El TIPNIS, ¿pulmón del mundo o del imperio?
“Le falta un día agua en su casa y bloquean ya nadie sabe por dónde hay paso ni por donde está bloqueado, que podemos decir nada, ellos dicen que tienen derecho y son 15 o 20 ahí parados que podemos hacer… nada…. tenemos que buscarnos el pan por otro lado”…. Chófer
Si observamos detenidamente los momentos de desestabilización al gobierno actual, veremos ciertas similitudes en la táctica empleada por grupos de oposición. Por ejemplo, en el caso de la Asamblea Constituyente, tenemos primero una guerra mediática y el embanderamiento de demandas legítimas del pueblo que son manipuladas y/o distorsionadas en los discursos políticos, como en el caso de las demandas por autonomía, respeto a la propiedad privada, etc; después, una etapa de movilización de sindicatos y gremios, bien sometidos al poder local, regional, o bien cooptados; y por último el ataque a las fuerzas del orden a través de la conformación de grupos de choque (juventud cruceñista).
De estos elementos, el terrorismo mediático juega un papel muy importante, en tanto magnificación de la demanda y manipulación del miedo a través del empoderamiento de un razonamiento subjetivo que se basa en medias verdades, sobredimensión del conflicto y exacerbación del prejuicio y el temor en la ciudadanía.
Si bien la táctica ya no se encubre en los famosos grupos de choque, ahora lo hace detrás de líderes indígenas abiertamente cooptados a través de ONG´s vinculadas a USAID y al financiamiento de EEUU, como demuestran las pruebas presentadas por el gobierno.
Los marchistas protestan sobre la base de una demanda legítima, en este caso la consulta a los pueblos está presente en la constitución art. 30 inciso 15 y a pesar que no es vinculante es un derecho de los pueblos indígenas. Sin embargo, los líderes indígenas a diferencia de las anteriores marchas no quieren diálogo, más aún amenazan con radicalizar la protesta si no los atiende el Presidente en persona. Así, encubiertos tras una demanda legítima ante la ciudadanía, y bajo una modalidad de protesta también legítima como es la marcha pacífica, parecieran buscar demostrar que quienes llevaron al poder a Evo Morales también lo pueden sacar con los mismos medios que este utilizó para llegar al poder, en una miopía peligrosa que no llega a evaluar las necesidades que plantean el contexto social político y económico actual, y que tampoco evalúa la seguridad de los niños y mujeres que tienen la convicción de la defensa de sus derechos constitucionales y que creen en sus líderes a pesar de una demostrada cooptación. Esto puede ser parte del mismo juego que vimos en la Calancha y donde solo perdió el pueblo. Así vemos repetir el mismo libreto. ¿Debemos esperar en silencio a que caigan los primeros muertos como en La Calancha?.
Por otro lado, ¿qué ha pasado con el gobierno? Este ha enviado a sus ministros y han sido rechazados en todo momento. Los marchistas no han demostrado voluntad de diálogo y mientras la razón cuestiona la subvención de 37 días de marcha de un lado, el subjetivismo mediático resalta las cualidades de quienes se van incorporando a la protesta en una subjetivización y dramatización en la consciencia de los televidentes, exacerbando el asombro, la pena, la compasión y el rechazo y en consecuencia la reafirmación del prejuicio de la ineptitud de quienes nos gobiernan, además de incidir en su alienación o desclasamiento que ahora muestra su verdadero rostro ante los verdaderos indígenas que sí defienden a la Madre Tierra. Nada mejor para embanderar a la oposición, defenestrar el proceso y justificar la confrontación entre los propios bolivianos, ahora que se habla de una contramarcha.
Si bien debemos reconocer que el gobierno ha mostrado todo este tiempo una dificultad muy visible en la estrategia de información a la ciudadanía para evitar que estos sectores opositores cobren protagonismo distorsionando una demanda legítima de la población, como en el caso de la Calancha o los enfrentamientos de grupos de choque contra los campesinos en medio de la confusión de una población que en momentos de violencia solo se aferró a sus prejuicios y en otros casos permaneció al margen o bien dentro de la confrontación, sirviendo con ello a intereses ajenos.
Del lado de gobierno, no deja de ser cuestionable la actitud de los dirigentes que rodean al presidente por la falta de canales de comunicación con sus bases, la falta de rotación de autoridades, así como el enclaustramiento de asambleístas legislativos de la cámara de senadores y diputados que tampoco mantienen una relación fluida con sus mandantes en tanto campea la desinformación. Es cuestionable también que a estas alturas del partido se siga careciendo de una estrategia informativa que fortalezca ideológicamente este proceso.
Si bien mandar obedeciendo significa gobernar para solucionar las necesidades del pueblo, no tener presente que este pueblo también tiene voz es desconocer que el proceso solo tendrá sostenibilidad en la medida en que la población sea capaz de apropiarse del mismo.
La Anquilosada Izquierda de los Protagonismos
De otro lado nos preocupa lo que se produce en el círculo intelectual nacional, consideramos que al defender la marcha sin objeción estamos cayendo en el juego de la oposición y haciendo un flaco favor al proceso de construcción del Estado Plurinacional no al MAS; de allí la necesidad de proponer alternativas de solución y no solamente criticar.
Tenemos la necesidad de leer a Bolivia en el contexto mundial, en medio de un escenario económico que augura una nueva y peligrosa fase para los países más desarrollados y ni que decir de nuestras economías de enclave; según el jefe del Fondo Monetario Internacional, la institución ha rebajado drásticamente sus perspectivas económicas en EEUU y Europa hasta finales del próximo año debido al bajo crecimiento que hubo hasta julio del 2011 contrariamente a lo esperado1. Además debemos considerar que Bolivia se mueve en un contexto donde la correlación de fuerzas apuesta por una mayor violencia, soterrada o manifiesta, con un discurso mediático subvertido a través de un complejo aparato ideológico que ya acabó con Libia y cuyo objetivo siguiente es América del Sur; si la contracampaña mediática ya comenzó, ¿está nuestra querida exenta Bolivia? Frente a esto, cómo asumimos el reto de un Estado en construcción y no la crítica demoledora que deja entrever un juego de protagonismos que hacen crecer una demanda que si bien es legítima, no lo es el trasfondo que la rodea. Por lo tanto, ¿qué Bolivia queremos?, ¿queremos hacer que el indio diga ante el público "sí, me equivoqué" y luego defenestrarlo?, ¿acaso no fue este el objetivo de la oposición desde que subió Evo morales?
Bolivia debe apostar al desarrollo para salir de una buena vez de siglos de atraso colonial y no satanizar la palabra como si esta fuera solo neoliberal. La mercancía existe desde que existe el mundo, el desarrollo y la búsqueda de progreso también. Ahora que es necesario hacerlo en el marco del respeto y la consulta sí; pero tampoco queremos que vengan las grandes corporaciones a decirnos que les cuidemos un jardín para cuando se vengan a vivir aquí, mientras matan impunemente en Irak, mientras callan ante Palestina, mientras ahogan a Cuba en un bloqueo criminal, mientras se visten buenos y matan en Haití, mientras miles de barriles de petróleo caen al mar, y más aún mientras su soya transgénica va copando nuestros campos y la oposición guarda un silencio sepulcral, ahora que se ha vuelta tan defensora del derecho de los marginados indígenas y más aún mientras para miles de bolivianos nada cambió más allá del simbolismo. ¿Acaso no hemos marchado demandando progreso y desarrollo para nuestros pueblos que mueren olvidados en la miseria?
¿Quién Juzga al Imperio?
Consideramos necesario dar cobertura a lo que viene aconteciendo en el TIPNIS, a su realidad, que es también la nuestra en tanto los recursos naturales pertenecen a todos los bolivianos y en ese sentido debemos destacar que el ejecutivo ya empezó un proceso de consulta con los pobladores del TIPNIS. Consideramos también necesario asumir desde el ejecutivo que el pueblo debe ser informado antes de cualquier decisión estratégica para el país, a fin de evitar estos embanderamientos de una decadente oposición que ahora se encubre bajo el discurso indigenista en una marcha que lleva más de 40 días como ninguna otra antes en la historia de Bolivia, con tanta parafernalia mediática y solvencia económica, con tanta subjetivización del discurso, que lo único que nos hace pensar es a quien le conviene toda esta difusión, y por último es muy fácil defenestrar a un indio pero a estas alturas ¿Quien juzga al imperio?
Finalmente si este proceso es de todos los bolivianos y bolivianas defendámoslo con la conciencia del presente, con la convicción de un futuro que nos pertenece. Tenemos derecho al error, poner el hombro ya no es cuestión de apoyo a ningún partido es cuestión de sobrevivencia de esta gran comunidad que llamamos Bolivia.
Usted tiene la palabra.
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