UN PLAN MISERABLE PARA PALESTINA
Por
Pablo Jofré Leal
EE.UU.,
impulsa un plan para Palestina al que llama ‘Acuerdo del Siglo’: ¿busca con él
establecer la paz o acabar con los ideales del pueblo palestino?
Estados
Unidos, bajo mandato del lobby sionista y los sectores más reaccionarios de la
sociedad estadounidense, se ha embarcado en dotar a Israel de un Plan destinado
a obstaculizar el objetivo de concretar un Estado Palestino, con plena
autodeterminación. Lo denomina “el Acuerdo del Siglo”.
Bajo
ese rimbombante título, el yerno del presidente estadounidense Donald Trump, el
empresario inmobiliario judío Jared Kushner realizó, a mediados del mes de
junio pasado, un viaje por Oriente Medio, en una labor de lobby y
convencimiento respecto a llevar a buen puerto este acuerdo. Objetivo que se
realiza a espaldas del pueblo palestino, con encuentros que significaron
reuniones y complicidades, con lo más rancio y reaccionario de las Monarquías
de Jordania, Arabia Saudita y Catar. Al igual que con el régimen egipcio, para
finalmente llegar a Israel y entrevistarse con la plana mayor política y
militar de la entidad sionista.
La
Imposición Con Nombre de Acuerdo
Kushner
se reunió con el rey de Jordania, Abdulá II, quien en forma pública habló de la
necesidad que Al-Quds Este sea la capital de un futuro Estado palestino
independiente. Abdulá II señaló a los enviados de Trump,la necesidad de
relanzar el proceso de paz entre palestinos e israelíes "en base a la solución
de los dos Estados y las resoluciones internacionales relevantes" Pero,
este comunicado de la Monarquía Jordana choca con el verdadero sentido de la
gira: obligar a los aliados de Estados Unidos en la zona a aceptar lo que
determine Washington con el sionismo.
A
esta gira, en apoyo de Kushner, se sumó el ex vicepresidente de Trump
Organization, Jason Greenblatt, que actúa como representante de la
administración de su amigo Trump para las negociaciones internacionales. Dupla
que se une a la labor del Embajador Estadounidense en Israel, David Friedman,
abogado especialista en bancarrotas e inversiones de las empresas de Trump, que
además cumple la exigencia de ser un férreo defensor de los asentamientos
judíos en territorio palestino y declarado opositor a la conformación de un
Estado palestino en el marco del fracasado plan de los dos Estados.Un
diplomático del ala más extremista del sionismo estadounidense que genera
resquemores, incluso en el seno de la diplomacia de ese país “De hecho, cuando
se anunció su nombramiento cinco ex embajadores estadounidenses destinados en
Israel, enviaron una carta al Senado asegurando que Friedman no estaba
cualificado para el cargo por sus posturas “extremas y radicales”.
Washington,
aún no ha presentado formalmente su propuesta de paz para Palestina, pero ha
trascendido, que su objetivo estratégico pasa por consolidar los siguientes
puntos. Primero, la transferencia a la administración de Palestina de unos 720
Kilómetros cuadrados – un territorio equivalente a dos franjas de Gaza – del
Sinaí Egipcio que incluiría las ciudades de Al Arishb y Sheij Zuweid en un
trueque que entregaría a su vez a Egipto una cesión similar de tierras de la
Palestina Histórica – en el desierto del Néguev. Idea que fue denunciada por el
propio Egipto en diciembre del año 2017 negándose a tal posibilidad, pero que
políticos israelíes han sacado a la luz e incluso develando, que el propio
presidente egipcio Abdel Fatah al-Sisi sabe de este plan desde el año 2014.
Para
las autoridades del país norafricano, la solución al problema palestino “no se
puede hacer a expensas de Egipto”. Pero, pocas semanas después de esta
afirmación de Al-Sisi y en la propia capital egipcia, la ministra israelí de
igualdad social, Gila Gamliel, reveló el plan sionista “Es apropiado considerar
que partes de los países árabes, como la península del Sinaí, puedan llegar a
ser considerados espacios para un futuro Estado palestino”. Medios europeos
señalaron en su momento – diciembre del año 2017 - que según el semanario
egipcio Al Ahram Weekly, la idea de utilizar territorio egipcio, para asentar a
los palestinos, surgió en el 2004, cuando la entonces consejera de seguridad
nacional israelí, Giora Eiland, propuso un plan que suponía la retirada de
Israel de Gaza el año siguiente – tal como se concretó el año 2005 - pero iniciando un bloqueo criminal, que se
extiende hasta el día de hoy - y la posterior anexión de un parte del
territorio del Sinaí a Gaza. A cambio, Egipto recibiría una porción de territorio
en el desierto del Néguev, que es parte de la Palestina Histórica. Idea que
vuelve a ser reflotada en estos días de gira de Jared Kushner y su mandato para
llevar adelante el pomposo “Acuerdo del Siglo”.
Según
el Diario catalán El periódico, Al Ahram Weekly daba cuenta también que la BBC
de Inglaterra desclasificó una serie de documentos que mostraron que ya el año
1982 – a un año del asesinato del presidente Anwar el Sadat – el sucesor
presidencial en Egipto, Hosni Mubarak aceptó una propuesta del gobierno
estadounidense de Ronald Reagan de acoger a los palestinos, tras la invasión
sionista a El Líbano. Mubarak señaló, frente a esta información, en noviembre
del año 2017 que en realidad fue Benjamín Netanyahu, el año 2010 quien le
solicitó “repoblar de palestinos El Sinaí”. Misma información entregada por la
agencia de noticias rusa Sputnik al señalar que “La propuesta la formuló el
presidente de Estados Unidos, Ronald Reagan, durante una visita oficial de
Mubarak a Estados Unidos en febrero de 1983, y poco después, durante el viaje de
regreso a El Cairo, Mubarak hizo escala en Londres y reveló la propuesta a la
primera ministra Margaret Thatcher. Advirtiendo que era una solución arriesgada
para Oriente medio.
En
todo estos dimes y diretes, Al-Quds Este como capital de un hipotético Estado
palestino desaparece de cualquier intento de negociación. Y, una eventual
capital estaría radicada en Abu Dis, una aldea, que desde los Acuerdos de Oslo
del año 1993 se ubica en la denominada Zona B, bajo el supuesto control
administrativo de la Autoridad Nacional Palestina –ANP- y control militar del
ejército invasor, que coordina sus acciones con esa autoridad. Sólo algunos de
los sitios históricos y localidades aledañas serían parte de esta “peculiar
capital” perdiendo aquellas zonas donde ya se han instalado 250 mil colonos
judíos sionistas, considerados los más terroristas de los 650 mil que se han
asentado en la ribera occidental. Ma´ale Adumin, Ramot Alon, Pisgat Ze'ev,
Gilo, Neve Yaakov, Ramat Shlomo, East Talpiot, que son algunos de esos asentamientos,
a pesar de que las Naciones Unidas, en su resolución N°2334 de diciembre del
año 2018 indicó que estos sitios coloniales en Al-Quds Este “no tienen validez
legal y son una flagrante violación del derecho internacional”.
Y
como muestra de la judaización de la ciudad vieja jerosimilitana, donde habitan
actualmente 40 mil palestinos y 3 mil ocupantes sionistas, esta pasaría a ser
anexionada a Israel junto a los asentamientos judíos que la rodean. Así como
también todo el Valle de al Aghwar – Valle del Jordán – que incluye el dominio
del Mar Muerto y la rica zona agrícola cercana a la ciudad de Ariha (Jericó).
La mezquita de Al-Aqsa quedaría bajo supervisión palestino-jordana, lo que
implica igualmente, que toda la zona de la capital histórica palestina concretaría
su proceso de judaización.Las competencias en materia de seguridad y fronteras
exteriores seguirían en manos de los ocupantes. Nada se haría respecto a una
eventual vuelta a las fronteras previas a la Guerra del año 1967 y menos aún la
retirada de los colonos judíos sionistas que usurpan Palestina.
Se
nos presenta entonces, el deseo y labor del sionismode frustrar los anhelos y
derechos del pueblo palestino, convirtiendo un sueño de autodeterminación en un
aparente y liliputiense Estado independiente, al cual se le quiere silenciar,
maniatar y seguir asesinando bajo la complicidad estadounidense. Un Estado
palestino diminuto y sujeto a la bota del ocupante, sin resolver problemas de
fondo tales como: el retorno de los refugiados, que serían absorbidos en los
países donde actualmente se encuentran mayoritariamente (Jordania, El Líbano y
Siria). Sin destruir el Muro de la Vergüenza que ha generado una tierra de
bantustanes. Sin el retiro de los cientos de miles de colonos y soldados
extremistas, de los asentamientos construidos precisamente para fortalecer una
propuesta como la que pretende la alianza Estados Unidos e Israel.
Los
Criminales Como juez y parte
La
concepción del anunciado “Acuerdo del Siglo” que Estados Unidos prepara junto a
su hijo putativo es, desde su concepción, la expresión del colonialismo en su
versión más criminal. ¿Cómo va a ser racional que la resolución de un
conflicto, atizado por Washington e Israel se deje en manos de esta alianza
criminal, sobre todo cuando la entidad sionista ha demostrado que su único
interés es expandir su presencia en los territorios ocupados, hasta hacer
inviable la exigencia de su salida como también intensificar hasta la asfixia a
la Franja de Gaza? No puede el zorro cuidar las gallinas, el ladrón ejercer de
juez, no puede el criminal definir quédebe ser el cumplimiento de la legalidad
internacional. No puede esta asociación creada para delinquir llamada sionismo
e imperialismo definir el futuro del pueblo palestino.
La
ocupación de la Ribera Occidental y el bloqueo contra la Franja de Gaza ha
servido, para que la industria militar israelí aproveche su política colonial y
así probar sus nuevos armamentos e invertir e innovar en tecnología militar
para luego comercializarla en el mercado de la comunidad internacional. Esta
información ha sido entregada por la ONG Hamushim, en un documento dado a
conocer el pasado mes de junio y que da cuenta de cómo esa industria de armas
ha usado como campo de pruebas cada pedazo de territorio palestino y
últimamente la marcha del retorno impulsada por la sociedad gazetí para exigir
su derecho al retorno, que tiene como respuesta balas, gases, muerte y
destrucción.
El
hablar de negociaciones, sin informar en forma transparente en qué está
trabajando la alianza criminal entre Washington e Israel - sumando a sus socios
incondicionales como la Casa al Saud y la Monarquía Jordana (sin participación
alguna de Palestina) - es simplemente demorar la exigencia de poner término a
la ocupación sionista, poner freno a los crímenes cometidos por el ejército
invasor y los cientos de miles de colonos terroristas que se han instalado en
suelo palestino. Esta demora es aprovechada por la clase política y militar
terrorista israelí, para seguir expandiendo sus tentáculos, confiscando más tierras,
destruyendo aldeas palestinas, generando un sistema de apartheid y un régimen
de características nacional sionistas, que, si bien no asesina enfermos
mentales ni gitanos, si lo hace con prisioneros políticos, luchadores y en
general hombres y mujeres del pueblo palestino sometidos a este régimen brutal,
colonialista y racista.
Un
régimen que incluso arrasa con pueblos y aldeas con el fin de seguir
expandiéndose. Así sucedió el pasado miércoles 4 de julio, con la habitual
brutalidad del sionismo que destruyó la aldea de Jan al-Ahmar (en Cisjordania
ocupada), en la cual este régimen tiene planeado construir 92 nuevos
asentamientos. Los residentes de esta aldea beduina han resistido durante la
última década a los intentos de desplazamiento forzoso. Su destrucción yla
transferencia forzosa de sus habitantes ha sido condenada. “Seguir adelante con
la demolición de Jan al-Ahmar, no es sólo extremadamente cruel, sino que
también equivaldría a una transferencia forzosa, lo que es un crimen de
guerra”, destacó en un comunicado la vicedirectora de Amnistía Internacional
(AI) para Oriente Medio y Norte de África, Magdalena Mughrabi.
Esas
acciones, como también la judaización de Al-Quds, la demolición de viviendas en
las aldeas, pueblos y ciudades palestinas, el asesinato de decenas de
palestinos en la Franja de Gaza, la destrucción de sus cultivos, la
construcción y ampliación del Muro de la vergüenza muestran a la entidad
israelí como lo que es: un régimen criminal. Una entidad que actúa con
impunidad, soberbia y placer asesino, pues cuenta con el aval de Estados Unidos
y el silencio de la Unión Europea (UE), como también con la complicidad de la
Liga Árabe. Un marco de protección vomitivo y condenable, que le permite seguir
asesinando al pueblo palestino.
Netanyahu
tiene la absoluta seguridad que su amigo y socio Donald Trump no se va a oponer
en modo alguno a la política de expansión colonial israelí y que seguirá
contando con vía libre como no lo ha tenido dirigente político alguno en la
historia de la entidad sionista. Y así se lo ha hecho saber el propio yerno de
Trump, quien transmite urbi et orbe que el llamado “Acuerdo del Siglo” es la
mejor opción para Palestina.La maniobra política-diplomática es tan evidente
como burda: mostrar a Washington e Israel haciendo denodados esfuerzos por
alcanzar la paz y mostrando a Palestina negándose frente a esta idea.Washington
e Israel como líderes en la búsqueda de paz para Oriente Medio y jubilosos
aplausos por parte de los medios de información ligados al sionismo, que
presentarán este “Acuerdo del Siglo” como una alternativa seria y justa. Y
mostrando también, a todo aquel que se oponga como contrario a la paz. La dupla
imperialista-sionista prepara así una campaña, frente a la lógica negativa
palestina a ese “acuerdo del siglo” de desprestigio y caricaturización de esa
negativa.
La
Organización para la Liberación de Palestina (OLP) ha denunciado a través de su
secretario general Saeb Erekat que “El acuerdo entre Trump y Netanyahu destruye
el proyecto palestino y la solución de dos Estados, y pretende reemplazarlo por
un Estado de dos sistemas concretando un sistema de apartheid”. Además, aseguró
el veterano dirigente palestino, las leyes aprobadas hace pocos días por el
parlamento israelí para reducir los fondos de la Autoridad Nacional Palestina
en proporción a lo que esta paga a los presos palestinos y sus familiares
significará la destrucción de la ANP. Esto, porque deja aún más empequeñecido
el aparente poder político y de negociación de la ANP y ensancha la separación
entre Cisjordania y la Franja de Gaza, haciendo que la situación política sea
insostenible.
Erekat
cree, en el plano del pragmatismo político, que Israel debería transferir el
poder relativo de la ANP a un Estado palestino, para que así el régimen sionista
contraiga de una vez las responsabilidades que debe asumir un ente ocupante, en
este caso de Cisjordania, Gaza y Al-Quds este. Obligaciones de una potencia
ocupante que viola, evidentemente,
acuerdos internacionales como es el caso del IV Convenio de Ginebra que
establece, expresamente, cuáles son esas obligaciones en el Título III del
Estatuto y Trato de las personas protegidas, en su Sección I respecto a las
Disposiciones comunes en los territorios ocupados “Las personas protegidas
tienen derecho, en todas las circunstancias, a que su persona, su honor, sus
derechos familiares, sus convicciones y prácticas religiosas, sus hábitos y sus
costumbres sean respetados. Siempre serán tratadas con humanidad y protegidas
especialmente contra cualquier acto de violencia o de intimidación, contra los
insultos y la curiosidad pública”.
En
su artículo 55 de la sección tercera de la mencionada convención de Ginebra se
señala que “la potencia ocupante tiene el deber de garantizar el abastecimiento
de víveres y medicinas para la población. Deberá importar los víveres, el
material médico y cualquier artículo necesario si los recursos del territorio
ocupado son insuficientes”. En su artículo 56 de la misma sección se reafirma
que “la potencia ocupante tiene el deber de asegurar y mantener, con la ayuda
de las autoridades nacionales y locales, las instalaciones y servicios médicos
y hospitalarios, así como la salud y la higiene públicas en los territorios
ocupados”. Por su parte, el Artículo N°59 da cuenta de los objetivos de respeto
a los derechos humanos al sostener que “cuando la población de un territorio
ocupado o una parte de este no se encuentra suficientemente abastecida, la
potencia ocupante aceptará las acciones de socorro realizadas en favor de la
población y las facilitará en la medida de sus posibilidades”.
Ninguna
de esas disposiciones del IV Convenio de Ginebra se han cumplido, ninguna del
medio centenar de resoluciones emanadas del Consejo de Seguridad de la ONU y de
su Asamblea General ha con seguido ser aplicada porque Israel goza de prebendas
y protección como ningún otro en el mundo. Viola todas las disposiciones de
respeto a los Derechos Humanos pueblo palestino, ocupa su tierra, demuele sus
viviendas, construye muros que segregan, asesina a su población, sigue
usurpando su territorio y sin embargo allí está, sin bloqueos, sin aplicar el
capítulo VII de la Carta de la ONU y riéndose del mundo y de sus
organizaciones. Por ello cualquier propuesta de paz, bajo la denominación de
Acuerdo del Siglo o del Milenio es simplemente una burla, una broma macabra de
mal gusto. Un juego político destinado al fracaso.
Las
facciones palestinas, su pueblo, la sociedad palestina deben avanzar en la
unidad de sus fuerzas para oponerse con fuerza a todo intento de dar legitimidad
a este contubernio entre el imperialismo y el sionismo. La solución va más allá
de lo declarado por la ANP respecto a plantearse el “redefinir sus relaciones
de seguridad, económica y política con Israel”. Nada, no se puede tener ninguna
relación con el ocupante cuando este ha definido exterminar al pueblo
palestino. No se puede trabajar con el asesino, con el criminal. La idea de la
ANP es tardía pues esas coordinaciones han sido nefastas,y han generado más
división y enfrentamiento del cual el único ganador es el sionismo.
Es
tan escaso el poder de la ANP y en específico de su presidente Mahmud Abás, que
ni siquiera su propuesta de entregar el 6.5 % de Cisjordania a Israel fue
tomada en cuenta. No le interesa al sionismo acceder a ese porcentaje cuando
tiene 650 mil terroristas ocupando asentamientos en terrenos más amplios que
ese 6.5 a lo que hay que sumar todas las tierras declaradas zonas de uso
militar, parques naturales y todo lo que se le ocurre al régimen israelí.Lo más
probable es que de los 5655 kilómetros cuadrados que posee Cisjordania – que
representa el 22 % de lo que era la Palestina Histórica – sea reducida a la
mitad – y quede con un territorio tan insignificante como rodeado de un muro de
700 kilómetros de largo, que serpentea por sus ciudades, pueblos y aldeas,
atravesado por carreteras exclusivas para los colonos judíos sionistas. Con
Al-Quds Este ocupada definitivamente se concretará una Palestina, además,
desmilitarizada, con absoluta desproporción respecto al poder militar sionista.
Cuando
sea presentado formalmente, el llamado “Acuerdo del Siglo” mostrará,
sencillamente, el contubernio criminal entre Washington e Israel. El
sometimiento de los gobiernos árabes corruptos, el silencio cómplice de los
organismos internacionales que seguirán la misma dinámica del imperialismo y el
sionismo bajo la lógica de “acepten el apartheid que les ofrecemos y su vida
será menos dura de lo que es ahora. No acepten esta imposición y los
exterminaremos”. Sólo la porfiada y digna resistencia palestina logra mantener
en pie el derecho de su pueblo a existir. A no ser confinados en campos de
concentración o exterminados bajo el nacional sionismo que se ha impuesto en
Palestina a partir del año 1948 cuando Israel es creada como punta de lanza de
los intereses occidentales en el Levante mediterráneo y que hoy sirve como una
entidad destinada a provocar a la República islámica de Irán y servir a los
intereses hegemónicos de su padre putativo respecto a la nación persa.
Para
analistas como Alberto Cruz, las acciones emprendidas por el régimen israelí,
bajo el patrocinio, aval y complicidad de Estados Unidos como fue el traslado
de la embajada estadounidense desde Tel Aviv a Al-Quds “no ha sido otra cosa
que un globo sonda lanzado por EE.UU.-Israel-Arabia Saudita – sostiene Cruz -
para ver la reacción no sólo de los gobiernos árabes, sino de la calle. La
constatación de que no ha habido la menor respuesta efectiva pese a la matanza
realizada en Gaza coincidiendo con su traslado, más allá de los típicos y tópicos
comunicados de condena, ha puesto de manifiesto que se está en el momento
oportuno para lanzar la gran apuesta: un "plan de paz" para Palestina
que allane el camino para la confrontación definitiva contra Irán. Porque no se
puede arremeter contra el país persa dejando en la retaguardia un problema como
el palestino”
Interesante
análisis de Cruz que se reafirma a la hora de poner en la mesa del análisis, de
la observación de los procesos políticos internacionales, el papel
desestabilizador que juega Estados Unidos y el que hace jugar a sus hijos
putativos como Israel y Arabia saudí. No puede entenderse la situación de
Palestina sin asociarlo a la guerra de agresión contra Siria, Irak, Yemen,
Libia. Como también el traer a colación la pugna de Washington contra la
República Islámica de Irán y el someter a toda nación soberana a los dictados
hegemónicos de occidente.
El
enterrar el anhelo palestino por su autodeterminación es parte del plan maestro
de la triada criminal conformada por el imperialismo, el sionismo y el
wahabismo como ideologías al servicio del crimen, el expolio y la violación de
los derechos humanos de millones de seres humanos. Respaldar la causa de
Palestina es defender también la lucha por la dignidad de los seres humanos.
Respaldar a Palestina es oponerse al Plan miserable que Washington y sus
secuaces pretenden imponer como “Acuerdo del Siglo”. No hay paz posible en Oriente Medio sin la
eliminación del sionismo.
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