EL COMITEÍSMO,
OPERADOR DEL GOLPE FASCISTA Y DE LA DIVISIÓN DE BOLIVIA.
El Comité
Cívico de Santa Cruz, es y ha sido históricamente el instrumento de la
oligarquía cruceña, es decir de los grandes latifundistas, banqueros, ganaderos
y agroindustriales. Políticamente representan a la fracción más reaccionaria de
la derecha fascista, racista, discriminadora y proimperialista.
Ya desde 1971,
durante el golpe fascista de Banzer, la Falange y el MNR, el Comité Cívico de
Santa Cruz, en esa época dirigido por los falangistas en directa relación con
la embajada norteamericana y los militares brasileros y argentinos que
organizaron el golpe, trazaron una segunda opción ante el posible fracaso del
golpe que no era otra que la secesión de Santa Cruz de Bolivia y su anexión al
Paraguay para la formación de un nuevo estado cuya capital seria Santa Cruz de
la Sierra.
Nuevamente
siguieron en ese camino en ocasión del golpe cívico-prefectural en el año 2008.
Entonces bajo la conducción ideológica de Sergio Antelo y política de Rubén
Costas y el Comité Cívico, pretendieron dividir Bolivia, con la formación de un
nuevo estado, la “Media Luna” separando de Bolivia, los departamentos de Santa
Cruz, Beni, Pando, Chuquisaca y Tarija. Llegaron incluso de dirigir una misiva
a la Organización de Naciones Unidas comunicando que próximamente conocerían el
nacimiento de una Nuevo Estado en el corazón de Sudamérica, distinto y separado
de Bolivia.
Derrotados por
la movilización popular desarrollaron la oposición derechista al gobierno de
Evo Morales, siempre en connivencia con la embajada norteamericana, la CIA, los
fugados del país, los gusanos congresistas yanqui-cubanos, y los restos de los
partidos neoliberales tradicionales (ADN, MNR, UCS, MIR, NFR, FRI) y sus
refritos como Podemos, UD ,y ”Demócratas”.
En una vil
maniobra y en oscuras negociaciones alteraron el contenido final de la Nueva
Constitución Política del Estado redactada y aprobada en Sucre, incorporando la
antidemocrática limitación de la reelección presidencial, obligando de esta
manera al pueblo a no poder votar para eventualmente reelegir al candidato de
su preferencia.
Ahora los
“demócratas” de último momento arguyen que un principio democrático es la
alternabilidad. La alternabilidad o la continuidad es decisión soberana del
pueblo y nunca ni nadie debieron alterar y anular-ese si –principio fundamental
de cualquier democracia por más limitada que sea.
Así empezó,
desde hace ya una década atrás, la conjura contra el gobierno más democrático,
popular y antiimperialista de la historia de Bolivia.
Esa maniobra canallesca,
permite ahora a quienes no saben que significa la palabra democracia y menos
aún la palabra dictadura, calificar con esta última al gobierno de Evo Morales y
descalificarlo como candidato legítimo y legal.
¡¡ Resulta que
el candidato ganador y por un margen de más de 648.000 votos de diferencia al
segundo es ilegitimo!!
Se arguye que
su triunfo es producto de un “descomunal” fraude. Un fraude descomunal, se
puede demostrar con facilidad y es seguro que, de haberse producido, la
auditoría lo podrá demostrar palmariamente.
Pero es
importante recordar la votación del presidente Evo en las sucesivas elecciones,
en el revocatorio, en 21 de febrero y finalmente en esta última elección.
• En las
elecciones del 2005, Evo Morales ganó con el 53.7% es decir ganó con mayoría
absoluta.
• La votación
más alta se registró en el Referéndum Revocatorio del año 2008 en el cual alcanzó
nada menos que al 67.43%, es decir que superó los 2/3 de votación general, lo
que constituye un record histórico.
• En las
elecciones de 2009 ganó con 64.2%, obtuvo más de 2/3 en la Asamblea Nacional.
• En las
elecciones de 2014 obtuvo un 63.4%, logrando nuevamente los 2/3 de la Asamblea
Legislativa.
• En el
Referéndum Constitucional obtuvo un 48.7 % frente a un 51.3%, perdió por una
diferencia del 2.6%. Entoneces nadie habló de fraude.
•En las últimas
elecciones, Evo Morales ganó con el 47.07% frente a 36.51%, la diferencia es de
10.56% que de acuerdo a la ley electoral es triunfo en primera vuelta. La
diferencia absoluta es de 648.180 votos. Nótese que su votación se redujo en
casi 2% en relación al referéndum constitucional de 2016. ¿Por qué entonces no
hubo ninguna denuncia de fraude y ahora sí, cuando ha obtenido una votación
menor?
•Finalmente,
todos conocemos que absolutamente TODAS las encuestas previas, desde
prácticamente el mes de enero 2019, dieron resultados que daban la victoria a
Evo Morales con diferencias que variaban desde un 8% a un 15% y hasta un 20%.
• ¿Por qué
puede extrañar ahora este resultado, con todos los antecedentes descritos? Porque
esta maniobra y estrategia golpista se instaló mucho antes, devaluando y
desprestigiando al Órgano Electoral Plurinacional, el mismo órgano que avaló el
triunfo opositor tres años antes, entonces no fue calificado de incompetente y
parcializado con el gobierno.
Pensaron,
después de su victoria en el Referéndum Constitucional, que la votación de Evo se
reduciría drásticamente, y por ello aceptaron tácitamente el fallo
constitucional, aunque cuestionándolo participaron en las elecciones divididos.
Muy pronto, se percataron durante la campaña electoral que Evo seguía teniendo
un gran apoyo popular, entonces comenzó la denuncia del fraude electoral.
Contradiciendo
su propia prédica, el candidato perdedor Carlos Mesa, anunció en sus conocidas
y grandilocuentes declaraciones que había segunda vuelta, sin esperar los
resultados finales. Actitud demagógica y peligrosamente irresponsable. No podía
asegurar que la diferencia no alcanzaría el 10%, con el conteo rápido que
además solo informó sobre un 83%.
Históricamente
en varias elecciones anteriores se repitió que los primeros conteos favorecían
a los candidatos de la derecha, poco a poco las diferencias se acortaban con la
candidaturas populares, hasta que estas últimas sobrepasaban a las primeras.
No debe
extrañar que en esta ocasión ocurriera exactamente lo mismo, pero no ya cuando
el conteo estaba alrededor del 80%. La ventaja de Evo se manifestó mucho antes,
de la suspensión del conteo rápido y por ello, no existió después de ese
incidente ningún cambio de tendencia, por el contrario, se produjo una
ratificación y profundización de la misma.
Al verse
derrotado el candidato opositor junto a todas las candidaturas de derecha y el
comiteísmo reaccionario y fascista sin ninguna vergüenza cambiaron de postura
primero exigiendo segunda vuelta, después asegurando un fraude que no pueden ni
pudieron demostrar, luego pidieron una auditoria de la OEA para demostrar el
fraude, una vez concretada la auditoria, de desdicen y desestiman la auditoria,
finalmente exigen la anulación de las elecciones.
Pero, ¿Quién
puede legalmente anular las elecciones? ¿Un nuevo Órgano Electoral? ¿Quién
elegiría a este órgano?¿En qué tiempo?
En realidad se
trata de una conspiración golpista, del comiteísmo reaccionario, la derecha
fascista junto a sus partidos y el apoyo del imperialismo yanqui y agentes
chilenos que pretenden instalar un régimen reaccionario, racista, antipopular,
que otra vez entregue nuestros recursos naturales a las empresas
transnacionales, especialmente yanquis y liquiden la industrialización del Litio,
caso contrario, otra vez, como segunda opción, al igual que en 1971 y ante un
probable fracaso de su aventura golpista, incitar a la división de Bolivia.
El pueblo
boliviano, sus naciones originarias, sus organizaciones populares y sindicales,
obreras, campesinas, cooperativistas, comerciantes, junto a los partidos
revolucionarios impedirán con su unidad, fuerza y convicción patriótica esta
arremetida fascisto-imperialista.
Nosotros,
comunistas marxistas-leninistas y maoístas estaremos, como siempre, junto a
nuestro heroico pueblo en la primera línea de la lucha.
¡Muera el
fascismo comiteísta y sus partidos reaccionarios y antipatrióticos!
¡Mueran los
tránsfugas y resentidos, traidores y saboteadores!
¡Vivan los
pueblos de nuestra Bolivia Multinacional!
Comisión Política
Partido Comunista de Bolivia
Marxista-Leninista-Maoísta
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