16-09-12
“DERECHOS” HUMANOS Y EL MSM
Desde hace algún
tiempo hemos podido ir comprobando hasta qué punto el movimiento social de los
Derechos Humanos en Bolivia, una organización oenegeista que pretendía
una cierta imparcialidad de criterio en el pasado, se ha ido convirtiendo
paulatinamente en uno de los movimientos político-partidistas que se oponen al
Gobierno.
La actual división y
la crisis que soporta este movimiento tienen sus raíces precisamente en la
partidización que ha sufrido su alta dirección a cargo de Yolanda Herrera y su
marcada parcialización en favor del Movimiento Sin Miedo, del cual parece ser
una disciplinada militante.
Es nuestro deber
hacer conocer nuestra profunda preocupación al comprobar que esa “funcionaria”
de Derechos Humanos hizo declaraciones francamente provocadoras durante la
crisis tan comentada de Chaparina.
En esa oportunidad, con mucha sorpresa pudimos escuchar y
observar a la indicada Presidenta de la Asamblea de los Derechos Humanos,
informar que en esa localidad (Chaparina) se estaban velando (sic), los
cadáveres de dos niños y de un anciano.
Que la Asamblea,
mediante su Presidencia, condene la represión policial en Chaparina, resulta
siendo toda una actitud complemente correcta y dentro de las atribuciones de la
Asamblea Permanente, empero de ahí a falsear la verdad y emitir un mensaje
calumnioso, dista una distancia muy grande.
A partir de ese
momento, toda nuestra confianza en la honradez e imparcialidad de esa activista
de los “derechos” humanos se vino al suelo.
Lo que corresponde
actualmente es una completa reorganización de la Asamblea Permanente de los
Derechos Humanos con personeros dignos de confianza y con una honestidad a toda
prueba, algo de que carece por completo la actual dirección nacional,
completamente comprometida políticamente con el Movimiento Sin Miedo de Juan
del Granado, su gavilla de clase medieros y sus provocaciones contra el
Gobierno y sobre todo contra el proceso popular democrático y antiimperialista
que vivimos.
Una organización que
en el pasado ostentaba un prestigio innegable, se ha convertido en un verdadero
campo de batalla entre dos tendencias claramete partidistas que pugnan, cada
cual a su turno, por imponer las directivas políticas que preceden de sus
respectivas tendencias partidistas.
El total despretigio
de la actual dirección nacional de la Asamblea Permanente de los Derechos
Humanos de Bolivia, se comprueba por la ausencia de las organizaciones
sindicales como la COB y la FSTMB que han dejado de asistir a las reuniones en
vista precisamete de esa distorsión en la conducción del movimiento.
PCmlm
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