14-06-13.
230.
EN TORNO A LAS
DIFERENCIAS EN EL SENO DEL MAS
En los últimos días
se han hecho notorias diferencias de opinión en el seno del MAS. Se ha formado
un grupo de los llamados “libre pensantes” que en realidad constituyen un grupo
de resentidos en el más pleno significado de la palabra.
Por un lado estos
señores se jactan de haber sido los autores verdaderos del proceso de cambio y
sobre todo esta afirmación calumniosa tienen visos de escándalo en la boca del
resentido mayor Raúl Prada Alcoreza que
nada tuvo que ver con las jornadas heroicas de octubre de 2003 en El Alto.
De una vez por todas,
nadie, ninguna organización, ningún personaje manda-parte puede hacerse el acreedor
de aquellas victorias históricas que solamente corresponden a los pobladores de
el Alto y sus bases, mientras sus
dirigentes negociaban con el genocida Sánchez Lozada, es el caso de Mauricio Cori,
Juan Meléndez y Braulio Rocha, mientas la UPEA era la única organización que
luchó monolíticamente por su autonomía y después por el derrocamiento del
neoliberalismo.
Sin embargo, el
verdadero problema surge de las incoherencias en el seno del MAS. Por un lado
se sostiene a raja tabla que el MAS NO ES UN PARTIDO POLÍTICO y que en realidad
es un instrumento político de los movimientos
sociales, es decir una variante de las teorías del toninegrismo y sus
multitudes. Por otro lado, los dirigentes medios de MAS exigen a los “libre
pensantes” una disciplina orgánica que solamente poseen los PARTIDOS POLÍTICOS.
Entonces el MAS tiene
que decidirse, o seguir siendo un conglomerado amorfo al estilo de las
multitudes de Tony Negri y la Rauber o,
por el contrario, ser un partido político en toda la extensión del término. ¡No
hay otra alternativa!
La actual situación
del MAS es la misma que la de los dirigentes de la COB que quieren convertirla
en un Partido Político. Una de dos, o la COB es un sindicato o es un Partido
Político, ¡¡Que incongruencia más flagrante!!
Finalmente, en cuanto
al grupo masista encabezado por Rebeca Delgado, Raúl Prada y Alejandro Almaraz, no
cabe sino una recomendación: “ningún revolucionario obra con
resentimiento, esa es una tara pequeño-burguesa miserable, un revolucionario pone siempre los intereses
supremos de la revolución sobre los pequeños intereses personales. Un
revolucionario no puede llevar ni una sola
gota de agua al molino reaccionario. Un revolucionario defiende sus
puntos de vista, pero siempre se somete a la mayoría del Partido y nunca actúa como fracción al modo
trotskista. Después cuando se considera que tenía razón puede volver a plantear
sus divergencias, pero siempre sometido a la disciplina del ejército mundial de
los oprimidos que fundo el gran Lenin”.
Naturalmente como
explicábamos líneas arriba, eso corresponde a un verdadero partido político
revolucionario de lo cual está muy alejado el MAS, pero es una obligación de
quienes nos consideramos revolucionarios.
En los casos de la
mayoría de los “resentidos”, su situación parece irreversible y es aquella ruta
que ya siguió Lev Davidovich Bronstein, cuando inició una disidencia del curso
bolchevique, criticó duramente al régimen soviético y finalmente concluyó como
su peor enemigo. Ojalá estos señores no sigan el mismo camino.
PCmlm.
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