miércoles, 24 de agosto de 2016

YEMEN FRENTE A LA GEOESTRATEGIA IMPERIALISTA EN EL CUERNO DE AFRICA

YEMEN FRENTE A LA GEOESTRATEGIA IMPERIALISTA EN EL CUERNO DE ÁFRICA


Yemen, en su configuración actual nace de la fusión en 1990 de la República Democrática Popular de Yemen del Sur y de la República Árabe de Yemen del Norte. Estos dos estados han tenido recorridos diferentes. La creación de Yemen del Norte remonta a más de diez siglos con la llegada de los zaiditas (variante chií) a Saada, la zona más septentrional. Pero en 1962 una revolución estalla para derrocar el régimen feudal e instaurar una república.
Gammal Abdel Nasser, el presidente egipcio defensor de la independencia árabe, apoya al movimiento revolucionario. Por su parte, los EEUU, GB, Arabia Saudita y el Sha de Persia envían mercenarios para apoyar a los elementos reaccionarios del antiguo régimen feudal e impedir que se consolide la república. El conflicto desemboca en una dura guerra con miles de víctimas y que dura hasta 1970.
Finalmente, el gobierno republicano no es derrotado pero sale debilitado del conflicto. No tiene los medios de iniciar una revolución cultural, de democratizar completamente el país ni de industrializarlo. Yemen del Norte se estanca en el estado feudal y la revolución republicana no ha podido tener su verdadero desarrollo.
Yemen del Sur tiene un proceso diferente. En el siglo XIX, es colonizado por los británicos para bloquear la expansión de los franceses que se han hecho con Yibouti y de los rusos que se extienden hasta Asia Central.
Forma parte de la conquista de una serie de zonas estratégicas en el Cuerno de África y en torno al paso de Ormuz (como lo harán los EEUU más tarde) y en el camino a la India. El núcleo central de lo que será Yemen del Sur es la ciudad portuaria de ADEN construida por el imperio Británico para quien desempeñará un papel importante. Por otra parte, todas las personas que GB juzga peligrosas en su colonia india –nacionalistas o comunistas- son enviados en exilio a Adén. Así, Adén se convirtió en un centro de difusión de ideas progresistas que se extenderán por el mundo árabe y por el Cuerno de Africa. Desde la ciudad portuaria, se extiende y desarrolla un movimiento independentista, anticolonial y marxista que conducirá mediante una lucha de guerrillas a la expulsión de los ingleses y a la creación en 1967, de la República Democrática Popular de Yemen. Estará gobernada por el Partido Socialista Yemení: una coalición de diversos elementos progresistas heredados en parte de los prisioneros de Adén. Hay comunistas, nacionalistas, liberales, baasistas procedentes de Siria e Irak…Yemen del Sur se convierte entonces en el Estado árabe más progresista de la región y conoce los mejores años con una reforma agraria, igualdad de sexos, más cultura, y toda una serie de medidas progresistas y solidaridades internacionales con movimientos revolucionarios, pero no logran crear una base industrial. Los comunistas encuadran el partido y mantienen una cierta cohesión, pero cada vez que hay que hacer frente a una situación complicada saltan las contradicciones como consecuencia de las diversas corrientes en presencia y la ausencia de un proletariado con peso.
Estas contradicciones van a conducir a guerras internas importantes y al debilitamiento del partido. Esta debilidad y quizá la perspectiva de la caída de la URSS que fue un gran apoyo de Yemen del Sur, llevó a lo que Samir Amin calificó como un suicidio, es decir a la unificación con el Yemen del Norte tribal de Saleh –en el poder desde 1978-. En ese sentido se expresa el que fuera el último presidente de Yemen del Sur antes de la unificación en 1990 y luego vicepresidente del Yemen unificado desde esa fecha, Ali Salem Al-Said. Viene a decir que los acuerdos de unificación no fueron cumplidos por Saleh, que no se pudo realizar un referéndum de confirmación de la unificación en el Sur, que no se instauró una sociedad laica como se había acordado, que el esfuerzo y la aportación económica del Sur fue mucho mayor, que se fue desmontando la reforma agraria y que el Sur quedó inmerso en una gran pobreza. Por todo lo cual Ali Salem Al-Said dimitió de la vicepresidencia y tuvo que exiliarse. Y en 1994 no se produjo una brutal guerra entre el Norte y el Sur porque el Sur frustrado quisiera separarse del Norte, sino que se produjo una invasión en toda regla del Sur por parte del Norte para liquidar todos los vestigios del socialismo, con importantes matanzas de militares y civiles, expulsando a miles de funcionarios y militares de sus puestos de trabajo y privatizando de nuevo las tierras que habían sido requisadas. Todo lo cual condujo a replantearse en amplios sectores del Sur la necesidad de separarse del Norte y a enfrentarse con las tropas del Norte por dicha causa. Saleh, para poder salir victorioso de esta contienda tuvo que echar mano de todas las fuerzas reaccionarias de la región como Arabia saudita, las fuerzas imperialistas, EEUU en cabeza, y reactivar el yihadismo integrista forjado en la guerra de Afganistán, nacional e internacional, de la mano entre otros de destacados militares integrados en la esa línea como el hermanastro de Saleh, Ali Mohsen al-Ahmar y el carismático líder militar Tariq al-Fadhli.
El conflicto actual y sus protagonistas
El conflicto de 2011 que condujo tras un largo tira y afloja a la dimisión forzada del presidente Ali Abdullah Saleh, se venía forjando desde hacía tiempo. Llevaba 33 años en el poder y su gobierno fue un gobierno corrupto, ineficaz, represivo y dictador, que sumió al país en la mayor pobreza y falta de perspectivas, y en la que el dictador que se acaparaba todo para sí, fue creándose muchos enemigos, incluso dentro del ejército, siendo asimismo abandonado por sectores de las clases dominantes a los que fue marginando.
Saleh, sin embargo, siempre tuvo como aliados estrechos e incondicionales a los EEUU y a Arabia Saudita. Sus mayores enemigos se encontraban por una parte en el Norte, los hutíes, y por otra en el Sur, donde había todo un conglomerado de partidos y grupos, más o menos ligados a la tradición de izquierdas del Sur y en alguna manera al partido Socialista de Yemen del Sur, constituyendo lo que se ha venido en llamar el “Movimiento del Sur” que se venía estructurando desde 2007. Entre sus líderes se encontraban antiguos dirigentes de la República Democrática Popular de Yemen. La mala experiencia vivida tras la unificación de Yemen en 1990, la brutal guerra de 1994 contra el Sur y la situación de dependencia y pauperización posteriores, hacen que gran parte de los sectores del “Movimiento del Sur” apuesten por la secesión como mejor alternativa.
El zaidismo del Norte, una variante chiita, ha tenido muchas tensiones y guerras con el poder central de Saleh –hasta seis guerras- que les ninguneaba, que los marginaba del poder y de la economía, y que mantenía una actitud sectaria y poco abierta con sus creencias y sus prácticas religiosas.
Los hermanos Muhammad y Hussein al-Houti, fundaron en 1992 un movimiento para renacer el zaidismo. En 2003, el movimiento pasó abiertamente al terreno político, organizando protestas contra EEUU por la invasión de Irak. En 2004, Saleh ordenó el arresto de Hussein, y el movimiento respondió lanzándose a una rebelión abierta contra el Gobierno. Las autoridades mataron a Hussein, pero el movimiento zaidista lanzó una insurgencia intermitente contra el gobierno hasta casi el estallido de las masas de 2011. A partir pues sobre todo del entorno de 2004, el zaidismo fue adquiriendo una vertiente política democratizadora y participativa, abierta a otras corrientes, reivindicativa de las necesidades económicas y sociales de la sociedad de su entorno, pero con una decisión firme que se traducía en estructuras políticas y militares muy eficaces, en una tenaz resistencia armada, adoptando el nombre de hutíes derivado del que tenía el fundador de este movimiento, Hussein Al-Houthi y estructurados en el movimiento llamado Ansarulá.
Yemen se encuentra dentro de la estrategia “contra el terror” de EEUU ya desde 2009, tras el atentado fallido en un avión de la línea Amsterdam-Detroit, el 26 de diciembre de 2009, de un nigeriano portador de explosivos, que supuestamente había sido entrenado por Al-Qaeda en Yemen.
Washington, invocando la amenaza de Al-Qaeda, bombardea el Sur de Yemen, e inicia un proceso de bombardeos sistemáticos –y de espionaje- mediante drones en Yemen del Sur oficialmente contra Al-Qaeda, en realidad contra el Movimiento del Sur, a quien se ve como un peligro. Por otra parte, la desestabilización de Yemen, la creación de un estado de guerra permanente, con Al-Qaeda como coartada, responde a un guión muy habitual del imperialismo norteamericano para justificar su presencia militar en lugares geoestratégicamente importantes, como es, como veremos, el caso de Yemen.
El 20 de enero de 2009, Nasir al-Wahayshi, el jefe de Al-Qaeda en Yemen, anuncia la formación de un grupo único a sus órdenes para toda la Península Arábiga, “Al-Qaeda de la Península Arábiga” también llamada AQAP o Asnar al-Sharia, con militantes de Yemen y los restos de la desmantelada red de Arabia Saudita. Dos importantes cuadros de esta organización serán expresos de Guantánamo, el saudita Abu-Sayyaf al-Shihri (nº 372), adjunto del jefe máximo, y el que será jefe militar, Abu Muhammad al-Awfi, (nº 333). Ya sabemos por otra parte, que Guantánamo es una fábrica, donde los EEUU crean militantes de Al-Qaeda para utilizarlos donde les interesa. Arabia Saudita, siempre fiel vasallo de los EEUU, siempre dispuesto a desestabilizar los países que le ordene su señor, y siempre obsesionado por combatir el chiismo e impulsar las formas más agresivas y extremas del sunismo wahabita, colaborará todo lo que haga falta con armas y capital para extender Al-Qaeda. Lo que para EEUU es una coartada para justificar su presencia militar, para Arabia Saudita se convierte en el objetivo de crear “Califatos” o feudos wahabitas que disputen territorios al chiismo y extiendan su reinado y hegemonía regional. Los aparentes ataques contra Al Qaeda, son en realidad un buen medio para prestigiarla y fortalecerla, al igual que ha estado sucediendo con el ISIS por parte de EEUU y sus aliados.
El otro gran aliado que nunca puede faltar para estas tareas, son los Hermanos Musulmanes, el “alma” de Al-Qaeda, los suministradores de militancia para Al Qaeda, y siempre al servicio del imperialismo, y que en el caso de Yemen, se trata de la organización Al-Islah, quienes siempre han colaborado en las tareas represivas contra el chiismo, contra los hutíes y en 1994, en la guerra contra el Sur. Un militar de gran prestigio, Ali Mohsen al-Ahmar, hermanastro de Saleh y brazo derecho suyo durante mucho tiempo, luego distanciado, antichiita y anticomunista furibundo, el antiguo jefe de la primera División Acorazada del ejército yemení, uno de los máximos responsables de la represión contra los hutíes, siempre ha jugado un papel importante en favor de la yihad y su variante de Al Qaeda, desde los tiempos de Afganistán, hasta los más recientes de Al-Qaeda, impulsando el sunismo radical incluso en territorio zaidí, dentro de su guerra contra el chiismo y para mayor goce de Arabia saudita. El oportunismo de Al-Qaeda en defensa de la secesión de Yemen del Sur, al igual que el “Movimiento del Sur”, ha facilitado la confusión y la acusación por parte de Saleh, de que el “Movimiento del Sur” y Al-Qaeda, son la misma cosa.
La conjunción del malestar de todas las fuerzas democráticas, del Norte y del Sur, incluido el de sectores de las clases dominantes marginados por Saleh e importantes sectores del ejército, también descontentos, condujo en 2011, a crear una fuerte presión contra Saleh, para que se produjeran importantes cambios democráticos, económicos y sociales. En lo que respecta al ejército, la Guardia Republicana, dirigida por el hijo de Saleh, siguió básicamente leal al presidente, pero cuando se suponía había de proteger el palacio presidencial, una parte de ella es la que atacó al presidente el mes de junio de 2011, dejándolo gravemente herido, por lo que tuvo que abandonar el país para curarse de sus heridas antes de volver a ocupar el poder. La Primera División Blindada también se posicionó del lado de los manifestantes, y asimismo por ejemplo, la milicia de una de las principales federaciones tribales, la de la tribu de los Hasid, dirigida por Sadiq al-Ahmar, apoyó el movimiento de la revuelta. Es interesante destacar también, el papel crucial que desempeñó un destacado líder militar de Saleh, Tariq al-Fadhli, que se posicionó en su contra y en defensa del Movimiento del Sur. La historia de este militar condensa en cierto modo la del propio Yemen. Así, su padre fue un administrador de lo que fue la colonia inglesa de Aden, poseedor de grandes tierras en ese sur del Yemen. Cuando se produjo la revolución que condujo a la República Democrática Popular de Yemen del Sur, las tierras de su padre fueron requisadas. El todavía era pequeño.
Pero cuando tuvo 18 años fue voluntario con la Yihad a luchar contra los comunistas rusos en Afganistán como venganza por la expropiación de los comunistas yemeníes de las tierras de su padre. Terminada la guerra de Afganistán, cuando Saleh se enfrentó en 1994 con los comunistas de Yemen del Sur, al-Fadhli reclutó fuerzas yihadistas que eran excombatientes en Afganistán, para ir en auxilio de Saleh, jugando un papel importante en esa contienda. Pero 15 años después, desengañado con la política de corrupción y concentración de riquezas de Saleh, se volvió en su contra y se posicionó con el Movimiento del Sur, lo que supuso un importante refuerzo para este movimiento.
La arrogancia de Saleh y el apoyo de sus incondicionales (Arabia Saudita entre otros) lo mantuvieron un cierto tiempo todavía en el poder, reprimiendo violentamente a las manifestaciones pacíficas. Pero al final, tratando de evitar lo peor, sus incondicionales le forzaron a dimitir, pero asegurándole total inmunidad y un proceso de transición controlado. Así, tras la dimisión de Saleh en febrero de 2012, le sucedió quien había sido su vicepresidente desde 1994, Abd Rabbuh Mansur al-Hadi, y será el nuevo presidente en funciones.
La propuesta de Hadi para abrir supuestamente un proceso constituyente nuevo fue la de la Conferencia de Diálogo Nacional (CDN) a realizarse entre las distintas fuerzas políticas. Esta Conferencia se realizó a lo largo de los meses entre marzo 2013 y enero 2014, pero no resolvió ninguno de los problemas pendientes en Yemen. La falta de consenso sobre una nueva estructura federal era uno de los mayores problemas. En septiembre 2013 se creó un subcomité de 8 representantes de cada parte, del Norte y del Sur, que fue el encargado de buscar una solución al problema.
Se llegó a un acuerdo absolutamente ambiguo, como era que la República de Yemen, un estado unitario con 21 gobernaciones, se debería convertir en una entidad federativa, pero sin concretar nada más. De hecho el Comité 8+8 no logró ponerse de acuerdo sobre el número de nuevas regiones federales (dos, cinco o seis) o de sus límites. En lugar de ello, el comité subcontrató estas decisiones a otro comité bastante poco representativo, elegido a dedo y presidido por el presidente Hadi, que se dedicó a estudiar los parámetros de un sistema federal. Este comité de 22 miembros, llamado Comité de las Regiones, delimitó en menos de dos semanas 6 nuevas regiones federales. La mayoría de los principales movimientos políticos como el partido Socialista de Yemen, el salafista Rashad, el Movimiento del Sur (Herak) y los hutíes rechazaron la propuesta, porque se hacía un reparto desigual de los recursos y las riquezas, porque no respondía a la historia de Yemen y porque en última instancia se hacía una distribución en función de intereses caciquiles prosauditas.
Los hutíes, con una gran potencia y experiencia militar, hartos de la situación sin salida en que se encontraba el país, y en el contexto de una gran subida de los precios de los carburantes que agudizaba la crisis del país, en septiembre 2014, tomaron militarmente la capital Sanáa, y emplazaron al presidente Hadi a realizar cambios democratizadores, modificar el borrador de Constitución y federar Yemen en dos, Norte y Sur. Tuvieron conversaciones con otros grupos políticos para buscar una salida y recibieron un importante apoyo popular. El presidente Hadi, dijo que estaba dispuesto a aplicar las reformas pedidas por los hutíes, firmando un Acuerdo de Paz y Reconciliación en ese sentido, acuerdo que no será cumplido.
En enero de 2015, en vista del incumplimiento del Acuerdo de septiembre 2014, los hutíes se apoderan del palacio presidencial de Sanáa, haciéndose formalmente con el poder. Al de unos días realizan en el palacio presidencial, con la presencia de importantes fuerzas y diversas personalidades, una Declaración Constitucional, donde plantean la creación de una Asamblea Nacional transitoria de 551 miembros que reemplazaría al disuelto Parlamento, la creación de un Consejo Presidencial compuesto por 5 miembros que cumpliría la función de la presidencia de la República, la realización después, de elecciones presidenciales y legislativas y una política exterior basada en el principio de buena vecindad y no injerencia en los asuntos internos de otros países.
A finales de enero 2015 el presidente Hadi dimite. Los hutíes presionan a los grupos políticos para llegar a acuerdos y pone un plazo, cumplido el cual, si no había acuerdos impondría su propia solución. De hecho, la mayoría de las organizaciones políticas yemeníes acuerdan, a primeros de febrero 2015, crear un Consejo presidencial interino para gestionar el país durante un año, para intentar sacar al país de la crisis, agravada con la reciente dimisión del presidente Hadi, Así, 9 partidos y grupos, incluida una facción del grupo independentista de sur Herak, acuerdan la constitución del citado Consejo presidencial de cinco miembros y que estará encabezado por Ali Naser Mohamed, uno de los presidentes de Yemen del Sur antes de la unificación de 1990. El Movimiento del Sur, partidario en su mayoría de la secesión, siempre ha visto los sucesos del país como desde cierta distancia. Los grupos que no entran en dicho acuerdo son los Hermanos Musulmanes (al-Islah) y otros grupos salafistas y sunitas radicales y prosaudíes, que siempre jugarán la baza del imperialismo y Arabia saudita.
A finales de febrero de 2015 el dimitido presidente Hadi escapa de la capital Sanáa a la segunda ciudad más importante, Adén, ciudad que declaró la capital de facto. Las fuerzas rebeldes, hutíes, Movimiento del Sur y el Ejército, posicionado éste básicamente en favor del cambio, avanzan rápidamente hacia el control del Sur, tomando primero la tercera ciudad de Yemen, Taiz y luego Adén, de donde Hadi huye a Arabia Saudita. Las fuerzas contra las que se enfrentan son los sectores suníes de los Hermanos Musulmanes –al Islah- y salafistas muy relacionados con Arabia Saudí, fuerzas de Al Qaeda y seguidores del militar islamista y fanático ultra, Ali Mohsen al-Ahmar, uno de los principales represores de los hutíes, pero que tras su derrota frente al avance de éstos en las inmediaciones del Palacio presidencial, se exilió en Arabia Saudita. Frente al avance rebelde, Arabia Saudita pronto activará y pondrá en práctica con bombardeos continuados sobre Yemen, la coalición que junto con Israel y los países del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) ha ido forjando, la “Otan de Oriente Medio”, como reacción al muy odiado y temido acuerdo EEUU-Irán, incluso ampliada en esta ocasión a más países, con la compensación de fabulosos créditos económicos. Así, en esta coalición formarán parte, además de las monarquías del Golfo, Jordania, Marruecos, Sudán, Turquía y de una forma más figurativa que real Egipto y Pakistán. Por detrás de todo ello, por supuesto, el director de orquesta, EEUU.
Así, el 25 de marzo de 2015 inician una campaña brutal de bombardeos, la inicialmente denominada “Tempestad decisiva”, que trata de destrozar lo mismo objetivos militares que civiles, con el objetivo de crear terror, utilizando armas prohibidas –bombas de racimo por ejemplo, proporcionadas además por los EEUU-, destrozando escuelas, lugares históricos, lugares de culto religioso, hospitales e infraestructuras, carreteras a las centrales eléctricas, depuradoras de agua, con bloqueo por mar de acceso de alimentos, medicinas, y productos básicos, agudizando tremendamente la ya de por sí gran penuria alimentaria, sin concesión ninguna a treguas humanitarias –cuando el 80% de los yemeníes necesitan ayuda urgente-. Un mes después de iniciada la campaña de “Tempestad decisiva”, inician la campaña de “Restauración de la Esperanza” supuestamente porque ya habían cumplido los objetivos –cuando en realidad habían fracasado estrepitosamente- y como que los bombardeos iban a paralizarse. Ninguno de sus supuestos “objetivos” estaba cumplido y los bombardeos siguieron igualmente. Hay que decir por otra parte, que las violaciones sistemáticas de las convenciones de Ginebra en Yemen, sobrepasan a las de muchas guerras actuales, igualan a las denunciadas a Israel en su represión en Gaza pero en Yemen son silenciadas. El silencio internacional sobre estas violaciones y el apoyo a los bombardeos salvajes de Yemen, está ratificando la desaparición de toda referencia legal en materia de guerra.
NOTA.
Hoy, la prensa internacional muestra una gigantesca concentración en la capital Saana de más de dos millones de personas con consignas contra los EE UU, Arabia Saudita y todos los agresores de Yemen.


(Continuará…)

1 comentario:

  1. que pena estas pobres publicaciones maoístas son unos imbéciles acaso creen que las guerras tienen un origen ideologico y se lucha por valores? es como si pensaramos que a estos maoístas nadies les financiara pero la verdadera historia de Yemen son sus recursos naturales y la cantidad de ingresos que genera a quien las posea nada mas no tiene que ver con estupideces maoistas

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