
La Doctrina Obama
El 3 de enero de 2012 apareció la Doctrina Obama, rubricada por el primer presidente afroamericano de ese país: Barack Obama.
Telma Luzzani explica en su libro que EE.UU. se propuso mantener la presencia militar en América Latina mediante "formas innovadoras", como el relacionamiento entre las fuerzas armadas, los ejercicios militares conjuntos y la "presencia de un número reducido de tropas en forma rotativa".
El historiador dominicano Alberto Quezada observa que desde principios del siglo XX y hasta nuestros días "los pueblos de América y el mundo han tenido que acoger, de manera forzada" todas las imposiciones de Estados Unidos.
Quezada apunta en un artículo para El Nacional que esas "teorías, doctrinas y conceptos, no han sido más que instrumentos de intromisión en la política interna de los Estados".
Momento histórico
El historiador Mario Sanoja precisa que la reunión entre Trump y Kim Jong-un "produjo una reversión de la estrategia estadounidense", lo que también impactará en sus procedimientos en Latinoamérica.
"Ahora, Washington debe pasar la mirada por China y Rusia antes de tomar decisiones sobre nuestra región, porque EE.UU. compite económicamente con China y políticamente con Rusia", dijo Sanoja.
Luis Britto García agrega que el Proyecto para un Nuevo Siglo Americano (Project for the New American Century), ha chocado con una realidad incuestionable.
"China aparece en el tablero como la primera potencia económica mundial, mientras Estados Unidos vive una crisis económica devastadora", detalla Britto García.
Refiriéndose a la amenaza militar que Trump hizo a Caracas, el intelectual asevera que "si en Venezuela no están lloviendo bombas, es porque aún contamos con un paraguas diplomático que sostienen China y Rusia, países con poder de veto en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas".
Ernesto J. Navarro

jueves, 28 de junio de 2018

¿QUÉ ESTÁ PASANDO EN LA UPEA?


¿QUÉ ESTÁ PASANDO EN LA UPEA?
Escuchar a estudiantes exigir dinero para su educación y presupuesto para su universidad pública, nos despierta a todos empatía y solidaridad de lucha, pues la educación es un derecho y es obligación del Estado asegurarse del financiamiento de esta. Esto nos lleva a analizar cuál es la situación económica de la universidad pública de El Alto, que orilla a los estudiantes a tan agresivas y violentas manifestaciones.
Para entender esto primero es necesario comprender cuales son los ingresos con los que cuenta la universidad, y cuál es el destino de estos ingresos. Los recursos proporcionados por el Estado son de dos tipos: Impuesto Directo a los Hidrocarburos y el de coparticipación tributaria, no siendo estas las únicas fuentes de ingresos que poseen, pues las universidades pueden aceptar donaciones de otras instituciones y generar sus propios recursos, mediante tramites, matriculación y prestación de servicios.
El primero es el 6,9% del Impuesto Directo a los Hidrocarburos a favor de las Universidades. Ingresos que son dispuestos para la inversión, construcción de infraestructura, equipamiento de aulas y laboratorios, becas de excelencia, becas comedor, etc., aspectos necesarios para que los universitarios estudien en buenas condiciones.
El segundo está contemplado en la ley 031, establece que el 5% de la recaudación de los impuestos ésta destinado a las universidades públicas del país. Cabe destacar que en esta disposición no se encontraba incluida la UPEA, por lo que se decretó la ley 195 que la incluía, incrementándose 0,335%. Este porcentaje dispuesto para la UPEA no es estático, pues varía en función a la cantidad de estudiantes en las universidades del departamento (UMSA y UPEA), si del 100% de jóvenes paceños que asisten a la universidad, incrementa el porcentaje que va a la UPEA, de igual forma incrementara su presupuesto. Estos ingresos son utilizados para solventar el gasto público, pagar los salarios de docentes y administrativos, básicamente.
Ahora bien, la siguiente pregunta sería: ¿qué exigen los estudiantes?
Los estudiantes exigen que se modifique la ley 195 para que su universidad reciba mayor porcentaje de la recaudación de impuestos, dinero que no irá en beneficio de su estamento, si no que ira directamente en beneficio de docentes y administrativos que podrán darse el lujo de aumentar sus ya inflados salarios, si esta lucha es por los intereses de ellos, ¿porque no son ellos los que hacen huelga de hambre? ¿Por qué no son ellos los que se enfrentan a los policías y se hacen gasificar o detener? Pues es porque, para eso los tienen a los jóvenes universitarios, para ponerse de carne de cañón, para que pongan el pecho y la vida, por defender intereses mezquinos.
Si estos jóvenes combativos supiesen que el principal gasto de su universidad se destina a salarios, que en la última década aumentaron en un 400%, que mientras ellos luchan, su rector holgazanea y cobra más de 22.000 bolivianos; las protestas viraría hacia quienes se aprovecharon del carácter y la rebeldía de estudiantes que creen que están defendiendo sus derechos. Es indignante que estos jóvenes sean utilizados, por intereses económicos de gente que mira cómodamente las protestas y por intereses políticos de gente que se pasea por las marchas.
Los dirigentes estudiantiles en vez de servir de peones de los docentes deberían responder a su estamento y transparentar el panorama del presupuesto, para que nadie robe las luchas de los estudiantes.
Yanela Echazú
Movimiento Insurgente Universitario – La Resistencia

miércoles, 27 de junio de 2018

MANIFIESTO LIMINAR DE LA REFORMA UNIVERSITARIA



MANIFIESTO LIMINAR DE 
LA REFORMA UNIVERSITARIA

LA JUVENTUD ARGENTINA DE CÓRDOBA
 A LOS HOMBRES LIBRES DE SUD AMÉRICA.

Hombres de una república libre, acabamos de romper la última cadena que en pleno Siglo XX nos ataba a la antigua dominación monárquica y monástica. Hemos resuelto llamar a las cosas por el nombre que tienen. Córdoba se redime. Desde hoy contamos para el país una vergüenza menos y una libertad más. Los dolores que nos quedan son las libertades que nos faltan. Creemos no equivocarnos, las resonancias del corazón nos lo advierten: estamos pisando sobre una revolución, estamos viviendo una hora americana.

La rebeldía estalla ahora en Córdoba y es violenta, porque aquí los tiranos nos habían ensoberbecido y porque era necesario borrar para siempre el recuerdo de los contra-revolucionarios de Mayo. Las Universidades han sido hasta aquí el refugio secular de los mediocres, la renta de los ignorantes, la hospitalización segura de los inválidos y –lo que es peor aún – el lugar en donde todas las formas de tiranizar y de insensibilizar hallaron la cátedra que las dictara. Las universidades han llegado a ser así el fiel reflejo de estas sociedades decadentes que se empeñan en ofrecer el triste espectáculo de una inmovilidad senil. Por eso es la Ciencia, frente a estas casas mudas y cerradas, que pasa silenciosa o entra mutilada y grotesca al servicio burocrático. Cuando en un rapto fugaz abre sus puertas a los altos espíritus es para arrepentirse luego y hacerles imposible la vida en su recinto. Por eso es que, dentro de semejante régimen, las fuerzas naturales llevan a mediocrizar la enseñanza, y el ensanchamiento vital de los organismos universitarios no es el fruto del desarrollo orgánico, sino el aliento de la periodicidad revolucionaria.

Nuestro régimen universitario –aún el más reciente—es anacrónico. Está fundado sobre una especie del derecho divino: el derecho divino del profesorado universitario. Se crea a sí mismo. En él nace y en él muere. Mantiene un alejamiento olímpico. La Federación Universitaria de Córdoba se alza para luchar contra este régimen y entiende que en ello le va la vida. Reclama un gobierno estrictamente democrático y sostiene que el demos universitario, la soberanía, el derecho a darse el gobierno propio radica principalmente en los estudiantes. El concepto de Autoridad que corresponde y acompaña a un director o a un maestro en un hogar de estudiantes universitarios, no sólo puede apoyarse en la fuerza de disciplinas extrañas a la subsistencia misma de sus estudiosos. La autoridad en un hogar de estudiantes, no se ejercita mandando, sino sugiriendo y amando: Enseñando. Si no existe una vinculación espiritual entre el que enseña y el que aprende, toda enseñanza es hostil y por consiguiente infecunda. Toda la educación es una larga obra de amor a los que aprenden. Fundar la garantía de una paz fecunda en el artículo conminatoria de un reglamento o de un estatuto es, en todo caso, amparar un régimen cuartelario, pero no a una labor de Ciencia. Mantener la actual relación de gobernantes a gobernados es agitar el fermento de futuros trastornos. Las almas de los jóvenes deben ser movidas por fuerzas espirituales. Los gastados resortes de la autoridad que emana de la fuerza no se avienen con lo que reclama el sentimiento y el concepto moderno de las universidades. El chasquido del látigo sólo puede rubricar el silencio de los inconscientes o de los cobardes. La única actitud silenciosa, que cabe en un instituto de Ciencia es la del que escucha una verdad o la del que experimenta para crearla o comprobarla.

Por eso queremos arrancar de raíz en el organismo universitario el arcaico y bárbaro concepto de Autoridad que en estas Casas es un baluarte de absurda tiranía y sólo sirve para proteger criminalmente la falsa-dignidad y la falsa-competencia.

Ahora advertimos que la reciente reforma, sinceramente liberal, aportada a la Universidad de Córdoba por el Dr. José Nicolás Matienzo, sólo ha venido a probar que el mal era más afligente de los que imaginábamos y que los antiguos privilegios disimulaban un estado de avanzada descomposición. La reforma Matienzo no ha inaugurado una democracia universitaria, ha sancionado el predominio de una casta de profesores. Los intereses creados en torno de los mediocres han encontrado en ella un inesperado apoyo. Se nos acusa ahora de insurrectos en nombre de una orden que no discutimos, pero que nada tiene que hacer con nosotros. Si ello es así, si en nombre del orden se nos quiere seguir burlando y embruteciendo, proclamando bien alto el derecho sagrado a la insurrección. Entonces la única puerta que nos queda abierta a la esperanza es el destino heroico de la juventud. El sacrificio es nuestro mejor estímulo, la redención espiritual de las juventudes americanas nuestra única recompensa, pues sabemos que nuestras verdades lo son  -y dolorosas- de todo el continente. Que en nuestro país una ley –se dice- la de Avellaneda, se opone a nuestros anhelos. Pues a reformar la ley, que nuestra salud moral lo está exigiendo.

La juventud vive siempre en trance de heroísmo. Es desinteresada, es pura. No ha tenido tiempo aún de contaminarse. No se equivoca nunca en la elección de sus propios maestros. Ante los jóvenes no se hace mérito adulando o comprando. Hay que dejar que ellos mismos elijan sus maestros y directores, seguros de que el acierto ha de coronar a sus determinaciones. En adelante solo podrán ser maestros en la futura república universitaria los verdaderos constructores de alma, los creadores de verdad, de belleza y de bien.

La juventud universitaria de Córdoba cree que ha llegado la hora de plantear este grave problema a la consideración del país y de sus hombres representativos. Los sucesos acaecidos recientemente en la Universidad de Córdoba, con motivo de la elección rectoral, aclara singularmente nuestra razón en la manera de apreciar el conflicto universitario. La Federación Universitaria de Córdoba cree que debe hacer conocer al país y América las circunstancias de orden moral y jurídico que invalidan el acto electoral verificado el 15 de junio. El confesar los ideales y principios que mueven a la juventud en esta hora única de su vida, quiere referir los aspectos locales del conflicto y levantar bien alta la llama que está quemando el viejo reducto de la opresión clerical. 

En la Universidad Nacional de Córdoba y en esta ciudad no se han presenciado desórdenes; se ha contemplado y se contempla el nacimiento de una verdadera revolución que ha de agrupar bien pronto bajo su bandera a todos los hombres libres del continente. Referiremos los sucesos para que se vea cuanta vergüenza nos sacó a la cara la cobardía y la perfidia de los reaccionarios. Los actos de violencia, de los cuales nos responsabilizamos íntegramente, se cumplían como en el ejercicio de puras ideas. Volteamos lo que representaba un alzamiento anacrónico y lo hicimos para poder levantar siquiera el corazón sobre esas ruinas. Aquellos representan también la medida de nuestra indignación en presencia de la miseria oral, de la simulación y del engaño artero que pretendía filtrarse con las apariencias de la legalidad. El sentido moral estaba oscurecido en las clases dirigentes por un fariseísmo tradicional y por una pavorosa indigencia de ideales.

El espectáculo que ofrecía la Asamblea Universitaria era repugnante. Grupos de amorales deseosos de captarse la buena voluntad del futuro rector exploraban los contornos en el primer escrutinio, para inclinarse luego al bando que parecía asegurar el triunfo, sin recordar la adhesión públicamente empeñada, en el compromiso de honor contraído por los intereses de la Universidad. Otros –los más- en nombre del sentimiento religioso y bajo la advocación de la Compañía de Jesús, exhortaban a la traición y al pronunciamiento subalterno. (¡Curiosa religión que enseña a menospreciar el honor y deprimir la personalidad! ¡Religión para vencidos o para esclavos!). Se había obtenido una reforma liberal mediante el sacrificio heroico de una juventud. Se creía haber conquistado una garantía y de la garantía se apoderaban los únicos enemigos de la reforma. En la sombra los jesuitas habían preparado el triunfo de una profunda inmoralidad. Consentirla habría comportado otra traición. A la burla respondimos con la revolución. La mayoría expresaba la suma de represión, de la ignorancia y del vicio. Entonces dimos la única lección que cumplía y espantamos para siempre la amenaza del dominio clerical.

La sanción moral es nuestra. El derecho también. Aquellos pudieron obtener la sanción jurídica, empotrarse en la Ley. No se lo permitiremos. Antes de que la iniquidad fuera un acto jurídico, irrevocable y completo, nos apoderamos del Salón de Actos y arrojamos a la canalla, solo entonces amedrentada, a la vera de los claustros. Que es cierto, lo patentiza el hecho de haber, a continuación, sesionaba en el propio Salón de Actos de la Federación Universitaria y de haber firmado mil estudiantes sobre el mismo pupitre rectoral, la declaración de la huelga indefinida.

En efecto, los estatutos reformados disponen que la elección de rector terminará en una sola sesión, proclamándose inmediatamente el resultado, previa lectura de cada una de las boletas y aprobación del acta respectiva. Afirmamos sin temor de ser rectificados, que las boletas no fueron leídas, que el acta no fue aprobada, que el rector no fue proclamado, y que, por consiguiente, para la ley, aún no existe rector de esta universidad.

La juventud universitaria de Córdoba afirma que jamás hizo cuestión de nombres ni de empleos. Se levantó contra un régimen administrativo, contra un método docente, contra un concepto de autoridad. Las funciones públicas se ejercitaban en beneficio de determinadas camarillas. No se reformaban ni planes ni reglamentos por temor de que alguien en los cambios pudiera perder su empleo. La consigna de “hoy para ti, mañana para mí”, corría de boca en boca y asumía la preeminencia de estatuto universitario. Los métodos docentes estaban viciados de un estrecho dogmatismo, contribuyendo a mantener a la universidad apartada de la Ciencia y de las disciplinas modernas. Las lecciones, encerradas en la repetición interminable de viejos textos, amparaban el espíritu de rutina y de sumisión. Los cuerpos universitarios, celosos guardianes de los dogmas, trataban de mantener en clausura a la juventud, creyendo que la conspiración el silencio puede ser ejercitada en contra de la Ciencia. Fue entonces cuando la oscura Universidad Mediterránea cerró sus puertas a Ferri. A Ferrero, a Palacios y a otros, ante el temor de que fuera perturbada su plácida ignorancia. Hicimos entonces una santa revolución y el régimen cayó a nuestros golpes.

Creímos honradamente que nuestro esfuerzo había creado algo nuevo, que por lo menos la elevación de nuestros ideales merecía algún respeto. Asombrados, contemplamos entonces cómo se coaligaban para arrebatar nuestra conquista los más crudos reaccionarios.

No podemos dejar librada nuestra suerte a la tiranía de una secta religiosa, no al juego de intereses egoístas. A ellos se nos quiere sacrificar. El que se titula rector de la Universidad de San Carlos ha dicho su primera palabra: “Prefiero antes de renunciar que quede el tendal de cadáveres de los estudiantes”. Palabras llenas de piedad y amor, de respeto reverencioso a la disciplina; palabras dignas del jefe de una casa de altos estudios. No invoca ideales ni propósitos de acción cultural. Se siente custodiado por la fuerza y se alza soberbio y amenazador. ¡Armoniosa lección que acaba de dar a la juventud el primer ciudadano de una democracia universitaria! Recojamos la lección, compañero de toda América; acaso tenga el sentido de un presagio glorioso, la virtud de un llamamiento a la lucha suprema por la libertad; ella nos muestra el verdadero carácter de la autoridad universitaria, tiránica y obcecada, que ve en cada petición un agravio y en cada pensamiento una semilla de rebelión.

La juventud ya no pide. Exige que se le reconozca su derecho a exteriorizar ese pensamiento propio de los cuerpos universitarios por medio de sus representantes. Está cansada de soportar a los tiranos. Si ha sido capaz de realizar una revolución en las conciencias, no puede desconocérsele la capacidad de intervenir en el gobierno de su propia casa.

La juventud universitaria de Córdoba, por intermedio de su Federación, saluda a los compañeros de América toda y les incita a colaborar en la obra de libertad que inicia.

21 de junio de 1918.

Enrique F. Barros, Horacio Valdez, Ismael C. Bordabehere, presidente. Gumersindo Sayago, Alfredo Castellanos, Luís M. Méndez, Jorge I. Bazante, Ceferino Garzón Maceda, Julio Molina, Carlos Suárez Pinto, Emilio R. Biagosch, Ángel J. Nigro, Natalio J. Saibene, Antonio Medina Allende, Ernesto Garzón.


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A CIEN AÑOS DEL MANIFIESTO LIMINAR DE CÓRDOBA


23-06-18
Int. No. 438.
A CIEN AÑOS DEL MANIFIESTO LIMINAR DE CÓRDOBA
Hacen hoy (21 de junio), cien años que, en la Universidad Nacional de Córdoba-Argentina, se dio publicidad a un manifiesto que es toda una declaración latinoamericana de libertad, democracia, justicia social y libertad de pensamiento.
“Hoy en día, este manifiesto es muy poco conocido entre las autoridades universitarias, los docentes y los estudiantes. Esto porque su contendido refleja el espíritu de una universidad revolucionaria y creadora de conocimiento, Por ejemplo, entre otros principios, señala que “las universidades han sido hasta aquí el refugio secular de los mediocres, la renta de los ignorantes, la hospitalización segura de los inválidos y, lo que es peor aún, el lugar donde todas las formas de tiranizar y de insensibilizar hallaron cátedra que las dictara…
El párrafo anterior parece un diagnóstico realizado hace cien años para anunciarnos que lo que está sucediendo hoy en día en Bolivia…” (1)
Efectivamente, no nos queda más que dar la razón al articulista de “La Razón” que, haciendo referencia al acontecimiento histórico, denuncia que ese documento es desconocido e ignorado por las autoridades y muchos menos por los docentes y los estudiantes.
No conocemos ningún evento, hasta ahora, que se hubiera realizado conmemorando el centenario del documento más importante de la ideología política en Sudamérica.
La UMSA está más preocupada de apoyar a la UPEA y sus “reivindicaciones” que constituyen el ejemplo más destacado de las crisis universitarias denunciadas por nuestro Manifiesto Liminar histórico. Nunca como actualmente, la universidad boliviana y alguna de las universidades en especial (UPEA), son el claro testimonio de esos defectos que ya han hecho crisis
Destacando que por estos nuestros tiempos, la Universidad Boliviana está viviendo las sombras más oscuras de su historia por que, con el mando encubridor de una “autonomía” falsa y desnaturalizada, se pretende convertirla en una trinchera del conservadurismo más reaccionario. 

 “Nuestro régimen universitario –aún el más reciente—es anacrónico. Está fundado sobre una especie de derecho divino; el derecho divino del profesorado universitario. Se crea a sí mismo.  En él nace y en él muere…” (2)


Lo más grave en este breve resumen, es que hoy día, en el seno de la Universidad paceña y en la UPEA, no existe la libertad de opinión y cualquier criterio que no comulgue con el “pensamiento único” del 21F, está clandestinizado en sus claustros.
El recuerdo del Manifiesto de Córdoba y su conocimiento general por parte de la comunidad universitaria nacional, es la tarea fundamental del nuevo movimiento universitario revolucionario que tiene que volver a sus fueros históricos despejando el derecho divino de quiénes han desacreditado completamente el verdadero carácter de la Universidad Autónoma.
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1.            Idón Moises Chivi Vargas. “La Razón”. Miércoles, 20 de junio de 2018. Pág. 23 A.
2.            Manifiesto Liminar de Córdoba.
PCmlm