Martes,
11 de septiembre de 2012
El último discurso de Stalin
El
discurso de clausura del XIX Congreso del PC(b) de la URSS fue el último
discurso público de Stalin. Aunque fue traducido a muchos idiomas, es muy
difícil ahora encontrarlo en castellano. Por esa razón, hemos decidido
traducirlo de la edición oficial en inglés de 1952.
DISCURSO
EN EL XIX CONGRESO DEL PC(b) DE LA URSS
José
Stalin
14
de Octubre de 1952
(La
aparición del camarada Stalin en la tribuna es saludada con un fuerte y
prolongado aplauso y con aclamaciones. Todos se ponen de pie. Gritos de “¡Hurra
al camarada Stalin!”, “¡Viva el camarada Stalin”, “¡Gloria a nuestro gran
Stalin!”)
Camaradas:
Permítanme
agradecer, en nombre de nuestro Congreso, a todos los partidos y grupos
hermanos cuyos representantes han honrado nuestro Congreso con su presencia, y
también a los que han enviado mensajes de salutación al Congreso; gracias por sus
cordiales felicitaciones, por sus votos deseándonos éxito y por su confianza.
(Fuertes y prolongados aplausos y aclamaciones).
Para
nosotros, es especialmente valiosa esta confianza, porque es indicativa de la
disposición de apoyar a nuestro Partido en su lucha por el futuro radiante de
los pueblos, en su lucha contra la guerra y en su lucha por el mantenimiento de
la paz. (Fuertes y prolongados aplausos).
Sería
un error pensar que, por haberse convertido en una fuerza poderosa, nuestro
Partido ya no necesita de apoyo. Esto no es cierto. Nuestro Partido y nuestro
país siempre han necesitado y necesitarán la confianza, la simpatía y el apoyo
de los pueblos hermanos del mundo.
La
característica distintiva de este apoyo consiste en que al apoyar las aspiraciones
pacíficas de nuestro Partido, cada partido hermano está apoyando, al mismo
tiempo, a su propio pueblo en su lucha por el mantenimiento de la paz. Cuando
en 1918-1919, durante la agresión armada de la burguesía inglesa a la Unión
Soviética, el proletariado inglés organizó la lucha contra la guerra, bajo la
consigna de “Fuera las manos de Rusia”, apoyó ante todo a la lucha de su propio
pueblo por la paz, y apoyó también a la Unión Soviética. Cuando el camarada
Thorez y el camarada Togliatti declaran que sus pueblos no harán la guerra
contra los pueblos de la Unión Soviética (Fuertes aplausos), están apoyando
ante todo a los obreros y campesinos de Francia e Italia, que luchan por la
paz, y están apoyando también las aspiraciones pacíficas de la Unión Soviética.
La peculiaridad de este apoyo mutuo se explica porque los intereses de nuestro
Partido no contradicen, sino que, por el contrario, se funden, con los
intereses de los pueblos amantes de la paz. (Fuertes aplausos). Los intereses
de la Unión Soviética son absolutamente inseparables de la causa de la paz
mundial.
Naturalmente,
nuestro Partido no puede quedar en deuda con los partidos hermanos, y debe, a
su vez, prestarles apoyo y también a sus pueblos en su lucha por la liberación
y en su lucha por el mantenimiento de la paz. Como sabemos, eso es exactamente
lo que está haciendo. (Fuertes aplausos). Después de que nuestro Partido tomara
el poder en 1917 y después de que adoptara medidas efectivas para liquidar la
opresión capitalista y terrateniente, los representantes de los partidos
hermanos, admirados por la valentía y los éxitos de nuestro Partido, le
concedieron el título de “Brigada de Choque” del movimiento obrero y
revolucionario mundial. De esta forma, expresaban la esperanza de que los éxitos
de la “Brigada de Choque” aliviaran la situación de los pueblos que sufren el
yugo del capitalismo. Creo que nuestro Partido ha justificado esas esperanzas,
particularmente durante la Segunda Guerra Mundial, cuando la Unión Soviética,
aplastando la tiranía fascista alemana y japonesa, liberó a los pueblos de
Europa y de Asia de la amenaza de la esclavitud fascista. (Fuertes aplausos).
Obviamente,
fue muy difícil cumplir esta honrosa misión en tanto que la nuestra era la
única “brigada de choque” y tuvo que desempeñar este papel de vanguardia casi
sola. Pero esto ya quedó en el pasado. Ahora la situación es completamente
distinta. Ahora, cuando desde China y Corea, hasta Checoslovaquia y Hungría,
han surgido nuevas “brigadas de choque” bajo la forma de países de Democracia
Popular, ahora a nuestro Partido le es más fácil luchar y el trabajo se está
haciendo más alegre. (Fuertes y prolongados aplausos).
Merecen
una atención especial los Partidos Comunistas, democráticos, y obreros y
campesinos que todavía no han tomado el poder y continúan trabajando bajo el
yugo de las leyes draconianas de la burguesía. Obviamente, el trabajo es más
difícil para ellos; pero no tan difícil como lo fue para nosotros, los
comunistas rusos, en el periodo del zarismo, cuando el más pequeño movimiento
hacia delante era declarado delito grave. Sin embargo, los comunistas rusos se
mantuvieron firmes, no retrocedieron ante las dificultades y alcanzaron la
victoria. Lo mismo ocurrirá con estos Partidos.
¿Por
qué no les será tan difícil trabajar a estos partidos en comparación con los
comunistas rusos del periodo zarista?
En
primer lugar, porque tienen ante sus ojos los ejemplos de lucha y de éxitos de
la Unión Soviética y los países de Democracia Popular. Por consiguiente, están
en posición de aprender de los errores y aciertos de estos países, y así
facilitar su actuación.
En
segundo lugar, porque la burguesía, la enemiga principal del movimiento
liberador, es diferente, ha cambiado sustancialmente, es más reaccionaria, ha
perdido sus vínculos con el pueblo y, de esta forma, se ha debilitado a sí
misma. Naturalmente, esta circunstancia también debe facilitar la actuación de
los partidos revolucionarios y democráticos. (Prolongados aplausos).
Antes,
la burguesía podía permitirse el lujo de posar de liberal, defender las
libertades democrático-burguesas, y así ganar popularidad entre el pueblo.
Ahora ya no queda rastro de ese liberalismo. Ya no existen las llamadas
“libertades individuales”, sólo se reconocen los derechos individuales de
quienes tienen capital, mientras que los demás ciudadanos son considerados
materia prima humana, que sólo sirven para ser explotados. Se ha pisoteado el
principio de la igualdad de derechos de los hombres y de las naciones,
sustituyéndolo por el principio de plenos derechos para la minoría explotadora
y de ausencia de derechos para la mayoría explotada. La bandera de las
libertades democrático-burguesas ha sido arrojada por la borda. Creo que les
corresponde a ustedes, representantes de los Partidos Comunistas y
democráticos, levantar esa bandera y llevarla adelante, si quieren unir en
torno vuestro a la mayoría del pueblo. Nadie más puede hacerlo. (Fuertes
aplausos).
Antes,
la burguesía se consideraba líder de la nación, defendía los derechos y la
independencia de la nación, y los ponía “por encima de todo”. Ahora ya no queda
rastro del “principio nacional”. Ahora, la burguesía vende los derechos y la
independencia de las naciones a cambio de dólares. La bandera de la
independencia nacional y de la soberanía nacional ha sido arrojada por la
borda. No cabe duda que les corresponde a ustedes, representantes de los
Partidos Comunistas y democráticos, levantar esa bandera y llevarla adelante,
si quieren ser patriotas de vuestro país, si quieren convertirse en la fuerza
dirigente de la nación. Nadie más puede hacerlo. (Fuertes aplausos).
Tal
es la situación en el momento actual.
Naturalmente,
todas estas circunstancias deben facilitar la actuación de los Partidos
Comunistas y democráticos que todavía no han tomado el poder.
Por
consiguiente, existen todos los motivos para contar con el éxito y la victoria
de los partidos hermanos en los países dominados por el capital. (Fuertes
aplausos).
¡Vivan
nuestros Partidos hermanos! (Prolongados aplausos).
¡Salud
y larga vida a los dirigentes de los Partidos hermanos! (Prolongados aplausos)
¡Viva
la paz entre los pueblos! (Prolongados aplausos).
¡Abajo
los incendiarios de guerra!
(Todos
se ponen de pie. Fuertes y prolongados aplausos y aclamaciones. Gritos de “¡Viva
el camarada Stalin!”, “¡Hurra al camarada Stalin!”, “¡Viva el gran líder del
pueblo trabajador del mundo, camarada Stalin!”, “¡Hurra a nuestro gran
Stalin!”, “¡Viva la paz entre los pueblos!”. Aclamaciones).
Fuente:
Stalin, Speech at the Nineteenth Party Congress, 14 de octubre de 1952, Foreign
Languages Publishing House, Moscow, 1952.
http://www.marx2mao.com/Stalin/SNPC52.html
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