27-07-18
N. No. 509.
EL ESTADO BOLIVIANO MULTINACIONAL SOCIALISTA DE NUEVA
DEMOCRACIA
MANIFIESTO POLÍTICO DE COYUNTURA PARTIDO COMUNISTA (MLM)
Con
mucha claridad se viene inaugurando un año y medio (segundo semestre 2018 y
2019), de aguda confrontación política en nuestro país a consecuencia de la
controversia que ha surgido por la posibilidad de plantearse la re-elección por
tercera vez consecutiva del compañero Juan Evo Morales Ayma a la presidencia
del Estado Plurinacional de Bolivia.
Esta
profunda confrontación tiene amplias consecuencias de tipo político, pero
también de profundas connotaciones ideológicas y doctrinales.
No
se trata simplemente de conseguir una supuesta alternabilidad obligatoria de la
gestión presidencial, sino, fundamentalmente, de la continuación de un proceso
que debe ser considerado positivo o negativo en la conciencia del pueblo
boliviano.
En
consecuencia, la dura gran batalla que se aproxima y que mejor dicho ya se ha
iniciado, puede calificarse una gran madre batalla ideológica.
Lo
primero que debe dilucidarse en el curso del debate, es el concepto del
llamado, en la teoría política, el “Poder
Soberano”. El artículo séptimo de la nueva Constitución Política del
Estado, dice que, la “Soberanía radica en el Pueblo”.
Este artículo es fundamental y tiene carácter omnímodo y no puede ser
cuestionado de ninguna manera, menos aún por los constituyentes que, al
redactar la constitución, tenían la misión de precautelar ese sagrado principio
y de reglamentarlo para su aplicación consecuente.
Cuando
en febrero de 2016, un Referendo Nacional convocado para reformar el art. 168
de la Constitución Política del Estado, dio como resultado que no se podía
tocar dicho artículo, no se dijo nada más que eso. Por otra parte, la
introducción fraudulenta de la tramoya “Zapata” en el debate pre-referéndum,
influyó negativamente en los resultados del mismo, pero significó que, al
limitarle al “soberano” su facultad omnínoda, estaba violentando el artículo
7º., de la misma Constitución.
Por
lo tanto, lo que debe ser incluido en el debate es la correspondencia que debe
existir entre el artículo fundante número siete y el 169. La pregunta que surge
inmediatamente es si existe o no dicha correspondencia en el presente caso. La
respuesta válida es que NO EXISTE ESA CORRESPONDENCIA Y UNO DE LOS ARTÍCULOS
SALE SOBRANDO.
Entonces,
lo lógico y legítimo es permitir que SIEMPRE sea el soberano el que determine
mediante una elección directa si prefiere la continuidad o la alternancia. Ese
es el legítimo derecho omnímodo del soberano: la voluntad directa del
pueblo.
Cuando
se invoca la prohibición de una tercera elección consecutiva. ¿no se estará
restringiendo arbitrariamente la voluntad del soberano que consiste en
determinar por sí mismo si le conviene o no dicha continuidad o si prefiere la
alternancia?
En
este caso, ocurre que la voluntad y el “criterio del constituyente” es el que se
ha hecho prevalecer sobre el “poder soberano” del pueblo al aprobarse el
artículo 168.
Ahora
bien, abandonaremos los criterios propiamente jurídicos que permiten cualquier
postulación, pero que prohíben el derecho del soberano para elegir a sus
mandatarios y representantes, pasando a analizar el problema ideológico y
doctrinal.
Se
ha hecho una verdadera imposición de “pensamiento único” el de despreciar e
incluso excluir del debate los problemas ideológicos que son, precisamente los
que determinan el futuro y el porvenir de los pueblos. En forma agresiva se
sostiene que los conceptos de “izquierda” y “derecha” son obsoletos y en una
forma displicente se margina ese debate tan importante que no conviene a la
derecha y se lo reemplaza con alusiones a la división supuestamente más “actual”
entre “autoritarios” y “demócratas”, entre “los que saben” y “los que no saben”,
entre “instruidos” e “iletrados”, etc.
Muy
lejos de esos criterios simplistas, las contradicciones reales que existen en
nuestras formaciones sociales, contraponen radicalmente a los
anti-imperialistas con los pro-imperialistas, a los revolucionarios con los contra-revolucionarios
o conservadores, a los patriotas con de los cosmopolitas, es decir, con crudeza
total a los POBRES contra los RICOS.
El
futuro inmediato y las alternativas de nuestro Estado, de nuestras naciones
revolucionarias, de nuestras clases trabajadoras y nuestros intelectuales
orgánicos es: o conseguimos una continuidad revolucionaria del proceso o nos
sometemos a una re-elección del neoliberalismo cavernario de los Banzer, de los
Gonis, de los miristas, de los Doria Medina, o de los fascistas encuevados de
Santa Cruz.
Por
otro lado, existen los que pregonan una alternancia no con el pasado sino con
el futuro de los “movimientos ciudadanos”.
Habrá
que preguntarnos en consecuencia, ¿cuál es el programa que nos ofrecen esos
“movimientos amorfos”? Absolutamente nada más que no permitir la reelección de
Evo. Eso de permitir o no la re-elección de Evo, pertenece únicamente al
soberano y si los movimientos ciudadanos, (como si existieron movimientos que
no son ciudadanos), se consideran mayoritarios, tienen la plena posibilidad de
comprobar en teoría y en la práctica la veracidad de sus postulaciones
eligiendo a otro candidato en lugar de Evo.
Los
sectores oligárquicos que actualmente actúan bajo el paraguas de los viejos
partidos de la “democracia pactada” y de los movimientos ciudadanos, consideran
que una nueva gestión de Evo Morales, les cierra el acceso al poder político de
Bolivia por mucho tiempo y por ello mismo han tomado la opción del lograr, con
el asesoramiento directo del imperialismo, hacer imposible tanto la candidatura
como la elección de Morales, POR TODOS LOS MEDIOS.
Este
“Por todos los medios” significa el
enfrentamiento directo con los sectores y movimientos sociales y políticos que
apoyan el proceso; se hacen realidad las verdaderas razones de la contienda
política, el enfrentamiento de los sostenedores del cambio revolucionario y los
que pretenden volver al pasado oligárquico. Acá no hay términos medios ni
posiciones ambivalentes.
La
muestra de los sucesos en Venezuela (Las
guarimbas) que fueron derrotadas por la unidad granítica del pueblo
bolivariano a pesar de los sufrimientos a causa de los bloqueos.
La
muestra evidente de los sucesos en Nicaragua
que tienen confundida a gran parte de la opinión progresista que no atina a
analizar cuál es la acción concreta del imperialismo el mismo que emplea iguales
métodos en todas partes.
Libia, donde Kadafi fue acusado falsamente de matar a sus
propios ciudadanos cuando era la OTAN la que masacraba desde el aire. (600.000
muertos)
Irak, donde se acusaba a Saddam Husein por asesinar a su
pueblo cuando era el imperio y sus terroristas los que destruyeron no solo a la
ciudadanía inocente. sino a la propia historia milenaria del país. (Un millón
de muertos)
Siria, donde ha introducido malignamente verdaderos ejércitos
de terroristas como el Estado Islámico, Al Qaeda, Al Nushra, etc., para
masacrar al pueblo y destruir sus tesoros arqueológicos como la bella Palmira.
Afganistán, Somalia, Sudan del Sur,
Yemen, Palestina, La República Saharawi, etc, etc, son otros de los pueblos y naciones agredidos
por el Imperio maldito.
Esta
política maquiavélica del imperialismo y sus agentes infiltrados, los
francotiradores, que matan a la gente sin discriminación por la espada para luego
culpar al gobierno, puede reeditarse en Bolivia, como el globo de ensayo
lanzado por el agente imperialista en Bolivia número uno, Samuel Doria Medina
en el Alto y la irracional exigencia de una dirección muy poco académica de su
universidad que contiene las raíces de la provocación reaccionaria actual,
podría replicarse con nuevos argumentos y en el que ya existe sobre el famoso
21F, que ya ha sido analizado, pero que seguirá siendo el pretexto para
derrotar a Evo, POR TODOS LOS MEDIOS.
Nuestra
defensa del proceso, es la defensa de la Agenda de Octubre, de las
reivindicaciones de El Alto del 2003, de la línea revolucionaria de construir
el socialismo por la vía REVOLUCIONARIA, en fin, para lograr los objetivos
máximos de los pueblos bolivianos en su lucha varias veces centenaria: lograr la
creación del “ESTADO MULTINACIONAL SOCIALISTA
BOLIVIANO DE NUEVA DEMOCRACIA”.
Partido Comunista Marxista-Leninista-Maoísta
Comité Central
Estado Multinacional de BOLIVIA
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