sábado, 9 de noviembre de 2019

¿QUE ES EL FASCISMO?


¿QUE ES EL FASCISMO?
           
                  ¡Cuando oigo pronunciar la  palabra cultura,  cargo mi revolver!
                                                                              Hanns Johst
                                                                              Dramaturgo nazi.
El fascismo, como lo definiera el célebre revolucionario búlgaro Jorge Dimitrov, constituye:
 «... la dictadura terrorista abierta de los elementos más reaccionarios, más chovinistas y más imperialistas de! capital financiero» (1)
El fascismo es la etapa última del desarrollo imperialista, la etapa de exacerbación -al máximo- de la represión burguesa contra el pueblo, los trabajadores y sus organizaciones democráticas y patrióticas  El fascismo aparece como la jauría de perros de presa lanzada por sus amos, los capitalistas, a la caza del obrero del intelectual y del campesino.
«... el fascismo es la más feroz ofensiva del capital contra las masas trabajadoras; el fascismo es el chovinismo más desenfrenado y la guerra de rapiña; el fascismo es la reacción feroz y la contrarrevolución; el fascismo es el peor enemigo de la clase obrera y de todos los trabajadores» (2).
El fascismo, propiamente dicho, fue fundado en Italia por Benito Mussolini en los años de la década 20; su hermano menor fue el nazismo alemán creado por Adolf Hitler unos años más tarde y finalmente el tercer pariente, el más pobre, es el franquismo español. ¬Dimitrov dice:
 «La variedad más reaccionaria del fascismo es la de tipo alemán» (3) Y prosigue: «El fascismo alemán no es solamente nacionalismo burgués, es un chovinismo bestial. Es el sistema de gobierno del bandidaje político, un sistema de provoca¬ciones y torturas contra la clase obrera y los elementos revolucionarios del campesinado, de la pequeña burguesía y de los intelectuales. Es la crueldad y la barbarie medievales, la agresividad desenfrenada contra los demás pueblos y países» (4)
Todas las definiciones que se han intentado del fascismo, corresponden también por supuesto a su "variedad más reaccionaria": el nazismo y, por lo tanto, ambos términos  (fascismo y nazismo) para nuestras notas vienen a ser  una y la misma cosa, por ello mismo hablaremos del nazi-fascismo.
           
Como bien lo señala Dimitrov, tanto el fascismo italiano, cuanto el franquismo español, palidecen ante el terror desatado a nivel mundial por el prototipo que asume, en los hechos, la personalidad colectiva de todos los sistemas ultraderechistas y contrarrevolucionarios: el nazismo.
«... El fascismo alemán actúa como destacamento de choque de la contrarrevolución internacional, como incendiario principal de la guerra imperialista...»  (5), finaliza diciendo Dimitrov.
No obstante todo lo anotado, que se apoya en el pensamiento de un conocedor profundo de los problemas del fascismo como lo fue Jorge Dimitrov, pensamos que en lugar de proporcionar una receta que pretenda resumir en unas cuantas líneas lo que es el fascismo, es mejor analizarlo diseccionado: es decir poniendo de relieve una a una sus principales características.  De este modo tendremos una idea mucho más cabal del verdadero contenido y carácter del fascismo.
Sin la pretensión de agotar las características típicas del fascismo, podemos referirnos a las sustanciales: el ultranacionalismo, el racismo, el belicismo, la demagogia y el anticomunismo. 
           
1.  EL ULTRA-NACIONALISMO
El primer elemento que singulariza al fascismo es la tendencia de determinados sectores de una nacionalidad a exagerar con su amor por la patria. El verdadero amor a la Patria -en nuestro concepto- es  un sentimiento natural, noble y espontáneo que existe en el alma y el corazón de todos los hombres honrados de todos los países con respecto ¬a la tierra en la cual han nacido. Este patriotismo significa e implica amor al pueblo, a la cultura del pueblo, al arte popular y al espíritu mismo del pueblo.
Estos sentimientos naturales sufren, a veces, en determinadas capas de la población, una alteración cuya característica es la exacerbación. Debido a una serie de factores de psicología social, los resentimientos de determinadas capas se manifiestan a través de ruidosas y exageradamente exteriorizadas manifestaciones de "patriotismo".  Como el cáncer las células enfermas del ultra-nacionalismo se multiplican morbosamente adquiriendo, poco a poco, todo el organismo social caracteres patológicos.
La patria, querida por todos, se va convirtiendo en una abstracción, en una idea vaga y difusa que paulatinamente se separa de todos los elementos materiales que la conforman. Entonces la patria de los fascistas será, cada vez más, una entelequia que poco o nada tiene que ver con los obreros, con los campesinos ni con los intelectuales que, en verdad, son la sangre y el músculo de la verdadera patria. No, la patria de los fascistas será una bandera, el cuartel, un saludo militar o militarizado, finalmente la patria se verá confundida con los mezquinos intereses personales de jerarcas fascistas y militares corruptos.  
El ultra-nacionalismo no es un verdadero nacionalismo, aunque esto parezca una paradoja. Bajo la epidermis de un amor desmesurado a la patria, se ocultan los verdaderos designios de un sector social atrabiliariamente reaccionario.  Es una verdad siempre confirmada y jamás desmentida que los regímenes que más propalan su "nacionalismo" resultan ser los que con más inmoralidad y desenfado lotean los territorios nacionales, los que proceden a desmantelar las fronteras nacionales permitiendo la penetración económica y cultural del imperialismo a través de las compañías multinacionales.
El ultra-nacionalismo es -en consecuencia- un pseudo-nacionalismo, un nacionalismo verbal, declamatorio, ampulosamente proclamado pero traicionado en el fondo.
           
2.  EL RACISMO: LA IDEA DE "PUEBLO ELEGIDO DE DIOS"
Uno de los elementos que caracteriza más nítidamente al fascismo es el racismo y su principal corolario: la idea de pueblo elegido de Dios.
Naturalmente este elemento adquiere más significación cuando el fascismo naciente logra algún desarrollo importante en una nación también importante, en otro caso queda ridículamente confinado a las expresiones aisladas de uno que otro fascista recalcitrante criollo.
Por otra parte, este elemento peculiar le va dando, conforme pasa y se desarrolla el fascismo, una fuerza inusitada que en muchos países ha logrado confundir las mentes incluso de los obreros y los intelectuales, alienándolos completamente.
Los alemanes, por ejemplo, después de dos décadas de permanente, apabullante y bien dirigida propaganda racista llegaron a creerse, efectivamente, una raza superior de señores, superhombres y  arios "puros", olvidando o fingiendo olvidar sobre por su territorio, durante siglos, las rnas diversas razas y los más diferentes pueblos realizaron un profuso mestizaje que dio como resultado justamente lo que hoy es el alemán moderno. El nazi-fascismo alemán ignoró la verdad y logró mediante digresiones retórico racistas paralogizar una enorme masa popular alemana. La siguiente cita tomada de una obra de singular importancia sobre el nazismo, nos da una idea muy próxima del fenómeno racista:
«El sistema de Hitler obtendrá su remate con la creación del Lebensraum "fuente de vida", especie  de  yeguada humana a base de chicas seleccionadas por sus caracteres nórdicos perfectos, que se traían para procrear, al margen de toda unión legal, con individuos SS., igualmente escogidos  según los mismos criterios. Los niños nacidos de estas uniones, frutos de la eugenesia dirigida, debían pertenecer al Estado, y su educación sería asumida en escuelas especiales. Teóricamente estaban destinados a formar la primera generación del nazi puro moldeado ya en embrión. El hundimiento del régimen no permitió a los nazis llevar más lejos esta experiencia… No obstante, ya habían nacido 50 mil niños de esta especie de sementales. Su nivel intelectual es actualmente inferior y de una manera notoria, al nivel medio. Presentan un porcentaje de débiles mentales cuatro a cinco veces más elevado que el normal… "(6)
No les importará en absoluto a los nostálgicos del fascismo los dramáticos  resultados de sus "experimentos eugenésicos", es seguro que proseguirán en su empeño de encontrar una raza "'elegida" para dominar el mundo y someter a los pueblos. La creencia de que existen razas superiores unas de otras desde el punto de vista bio-antropológico  y que, por tanto, se justifica la esclavización de las inferiores por parte de las razas "superiores", ha conducido en Alemania al establecimiento de una política nacional destinada a aniquilar todas las razas impuras, mediante una serie de procedimientos que van desde la utilización de masas humanas cautivas o mano de obra gratuita y esclavizada, lo cual determinaba una enorme mortandad entre los "trabajadores"  hasta el genocidio directo Hitler pretendió hacer del ario puro un señor del mundo entero, poniendo a los pueblos a su servicio.
           
Alemania nazi-fascista organizó un enorme aparato destinado a la solución de diferentes "problemas" raciales. Estos son los principales "problemas": Los judíos, los pueblos eslavos, los gitanos, etc., etc. Adolf Eichman un S.S., debidamente seleccionado por sus cualidades innatas tomo a su cargo el problema judío y durante los cinco años que duro el dominio nazi sobre Europa, perfeccionó sus métodos y su aparato especial, dependiente de la Gestapo, para conseguir suprimir a los judíos en Europa. Eichmann exterminó alrededor de seis millones de judíos en Polonia, la Unión Soviética, Checoslovaquia y otros países.  Las cámaras de gas, los fusilamientos en masa, los experimentos científicos" en las carnes de judíos y otras atrocidades semejantes fueron los métodos favoritos adoptados por el árbitro del problema judío para el cumplimiento de su "misión".
Uno de los primeros ideólogos del racismo fue el francés Arturo de Gobineau, quien publicó en 1853 su obra: "Ensayo sobre la desigualdad de las razas  humanas".  Gobineau considera que el hombre es un degenerado y que, al mismo tiempo, no existe como hombre en general.
«Esto significa que las diferenciaciones raciales son tan profundas que no es posible hablar del hombre, sino del ario, del semita, del de habla  finlandesa, etc., etc.»  Gobineau agrega:
«La  historia nos enseña que toda civilización dimana de la raza blanca, que ninguna de las demás puede existir sin la cooperación de esta raza y que una sociedad será grande y brillante sólo en la proporción en que sabrá conservar por un periodo prolongado al grupo noble que la creó.....» (7).  Y más aún: «Ni siquiera hay verdadera... civilización entre las naciones europeas a no ser que l8s ramas arias hayan dominado».  Gobineau siente desprecio por los negros a quienes habría que «refrenar con arrogante despotismo», (8)  y también tiene la misma opinión con respecto a los pueblos latinos, entre ellos los romanos antiguos, frente a ellos se encuentra el germano: «Un hombre de cabellos rubios, de tez rosada y blanca y anchos hombros, de alta estatura, vigoroso como Alcides, valiente como Teseo, diestro,  flexible, no temiendo nada en el mundo y la muerte menos que ninguna otra cosa...  Había alimentado su espíritu con la savia de una religión severa y refinada, de una política sagaz, de una historia gloriosa» (9)
Como podemos apreciar, las raíces ideológicas del racismo se encuentran en el pensamiento de hombres afeminados cuya limitación y miopía les impide observar la profusa y extensa mezcla y el com¬plejo entrecruzamiento de las razas humanas, cuya fortaleza, precisamente, tiene origen en este mestizaje saludable.
Gobineau tiene muchos seguidores, algunos singulares como aquel genial músico que fue Ricardo Wagner cuyas oberturas dramáticas tienen mucho que ver con la demencia diabólica de Adolf Hitler. 
El racismo estuvo presente siempre en los substratos de toda la filosofía alemana desde el siglo pasado. Iniciado como doctrina coherente por el francés germanizado Gobineau continúa con Schopenhauer, y sigue con Trieschke. El racismo, sin embargo, no es un problema ideológico del pasado.  Es sabido que su máxima expresión murió con su representante más caracterizado: Adolf Hitler. Empero en el mundo actual, en las primeras décadas del Siglo XXI, podemos observar su presencia vergonzante y vergonzosa en algunos reductos de la geografía del Tercer Mundo.
           
El racismo tiene un corolario que es la concepción de "pueblo elegido de Dios". Detrás de esta idea religiosa que tiene apariencia inofensiva, se oculta el racismo más repugnante y más peligroso.
El Estado moderno de Israel es el caso más paradójico del renacimiento del racismo. La amplitud y profundidad del racismo antisemita de la época hitleriana llegaron a límites inenarrables, sin embargo, en la actualidad el Estado judío se ha convertido en uno de los campeones del racismo más reaccionario y aberrante elevando muy alto aquella bandera peregrina de "pueblo elegido de Dios".
Los modernos dirigentes israelíes, ganados ampliamente por las consignas sionistas, han olvidado o pretenden olvidar los espantosos sufrimientos de las comunidades judías durante la segunda guerra que fueron originados precisamente por el racismo, aplicando ahora con los árabes palestinos el mismo criterio del hitlerismo al pueblo judío y también los mismos métodos de exterminio masivo.
«El "Estado judío", ideado por Teodor Herzl, es un estado exclusivamente hebreo, esto significa que en su seno solamente tienen derechos los judíos o judaizados, el resto como seres de razas y religiones inferiores se encuentran fuera y al margen de la sociedad. La doctrina creada por Herzl es hoy ideología oficial en Israel. La estructura del Estado, sus leyes fundamentales y sus usos y costumbres han institucionalizado el criterio del "hogar nacional judío", y, a tal concepción, no puede oponerse nada actualmente en Israel. La tierra palestina, patria milenaria de árabes y judíos, ha dejado de ser de sus dueños quienes son expulsados de sus hogares y recluidos en campos de refugiados, asesinados o privados de todo derecho, para dar cabida a nuevas oleadas de sionistas provenientes de todos los continentes.  El sionismo contemporáneo no sólo es la ideología oficial de lsrael, sino también un ramificado; sistema de organizaciones y la práctica política de la gran burguesía hebrea, enraizada con los círculos monopolistas de EE.UÚ., y otras potencias imperialistas. El chovinismo militante y el anti-comunismo son el contenido principal del sionismo. Esto determina precisamente el papel reaccionario que desempeña en las relaciones; internacionales» (10).
«Una de las ballenas, sobre las que se sostiene la ideología sionista es, como se sabe el mito acerca de que los judíos son los elegidos de Dios. Este mito significa proclamar el exclusivismo de los judíos, su superioridad sobre los demás pueblos; a los que, por consiguiente, se considera inferiores, de segunda clase, y se inculca la hostilidad hacia ellos como antisemitas potenciales. Entre los "elegidos de Dios" no puede haber naturalmente, contradicciones de clase» (11)
La política reaccionaria-sionista del régimen de Tel-Aviv ha creado un sistema ultra-nacionalista que ahora toca ya francamente los lindes del fascismo. Esta política derechista que promueven los dirigentes judíos no puede ser justificada, como se pretende, con el pretexto del antisemitismo que, si bien existe como otra expresión del racismo, es esgrimido ahora hábilmente por Tel-Aviv para encubrir sus crímenes contra los pueblos árabes.
El desarrollo de todas estas ideas y teorías es más o menos así: desde tiempos inmemoriales fue germinando en los círculos emigrantes de judíos dispersos la aspiración de constituir un hogar nacional que volviera a reunir al pueblo de Dios. Sus creencias religiosas, en el colmo del dogmatismo, les condujeron a adoptar una actitud peculiar en el seno de las sociedades en las cuales les tocó radicarse. Formaron pequeños núcleos judaicos agresivamente segregados del medio social. El judío de este modo, se ha puesto frente a sus semejantes --los otros pueblos del mundo -- y, despreciándolos ha provocado como reacción, diversas formas de anti-semitismo que viene a SER UN RESULTADO MÁS O MENOS NATURAL Y LÓGICO QUE DEVIENE ANTE EL QUISTE SOCIAL QUE NO SE DISUELVE Y QUE, POR EL CONTRARIO, SE CIERRA PUNZANTEMENTE EN SÍ MISMO. El JUDÍO ha rehusado siempre que sus hijos establezcan relaciones así sea solamente de amistad con otros niños, ha practicado sus ritos y ceremonias religiosas en un ambiente de clandestinidad aún sin ser perseguidos y ha cuidado siempre crear en el espíritu de sus nuevas generaciones la concepción de que ellos nada tienen que ver con la tierra en la que han nacido y que por encima de todo se encuentra la abstracta "nación judía": el "Pueblo Elegido de Dios".
El antisemitismo más generalizado es aquel que encuentra raíces en aquella actitud anti-social del judío, sin embargo, hay que hacer la gran salvedad de que el otro anti semitismo es decir el racismo anti-semita es una particularidad del nazismo alemán y debe ser muy claramente diferenciado del que explicábamos anteriormente.
Podemos citar también otros ejemplos de racismo que lamentablemente e dan en el mundo de hoy.  En el Cono sur de África existen dos regímenes racistas que con todo cinismo y brutalidad aplican la teoría de la supremacía de la raza blanca.
La República Sudafricana y la  llamada Rhodesia (hoy Zimbabwe), han implementado, con todas sus características inhumanas, estructuras antinegras en las mismas tierras que, desde  remotos tiempos pertenecieron a los pueblos africanos. La política oficial del Apartheid significa, la separación de blancos y negros, los primeros como amos los segundos como esclavos. Negando todos los derechos a la población nativa y confinándola a los territorios más inhóspitos y áridos, los blancos que constituyen la minoría exigua de la población total, se han apoderado de todas las riquezas naturales y de todos los derechos cual conquistadores. Un negro en la "República Sudafricana" puede ser apaleado, asesinado o maltratado sin tener el derecho de recurrir a un tribunal.  La policía blanca de Sudáfrica y  Rhodesia tiene como misión exterminar a la población negra acusándola de comunista, extremista o guerrillera.
El racismo  --como elemento fundamental de  la "ideología nazi-fascista"--,  es la manifestación más burda de las posiciones anti-históricas.  El carácter anticientífico del racismo se revela día a día.  La Antropología nos enseña el origen común de todos los pueblos y razas. La Etnología nos trasmite la unidad y compenetración de las diferentes razas humanas, en fin, podemos decir que la ciencia es la principal enemiga del racismo.
           
3.   EL  BELICISMO
El nazi-fascismo es agresivo por naturaleza y esa agresividad debe obtener un escape, es decir tiene que manifestarse de algún modo en forma externa.  Así surge el belicismo como otro elemento fundamental del fascismo.
Todos los regímenes nazi-fascistas han sido o son belicistas, solamente es necesaria cierta fortaleza militar y bélica del país que se trate para que inmediatamente se lance a aventuras de conquista contra sus vecinos o contra países lejanos, eso también dependerá de sus posibilidades materiales.           
El nazi-fascismo como la expresión concentrada de los peores defectos del imperialismo, es la fuente de todas las guerras injustas de agresión.  Junto al fascismo o a cualquiera de sus variantes estará siempre presente el peligro inminente de la guerra de agresión. Los alemanes, por ejemplo, dominados por el nazismo provocaron la confrontación bélica más grande y extensa de todos los tiempos, la misma que costará al género humano cerca de 50 millones de víctimas        
El Japón Imperial, esclavizado por una camarilla fanática de militares fascistas, arrastró a toda Asia a una guerra sin precedentes en el continente que asoló China, Filipinas, Indochina, Birmania, Malaya, Singapur, Indonesia, Nueva Guinea, muchísimas islas e islotes del Océano Pacífico.  La agresión a China supera todas las monstruosidades cometidas por los nazis en Europa Occidental y solamente puede ser comparada con la agresión hitleriana contra la Unión Soviética. Los italianos, subyugados por el fascismo, pretendieron revivir el antiguo Imperio Romano a costa de Grecia, Albania. Etiopía y otros países.
España, bajo Franco, tuvo que soportar una sangrienta guerra civil que duró tres largos años.    
El hecho de que algunos regímenes fascistas del pasado y del presente -sobre todo los del presente-, no hicieran o hagan guerras de agresión y conquista se debe únicamente a su debilidad militar y no puede, de ninguna manera, imputarse el hecho a una vocación de paz que no conoce el nazi-fascismo.
Los nazis, los fascistas, los franquistas, los falangistas, los militaristas y los racistas, cualquiera que sea su procedencia, su nacionalidad o su origen, tienden irremediablemente a la agresividad que en términos sociales significa la guerra.
El belicismo, como uno de los rasgos distintivos de la ideología nazi-fascista, tiene como su máximo exponente y precursor al célebre filósofo alemán Federico Guillermo Nietzsche. Creemos conveniente referirnos someramente a sus concepciones ontológicas de las cuales arranca toda la vocación agresiva del fascismo.    
Para Nietzsche la «naturaleza del hombre es maléfica, lo cual garantiza su fuerza». (12), y proclama:
«¡Mi mundo es la voluntad de poder y nada más!»  (13). 
Nietzsche enarbola un nuevo código moral que tiene íntima relación con sus ideas sobre la omnipotencia de la fuerza y del poder. Este código llama a la eliminación de los conceptos del bien y del mal creados -según él-  por los débiles para maniatar a los fuertes e impedirles desarrollar sus energías.
La verdad para el filósofo es la repudiable y orgullosa palabra que hay que destruir:
«La voluntad hacia la verdad es la impotencia de la voluntad para CREAR...»  (14)      
De aquí Nietzsche deduce que el gran hombre debe preferir mentir antes que decir la verdad porque la mentira requiere más espíritu de creación. Existe en el alma del gran hombre una infinita soledad a la cual no llega ni el elogio ni la censura.  El mismo es su propio juez, su propio fallo inapelable.
Un ser de estas dimensiones ontológicas, tan sublimado en su subjetividad, dueño de una "voluntad de poder" irrefrenable, dará origen a la concepción nietzscheana del "superhombre", el super-hombre de Nietzsche es el discípulo de su Zaratustra y son para él estas máximas:   
«Esta nueva tabla, hermanos míos. Erijo para vosotros:  ¡Volvéos duros!
           
El hombre sabio no sólo amará a sus enemigos, sino que odiará a sus amigos...
EI hombre debe ser apto para la guerra y la mujer para el recreo del guerrero. Todo lo demás es locura... Amad la paz como medio de una nueva guerra y la paz breve más que la larga. No os- exhorto a trabajar, SINO A LUCHAR... Decís que una buena causa santifica la guerra, más yo os digo que es una buena guerra la que santifica cualquier causa... »  (15).
Nietzsche es duro con el cristianismo al que reprocha su "debilidad". La defensa cristiana de los inútiles le parece inmoral, vergonzosa y pervertida: «Una blasfemia y una deshonra de la humanidad…»  (16).
El superhombre de Nietzsche, no será un hombre aislado, por el contrario, el filósofo sueña en el advenimiento casi religioso de una raza de superhombres:
«Esta nueva raza treparía hasta las cumbres mediante hazañas  inauditas y nunca vistas hacia un destino mayestático, hacia su poderosa misión terrestre...» (17)
Admirando como a Dios al superhombre Nietzsche desprecia a los endebles, a los débiles, a los inválidos a los inútiles. La compasión hacia éstos es, en Nietzsche, un sentimiento inferior que hace perder poder a quien la siente. En la instancia última y suprema para Nietzsche: PODER ES  DERECHO.
El superhombre, en consecuencia, puede y debe imponerse a los otros hombres usando los medios que le proporciona su propia fuerza y la conciencia de su propio poder. La crueldad es pues el sentimiento natural de las existencias superiores y ha habido tiempos y los habrá más aún en el futuro, que no sientan vergüenza de la crueldad más despiadada. ¡¡ Todo le será permitido al superhombre!!
Los nazis y en especial Adolf Hitler, sin embargo, tomarán a Nietzsche por su ángulo específicamente beligerante, la supra valoración de la fuerza, del poder omnímodo y queriendo aplicar la concepción supra-humana al pie de la letra, pretenderán encontrar en el ario alemán un embrión del hombre zaratustriano.  No toman en cuenta, por otra parte, y es bueno resaltarlo, que Nietzsche no fue un racista propiamente dicho y manifestó su repugnancia al racismo en general, y mucho más a la supuesta superioridad racista germánica. Se proclamó como un buen polaco que lo fue por nacimiento, enemigo del historicismo alemán. Decía “He dicho que el espíritu alemán se está haciendo más grosero y superficial” Por otro lado según G. Bataille: “El presunto germanismo de Nietzsche se fundaba principalmente en interpolaciones racistas y antisemitas intercaladas en sus obras por su hermana Elizateh” y finalmente otra máxima del filósofo “La admiración narcisista de la conciencia de raza germana es casi criminal y yo tengo una sencilla norma: no tener trato alguno con los monederos falsos del racismo”. (18)
En “beneficio” de Nietzsche podemos decir que sus máximas tienen un profundo contenido místico y telúrico que nos asombran por su contundencia y sinceridad, muchos de los cuales tenemos la obligación de difundir.
En cuanto al “problema” de Dios:
-          ¡Dios ha muerto! ¡Todos los dioses han muerto!
-          ¡Dios es una creencia que tuerce todo lo que es derecho!
-          ¡Un viejo Dios barbudo!, un Dios colérico y celoso, faltó al respeto de este modo.
-          ¡Dios también tiene su infierno y es su amor a los hombres!
-          ¡Dios ha muerto y es su amor a los hombres lo que lo ha matado!
-          ¿Es el hombre tan solo un error de Dios? ¿O es Dios tan solo un error del hombre?
-          Pero el Diablo no aparece nunca cuando hace falta; ¡siempre llega tarde ese maldito!
Su autovaloración suprema:
-        ¿Por qué soy tan sabio? ¿Por qué soy tan inteligente? ¿Por qué escribo libros tan excelentes? ¿Por     qué soy una fatalidad?
-          El que sabe que es profundo, es esfuerza por ser claro; el que quiere parecer profundo se esfuerza por ser oscuro.
-          Cuanto más espíritu, más sufrimiento, tanto más estupidez, tanto mayor bienestar.
Sobre el Estado.
-        El Estado es un monstruo hipócrita como tú (Se refiere al monstruo de fuego). ¿Qué es el Estado? Escuchadme, que voy a hablaros de algo que mata a los pueblos. Llaman Estado al más frío de todos los monstruos fríos, al que miente con toda frialdad cuando dice que él es el pueblo. ¡Eso es mentira!... Pero hay hombres destructivos que ponen trampas para atrapar a la gente y las llaman Estado… Pero el Estado miente en todos los lenguajes del bien y del mal; todo lo que dice es falso y todo lo que tiene es producto del robo. Todo él es falso… Hasta sus entrañas son falsas… Llamo Estado al lugar donde envenenan a todos, sean buenos o malos…”
Sobre los animales.
-          Los monos son demasiado buenos para que el hombre pueda descender de ellos.
-          El hombre es el único animal que sufre tan intensamente, que ha tenido que inventar la risa.
Sobre la mujer:
-          La mujer es incapaz de amistad, sólo conoce el amor.
-        Sobre la verdad y la mentira.
-          ¡Qué pocos saben ser verdaderos!
-          ¡Quién no cree en sí mismo, miente siempre!
-          ¡El que no sabe mentir, no sabe lo que es la verdad!
-          ¡La mentira más común, es aquella con la que nos engañamos a nosotros mismos!
Sobre el Existencialismo
- Todo es vano. ¿Por qué vivir?
- ¡Morir de un modo altivo, cuando ya no es posible vivir con dignidad!

Sobre la Amistad:
- ¿Serán nuestros amigos si nos conociesen bien?
Y finalmente:
- Como soy un genio sin igual en la historia del pensamiento humano… (lo digo con la debida modestia)      (19)
Todas sus elucubraciones increíbles y pensamientos contradictorios, tenían necesariamente que lesionar las células nerviosas de un cerebro que obsesionado  por el poder y la fuerza, acabó deteriorándose por completó hasta los extremos de la enajenación absoluta. En efecto; Nietzsche enloqueció en los últimos años de su vida, tornándose en un ente INÚTIL, INVALIDO Y DÉBIL. Por fortuna, para él mismo, jamás pudo darse cuenta que se había convertido, paradójicamente, en uno de los seres que tanto despreció en los momentos sublimados de su creación filosófica.
Cualquier pensador normal, cualquier tendencia ideológica coherente que pretenda levantarse sobre los principios nietzscheanos, los tomará en el sentido figurado admirando que un elemento somático tan débil como el suyo, fuera capaz de irradiar tanta fuerza subjetiva.  Su espíritu poderoso que parece explotar llega a alcanzar altísimos niveles de sublimación. El alma nietzscheana más tiende a lo bello que a lo bueno y no podemos negar que la honda influencia que puede ejercer un razonamiento tan contundente como el de Nietzsche, en un mundo contemporáneo con su escala de valores destruida, se debe a la grandeza diabólica de una idealización de la belleza absoluta.
Para Carlyle, los jefes, los líderes y los héroes escriben y hacen la historia, mientras que los pueblos, las masas populares, las muchedumbres son solamente los instrumentos que utilizan los grandes hombres para actuar sobre la historia. Las ideas de Carlyle unidas a la de Nietzsche forman el substrato ideológico del nazi-fascismo que sustituye el simbolismo de las concepciones de sus maestros y pone en su lugar una política antihumana y pervertida.
Muy pocos fascistas conocen a Nietzsche, pero es innegable que el pensamiento filosófico que desarrollara este genio trastornado tuvo y tiene preponderante influencia en el génesis y ulterior proceso evolutivo de las concepciones nazis y fascistas del presente.
La agresividad, convertida en belicismo, hace de los regímenes y estados dominados por el fascismo, la fuente de toda guerra internacional.  Los fascistas son, entonces, los más peligrosos enemigos de la paz entre los pueblos del mundo.
                       
4.- LA DEMAGOGIA
Los regímenes fascistas, nazistas y falangistas se caracterizan por la utilización sin freno, pausa ni rubor, de la más descarada demagogia que está destinada a ocultar los irreparables daños que causan estos regímenes a las sociedades que han logrado dominar.  La demagogia fascista es organizada y en Alemania se estructuró especialmente un ampuloso "Ministerio de Propaganda", a cargo del tristemente célebre Dr. Goebbels que tenía como misión falsear los hechos empleando sistemáticamente la mentira a nivel internacional como método. El "nuevo orden" fue glorificado hasta el delirio por la tendenciosa propaganda de Goebbels. El nazismo alemán que había venido siendo presentado como la expresión suprema de la cultura occidental y cristiana, como la salvación del occidente frente al avance de los pueblos inferiores de color, debía también jugar el importantísimo papel de coraza anticomunista. Iniciada la guerra mundial, la propaganda jugó un rol inusitado: incansablemente Goebbels y su equipo propalaban "informaciones" y comentarios en torno y a cerca de la invencibilidad del ejército nazista. Al principio no había mucho problema, pues bastaba con exagerar un poco los verdaderos triunfos de las armas alemanas, pero después de Stalingrado la cosa cambió fundamentalmente. Goebbels y su grupo de especialistas en la mentira nietzscheana tenían que hacer malabarismos para mostrar un cariz aceptable de su situación en el frente del este.
Goebbels decía: "la mentira repetida muchas veces puede convertirse en la verdad"   Como podemos apreciar éste pensamiento se encuentra muy cerca de la filosofía nietzscheana.
Los nazis y los fascistas utilizaron y utilizan su densa propaganda para convencer al mundo de que ellos no están "ni con los capitalistas, ni con los comunistas", que su régimen se encuentra al margen y por encima de las clases sociales y su lucha, que apoyan a los obreros y también a los empresarios, que son "socialistas" y muchas otras mentiras almibaradas para confundir a los pueblos y a las masas populares
«Si se somete a un pueblo a un régimen alimentado de propaganda obsesiva de terror, de militarización total, de delación, de acecho, si a una juventud le inculcan los principios morbosos del nazismo, si se glorifica a los criminales, si se priva a un pueblo de toda moral y se le persuade de que es un pueblo elegido, una raza de auténticos señores, el resultado no puede diferir del anterior... » (Se refiere al régimen nazista. - Nota nuestra) (20)
Así refiere Jacques Delarue la utilización de la propaganda para narcotizar una sociedad, convertirla al nazi-fascismo y ocasionar los enormes daños materiales que son conocidos en Alemania.
Los nazi-fascistas nada tienen que ofrecer como solución positiva a los problemas sociales y, además, como constituyen un fenómeno social que se contrapone a las aspiraciones de los sectores populares, deben recurrir a la mentira, al engaño, al chantaje, al fraude y a la calumnia en forma metódica a fin de disfrazarse, de camuflarse y no espantar con su verdadero rostro apocalíptico de enemigos de la humanidad y de la vida.
Los regímenes, las organizaciones y los elementos fascistas --de este modo-- pueden aparentar una fisonomía muy distinta de su verdadero contenido antipopular y profundamente reaccionario. Esto le sirve muchas veces para provocar encontradas y encendidas polémicas en el seno de las fuerzas populares propensas siempre al análisis pormenorizado.
La demagogia nazi-fascista es uno de los elementos más necesarios para el sostenimiento en el poder de las dictaduras fascistas y de todos los regímenes derechistas de la especie.

5.-  EL ANTI-COMUNISMO.
No obstante ser todos los anteriores elementos característicos del fascismo profundamente pronuncia dos, el anti-comunismo los supera ampliamente.  Se puede afirmar que el nazismo constituye una especie de enajenación de las sociedades condenadas a muerte por la historia que pretenden arrastrar a su propia tumba a quienes han osado sustituirlas.
La sociedad burguesa en su conjunto siente que la tierra se mueve bajo sus pies, entonces genera el fascismo cuya finalidad máxima consiste pues en aniquilar y aplastar por cualquier medio los gérmenes de la nueva situación que asoman ya en el seno de la sociedad que va muriendo y prolongar de este modo un poco más su propia existencia.
Los fascistas no tienen conciencia de este tipo de fenómenos, pero el instinto de conservación de la sociedad toda se refleja en ellos que actúan llevados por instintos primarios. Así se explica con alguna facilidad el cúmulo de excesos aberrantes que cometen en el cumplimiento de su "sagrada misión", al punto que descienden al campo propio de los entes irracionales.
«Los crímenes del nazismo no son los de un pueblo. La crueldad el goce de la violencia, el culto a la fuerza bruta, el racismo feroz no es patrimonio de una nación ni de una época.  Son de todos los tiempos. Tienen unas bases biológicas y psicológicas no menos ciertas.  El ser humano es una fiera peligrosa.  En periodo normal, sus malos instintos permanecen arrinconados, yugulados por los convencionalismos, las costumbres, las leyes, los criterios de una civilización.  Pero si viene un régimen que no sólo libera esos impulsos sino que los hace pasar como verdaderas virtudes, entonces, del fondo insondable del tiempo, asoman las fauces de la fiera bajo la máscara frágil del ser civilizado; desgarra esa débil corte¬za y lanza el aullido de muerte de los tiempos olvidados...» (21).
La primera bandera que levantan los fascistas en su ascenso es la sucia del anti-comunismo.  Con la ignorancia absoluta de quien no comprende nada, los fascistas se lanzan a estrangular todo lo que tenga simple apariencia de revolucionario.
Hitler, autoproclamado comandante en jefe de la cruzada mundial anti-comunista reconocía como su principal meta y objetivo el aplastamiento total y completo de la joven Unión Soviética y luego de todos los movimientos y partidos comunistas europeos. La campaña hitleriana para dominar los países europeos occidentales constituye verdadero juego de niños comparada con la célebre y escalofriante "Operación Barba Roja", denominación en código de la invasión a la URSS.  Las instrucciones de Hitler a su Alto Mando son precisas: había que aniquilar a toda la población civil y muy especialmente a la gente que demuestre alguna simpatía con el bolchevismo, arrasar aldeas y ciudades íntegras "culpables" de proteger o ayudar a los "rojos", como el caso pavoroso de Lídice, una pequeña aldea checa que fue totalmente destruida y su población aniquilada acusada de haber brindado refugio a los guerrilleros que presuntamente ajusticiaron al "protector" de Bohemia y Moravia, Heydrich.
Cientos y cientos de divisiones mecanizadas con millones de hombres reclutados en toda Europa ocupada fueron lanzados contra la Unión Soviética y mientras este inmenso ejército avanzaba sobre tierra soviética, se cumplían metódicamente las instrucciones asesinas del Alto Mando Alemán.  El resultado final de aquella catastrófica aventura que no tiene parangón en la historia de las guerras fue de 20 millones de ciudadanos soviéticos muertos entre 1.941 y 1.945. La experiencia de la agresión nazi-fascista a la Unión Soviética no fue una excepción, por el contrario, es la muestra más palpable y el ejemplo más aleccionador del odio anti-comunista del fascismo.
Los fascistas italianos, los franquistas españoles, los militaristas japoneses y más modernamente los gorilo-fascistas de América Latina lo primero que persiguen y pretenden destruir a toda costa es el movimiento comunista y todo lo que se le aproxime.
El anti-comunismo del fascismo tiene su contrapartida en el anti-fascismo del comunismo.  Ambos movimientos se mueven en las antípodas de la dinámica social. Cada uno a su turno vanguardizan las dos tendencias fundamentales del futuro de la humanidad y del triunfo del uno sobre el otro en términos globales depende que el género humano avance hacia la verdadera justicia social y la libertad cada vez más plena o se precipite a una nueva edad de piedra.
6.   LOS CAMPOS DE CONCENTRACION NAZIS.
Todos los anteriores elementos constitutivos del nazi-fascismo que hemos visto, son más o menos de carácter ideológico-político; ahora para completar nuestro cuadro de la verdadera imagen del nazi-fascismo, nos referimos a un otro elemento de tipo concreto: los campos de concentración levantados por el nazismo alemán durante la Segunda Guerra Mundial.
Auschwitz... Belsen-berger... Treblinka... Buchenwald... Maidanek... Dachau... Mauthaussem...    Sobibor...  Chelmno...
Muchos hombres y mujeres que hoy viven todavía dispersos en todo el mundo palidecerán de espanto al sólo mencionarse estos extraños y fatídicos nombres.
«Hemos de crear una técnica de la despoblación.  Si me pregunta usted o que yo entiendo por despoblación le diré a usted que preveo la liquidación de unidades raciales, y lo haré, puesto que veo en ella, a grandes rasgos, mi misión fundamental.  La naturaleza es cruel, y por este motivo, también nosotros podemos ser crueles.  Si mando la flor y nata del pueblo alemán a la guerra sin lamentar en ningún momento el derramamiento de la valiosa sangre alemana en el infierno de la guerra, TAMBIEN TENGO EL DERECHO DE DESTRUIR MILLONES DE HOMBRES DE RAZAS INFERIORES, QUE SE MULTIPLICAN COMO LOS PARASITOS...» (Mayúsculas nuestras). (22).
Así hablaba Hitler a su amigo Hermann Rauschning cuando se preparaba a poner en práctica sus diabólicos planes. Los campos de concentración --obra maestra del nazismo-- estaban sometidos a la jurisdicción exclusiva de la célebre Gestapo o Amter 4 y todas las personas recluidas en ellos eran de su propiedad.
Los comunistas, los judíos y más aún los judíos comunistas debían ser exterminados sin dilación alguna, para ello se construyó enormes cámaras de gas donde ingresaban los condenados ignorantes de su suerte a "tomar una ducha". Las puertas se cerraban herméticamente y simultáneamente se abrían las llaves que daban paso al gas venenoso o asfixiante.  Como es natural, en pocos minutos no quedaba nadie con vida y los cuerpos inanimados eran luego extraídos de las cámaras y trasladados en camiones a los hornos crematorios donde eran calcinados a altas temperaturas.  Cada día miles y miles de hombres, mujeres y niños recorrían esos fatídicos caminos sin retorno.
A continuación, transcribimos algunos testimonios del proceso de Nuremberg en torno a estos espeluznantes crímenes:
«Mandé en Auschwitz desde el l° de diciembre de 1.943 y calculo que, por lo menos, dos millones y medio de personas fueron muertas en las cámaras de gas, otro medio millón murió de hambre y enfermedades,
de lo que da un total de tres millones de muertos.  Esta cifra representa del 70 al 80 por ciento de todos aquellos que eran destinados a Auschwitz, pues el resto fue destinado a trabajar en la industria del armamento o en las industrias enclavadas en otros campos de concentración. NOSOTROS MATAMOS, EN EL VERANO DE 1.944, UNOS CUATROCIENTOS MIL JUDIOS HUNGAROS EN AUSCHWITZ...”
Sigue el relato de Rudolf Franz Ferdinand Hóss:
“El comandante del campo de Treblinka me dijo que habían matado ochenta mil en el curso de medio año. Su misión principal consistía en exterminar a todos los judíos procedentes del ghetto de Varsovia. Usaba gas de monóxido, pero no estaba satisfecho del resultado del mismo. Por este motivo me decidí por el ziklón B que introducíamos en las cámaras por una pequeña abertura en las mismas.
Otra MEJORA con respecto a Treblinka fue que nosotros construimos cámaras de gas en las que podíamos meter hasta 2000 personas a la vez, mientras que las diez cámaras de gas de Treblinka admitían sólo 200 personas cada vez.
En Auschwitz trabajaban dos médicos de las SS que examinaban a todos los que llegaban al campo. Los presos habían de desfilar ante uno de los médicos que, en el acto, adoptaba una decisión. Los capacitados para el trabajo eran destinados otra vez al campo, los otros directamente a las cámaras. Los niños de corta edad siempre eran destinados a morir, ya que debido a su corta edad no podían trabajar. Con frecuencia, las mujeres querían ocultar a los niños bajo sus ropas, pero cuando los descubríamos mandábamos inmediatamente a los niños a las cámaras. Queríamos que toda la acción fuera mantenida en secreto, pero el hedor originado por la incineración de los cadáveres inundaba toda la comarca...» (23).
A Auschwitz le sigue en ferocidad el campo de Belsen, en torno a este campo dice el Dr. Charles Bendel, testigo ocular y declarante de Nuremberg.
«Ahora comienza el verdadero infierno. El comando especial trataba de trabajar lo más rápidamente posible.  Arrastraban los cadáveres por las muñecas. Eran como verdaderos diablos. Hombres que momentos antes habían tenido rostros humanos habían perdido toda su expresión racional.  Un abogado de Saloniki, un ingeniero de Budapest... habían dejado de ser hombres ya que mientras se dedicaban a aquella repugnante labor los alemanes les pagaban con sus látigos.  Al cabo de media hora había terminado el trabajo y un nuevo transporte había sido exterminado por el Krematorium No. 4...
Unas correas sin fin o pequeños vagones eléctricos transportaban los cadáveres hasta los hornos.  Las cenizas y los restos óseos eran triturados por molinos, pues no querían que quedara rastro del crimen...» (24).
Siguen en torno a Belsen las conversaciones de dos SS:
«Al día siguiente nos trasladamos a Belsen. El hedor que reinaba en toda la comarca... era insoportable.
A la mañana siguiente llegó el primer tren procedente de Lemberg: 45 vagones con 6.700 personas de las cuales 1.450 ya habían muerto por el camino. Detrás de las ventanillas enrejadas nos miraban unos niños terriblemente pálidos y asustados, los ojos llorosos, al igual que los hombres y las mujeres    Las cámaras se iban llenando, Apenas cabía nadie más. De 700 a 800 personas ocupaban un espacio de sólo 25 metros cuadrados, 45 metros cúbicos.
Cerraron las puertas.
Al otro lado de las cámaras, los grupos de trabajo, compuestos por judíos, abrían las puertas. Los muertos estaban de pie, como si fueran columnas de basalto. No había sitio suficiente para que se hubieran desplomado ni siquiera inclinado hacia un lado u otro. Incluso muertos era fácil reconocer a las familias. Se tenían cogidas las manos de un modo que luego se hacía difícil separarlos para dejar libre la cámara para el siguiente transporte. Sacaban los cadáveres, manchados de sudor y de orina de excrementos. Los cadáveres de los niños eran arrojados por el aire. Los látigos de los ucranianos (tropa mercenaria de nacionalistas ucranianos al servicio del nazismo) caían sobre los judíos... »  (25)
Sin embargo, los genocidas consideraban que el "trabajo" era realizado muy lentamente y tomaban medidas para acelerarlo. Debía encontrarse los medios adecuados para apresurar el proceso de exterminio humano. Se inventaron entonces los sistemas de aniquilación motorizada. Se utilizaron camiones cuya carrocería era una pequeña cámara de gas, así se podía asfixiar a la gente al ser transportada a los campos y de este modo los cuerpos llegaban directamente a los hornos crematorios.
Las siguientes declaraciones revelan el carácter del apresuramiento del proceso:
«Las declaraciones del SS Kurt Gerstein de sus conversaciones con el SS Globobnick:
Todo este asunto (los crímenes de los campos) es uno de los más secretos de la actualidad, por no decir el más secreto de todos. Actualmente (1942) tenemos en funcionamiento tres instalaciones:
1. Belsek, en la carretera y línea ferrea Lublin-Lemberg. Capacidad diaria 15000 personas.
2. Treblinka, a 120 km. de Varsovia. Capacidad diaria 25.000 per¬sonas.
3. Sobibor, en Polonia también. Capacidad diaria 20,000 personas. Otra de las misiones que le voy a confiar a usted --me dijo Globobnick--, es la transformación de las cámaras de gas que hasta ahora vienen trabajando con gases de explosión diesel. Es necesario acelerar el proceso y he pensado en la conveniencia de usar ácido prúsico. Anteayer estuvieron aquí el Fuhrer e Himmler. He de darle a usted todas las órdenes verbalmente pues no quieren que exista ninguna orden por escrito...» (26).
Por causas naturales, es decir inanición, torturas, enfermedades y otras, igualmente morían millares de personas por día, las mismas que eran enterradas en enormes fosas comunes cuando los hornos no abastecían. Las fotografías de Belsen-Belser nos muestran de cadáveres esqueléticos por la falta de alimentación, arrastra dos a las fosas por tractores como si se tratara de desperdicios, tierra o piedras. Otras enormes montañas nos muestran los cabellos, los lentes, los zapatos de las infortunadas víctimas que constituyen un mudo testimonio macabro del infierno nazi-fascista.
Y sin embargo tanta atrocidad no era el clímax, faltaba aún lo más escalofriante, aquello en lo cual la barbarie nazi toca los linderos de la enajenación colectiva: los célebres experimentos científicos.
La esterilización de los comunistas y de los judíos se llevó a cabo masivamente bajo la dirección del "doctor" Joseph Mengele y consistía en cercenar testículos y extraer ovarios en las condiciones higiénico-quirúrgicas más espantosas. Los "médicos" nazis se vanagloriaban de hacer muchísimas de estas operaciones en una hora, lo hacían naturalmente sin lavarse las manos para pasar de un "paciente" a otro, sin esterilizar los instrumentos, sin coser capa por capa los tejidos seccionados, en fin, haciendo lo imposible para provocar infecciones y gangrenas. Es increíble que muchas de estas víctimas pudieran sobrevivir y en algunos casos pudieran llegar a testificar ante los tribunales que juzgaron los crímenes horrendos al terminar la guerra.
«Los prisioneros eran objeto de espantosos experimentos: en personas vivas se probaban diversas substancias químicas, nuevos gases, balas envenenadas y reacciones de nuevas drogas.
A los prisioneros se les obligaba a trabajar de 12 a 14 horas diarias en la industria de guerra sin recibir siquiera un mínimo de alimentación... En las fábricas de muerte, los hitlerianos hacían pantallas con la piel de personas asesinadas: con las cabezas humanas disecadas hacían figurillas y rellenaban colchones con los cabellos de las mujeres» (27).
Otro experimento consistía en sumergir a los prisioneros rusos en cubos enormes de agua helada, registrándose los tiempos que estos infelices resistían el frío antes de morir congelados para establecerse índices y niveles de resistencia a las bajas temperaturas con el fin de aplicar esos conocimientos en la campaña del este.
La "ciencia" nazi-fascista pretendió borrar todos los sentimientos de solidaridad y fraternidad entre los desgraciados prisioneros. Se los colocaba en sillas eléctricas frente a frente y se obligaba a unos a electrocutar a otros, hermanos entre sí, padres e hijos, esposos entre sí, eran empleados a fin de recoger datos sobre la pérdida de voluntad y la obediencia inmediata y condicionada mediante choques eléctricos. El nazismo estaba obsesionado por alcanzar someter a la humanidad íntegra por medio del terror y por ello planificaba estos experimentos que servirían para dominar las voluntades de los hombres. No obstante, la monstruosidad de los crímenes se conoció ejemplos sublimes de heroicidad cuando algunos se negaron a electrocutar a sus hijos o a sus padres pagando naturalmente con la vida estas actitudes de rebeldía.
Mengele (un monstruo que presumiblemente vive aún, decíamos en 1980, ahora conocemos que murió en Brasil) y sus hombres inyectaban kerosene a las venas de los comunistas y los judíos. Y, los "experimentos científicos" del diabólico Dr. Mengele, suman y siguen en una ronda que ni el Dante ha podido imaginar...   
«La atmósfera y género de vida en los campos de concentración han sido relatados con todo detalle en varias obras escritas por los mismos deportados. Los hombres que vivieron esta pesadilla en una época y en un país que se dicen "civilizados" hallábanse totalmente sumergidos en aquel maremagnum del mundo nazi, un mundo de esclavos de seres sumisos hasta la muerte a los caprichos de un pequeño núcleo de amos crueles, un mundo que era el fin lógico donde iban a desembocar las teorías más arraigadas del nacional-socialismo. Entrar en un campo de concentración era saber, desde la llegada, que ya nunca más se recobraría la libertad. En el campo, los SS decían a los recién llegados: AQUÍ NO HAY MAS QUE UNA SALIDA: LA CHIMENEA, o bien destacaban una enorme pancarta en la puerta advirtiendo: AQUI SE ENTRA POR LA PUERTA Y SE SALE POR LA CHIMENEA, ironías típicamente nazis a las que la humareda nauseabunda de los hornos crematorios daba trágico tinte de veracidad...» (Las mayúsculas son nuestras) (28)
Jacques Delarue, prisionero de los nazis y autor de un sensacional libro sobre la Gestapo, nos refiere estos pasajes de su propia experiencia vivencial de los campos de concentración. Y finaliza Delarue:
«... Lo que el nazismo ha querido realizar es la destrucción del hombre, tal como se ha ido forjando en milenios sucesivos.  El mundo nazi es el imperio de la fuerza total, sin ninguna restricción, es un mundo compuesto de señores y de esclavos, en el que la dulzura, la bondad, la compasión, el respeto al derecho, el amor a la libertad, ya no son virtudes, sino crímenes imperdonables...» (29)
Líneas arriba no quisimos dar una definición del nazi-fascismo y preferimos pasar revista, a vuelo de pájaro, a sus principios ideológicos y políticos y finalmente a una sola de sus obras: la más importante y la más significativa...
Creímos que valía la pena remontarnos unos treinta años atrás en la historia de la humanidad para rastrear los orígenes de una conducta política que anida en el alma de nuestros militares y de muchos señorones burgueses que silenciosamente odian al pueblo, aunque dicen respetar la libertad y la democracia.
El recuento de la obra nazi-fascista podrá parecer a algunos como un añadido artificial al problema nacional boliviano. Se dirá --ya estamos escuchando--, ¿qué tiene que ver aquello con nuestros problemas? Nosotros pensamos que el nazi-fascismo es un problema universal que amenaza abatirse sobre los pueblos justamente cuando estos han tomado el camino de su liberación. Además, nos interesa mucho que los obreros, los campesinos y los estudiantes bolivianos vayan comprendiendo el inmenso peligro que entraña para América Latina el avance sigiloso y paulatino del nazi-fascismo criollo a la sombra de los intereses monopolistas y por intermedio del militarismo.
Hemos terminado este capítulo con un gusto muy amargo en la boca y una indefinible sensación saturada de disgusto, asco y depresión. Sin embargo, pensamos que es necesario recordar una y otra vez, en cada momento en que se insinúe el olvido, los rostros desesperados de niños torturados y de millones de víctimas inocentes, lo que nos compromete a luchar para que el mundo no vuelva a vivir una pesadilla semejante.
«El ejemplo alemán ya se esfuma ahora, en los cuatro extremos del mundo, los supervivientes y los nostálgicos del nazismo lanzan al viento, otra vez, sus gérmenes mortales.... (Parece que Delarue hubiera escrito estas líneas pensando en nuestra América Latina 1970-80 y 2016) ... Si a los hombres les falta la memoria, si unas circunstancias propicias, unos tiempos agitados o la ausencia de diques suficientemente sólidos lo permiten, la marejada sangrienta podría desbordarse de nuevo.   Entonces..., ¿quiénes serán las próximas víctimas?...» (30)

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NOTAS BIBLIOGRÁFICAS.

1.    DIMITROV, George. Obras Escogidas. Tomo I. Akal Editor. España 1977.  Pág.  57.
2.    Dimitrov, citada.    Pág.      584.
3.    Dimitrov.   Pág.     579.
4.    Dimitrov.   Pág.     579 y 580.
5.    Dimitrov.   Pág.     580.
6.   DELARUE, Jacques. "Historia de la Gestapo". Edit. Bruguera SA. Barcelona. Pág  96.
7.   ROHAN D'O, BUTLER. "Raíces Ideológicas del Nacional-Socialismo".- Fondo de Cultura   Económica. México.  Pág. 162.
8.    Butler. Raíces Ideológicas.. . Pág. 161.
9.    Butler. Raíces Ideológicas....  Pág. 162.
10.  ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA U.R.S.S. "El Sionismo, Ideología del Imperialismo".- Pág.45.
11.  Ídem. EL Sionismo....Academia de la URSS. Pág. 75.
12.   Butler. Citada. Raíces Ideológicas... Pág. 187.
13.   Butler. Raíces Ideológicas... Pág. 187.
14.   Butler. Raíces Ideológicas... Pág. 189.
15.   Butler. Raíces Ideológicas... Pág. 189.
16.   Butler. Raíces Ideológicas... Pág. 188.
17.   Butler. Raíces Ideológicas... Pág. 191.
18.   ECHAZU A., Jorge. Cinco “Herejías” Filosóficas. Pág. 101. Citando a G. Bataille.
19.   Echazú, Citada. Págs.83-104.
20.   Delarue, Jaques. Historia de la Gestapo.  Pág. 422.
21.   Delarue. Historia de la Gestapo. Pág. 421
22.   Rauschning, Hermán. Citada. Pág. 124.
23.   Rauschning. El proceso de Nurenberg. Págs. 437.
24.   Proceso de Núremberg. Págs. 437.
25.   Proceso de Núremberg.  Pág. 421.
26.  Rauschning,  Herman.   Memorias.  Pág. 307. Tomada de "El Proceso de Núremberg". Edit. Bruguera. España.
27.  Rauschning.  El Proceso de Núremberg.  Edit. Bruguera. España. Pág. 435-436.
28.   Rauschning. El Proceso de Núremberg. Pág. 437.
29.   Delarue, Historia de la Gestapo. Pág.287.
30.   Delarue. Historia de la Gestapo... Pág. 422.


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