11-07-16.
N.
No. 388
SOBRE “MINAS, BALAS Y
GRINGOS”,
(I)
En una serie de entregas
sucesivas iremos comentando el libro del rubro que constituye una pieza de
antología para conocer a fondo una etapa concreta y definida de la historia
boliviana del siglo recientemente pasado, es decir el período 1960-1964.
Se trata pues, en esta ocasión,
de uno de los puntos que ha sido objeto de interminables debates y
controversias de carácter histórico-político.
La
historiografía nacionalista de Carlos
Montenegro, Augusto Céspedes, Guillermo Bedregal, Sergio Almaraz, René Zavaleta
y otros menos importantes como Andrés Solís Rada, sostiene a ultranza que el gobierno del MNR
de Víctor Paz Estenssoro en 1964, fue derrocado por acción directa del
imperialismo en complicidad con la derecha nativa y de la “izquierda” “desubicada”
(PCB, PCML, POR) precisamente por su condición revolucionaria y
antiimperialista en consonancia con el eje teórico del Montenegro de el
“Nacionalismo y Coloniaje”.
Esta corriente historiográfica
revisionista pretende convencer a los estudiosos y a la opinión nacional en
general, en este caso, como en muchos otros que no consideramos ahora, que Paz
Estenssoro, Bedregal, San Román y todo el gobierno movimientista era un modelo
de revolución anti-imperialista y por
esta causa fue combatido por el imperialismo que finalmente logró su propósito
de derrocar un gobierno “democrático, popular y anti-imperialista” en noviembre
de 1964.
La historiografía nacionalista
igualmente sostiene que este complot reaccionario, la izquierda marxista (PCML,
PCB, POR y otros grupos menores) echaron sus aguas al molino de la reacción
barrientista. Es también falso el criterio de que la “izquierda” tradicional
estuvo a la cola de la derecha y el imperialismo en los sucesos de noviembre-64.
Federico Escobar y todos los escobaristas (léase MLM) lucharon conscientemente
contra Paz y el MNR. Históricamente con los datos expuestos por el autor del
libro que comentamos, el MNR y su Jefe era el instrumento idóneo para imponer
la Alianza para el Progreso y el tristemente célebre Plan Triangular. Se
confirma, sin lugar a dudas, que el Imperio yanqui respaldó, financió, apoyó y
sostuvo a Paz Estenssoro hasta el último momento, pero no tuvo ningún
inconveniente en reconocer, después, al golpista Barrientos.
Al respecto transcribimos el
párrafo textual de la obra de Sergio Almaraz, “Réquiem de una República”:
“La
Experiencia boliviana desemboca en el punto más ardiente del debate sobre la
revolución en nuestro tiempo. Los
bolivianos hicieron la suya y su instrumento fue el MNR. La observación de
que habría sido preferible otro tipo de revolución es pueril, porque la
historia no es un escaparate. La revolución fue ésa y no otra, sin márgenes de
elección. La izquierda tradicional, enfrentada con los hechos, fue incapaz de
superar sus insuficiencias; al rechazar la única posibilidad que le brindaba la
historia para vencer su propia alienación, perdió el camino. El 4 de noviembre
tuvo la última postura aberrante; pensaba estar haciendo la “verdadera”
revolución; en realidad era un acoplamiento más en el carro de la reacción…
Al hablar de la “izquierda
Tradicional” nos referimos al Partido de la Izquierda Revolucionaria (PIR), al
Partido Obrero Revolucionario (POR) y a los dos partidos comunistas,
descendientes ambos del viejo PIR…” (1).
Federico Escobar, decía que no
se puede hacer revolución de la cola del imperialismo. El líder
político-sindical era mucho más perceptivo que el intelectual Almaraz.
Como podemos apreciar, para Almaraz
(que a propósito fue militante tanto del
PIR (“colgador”?), cuanto del Partido Comunista del cual fue su fundador y
luego expulsado por su trabajo en USIS), el MNR era el más fiel representante
de la revolución en Bolivia y su jefe Paz Estenssoro en noviembre-64, defendía
la revolución nacional enfrentada al imperialismo yanqui.
Es ésta la afirmación más
falsa y fraudulenta que se puede tener idea y la muestra más evidente se
encuentra precisamente en el libro del rubro (“Minas, balas y gringos”), en el
cual podemos encontrar con todo detalle la
ayuda política, material, económica y militar de los Gobiernos norteamericanos
de Kennedy y de Johnson, del Departamento de Estado a cargo de Dean Rusk, de
los embajadores Stepanski y Henderson, de los hombres de la CIA, de USAID, de
USIS y del coronel Fox, al gobierno de Paz Estenssoro que, de revolucionario no
tenía nada, pero sí de admirador e incluso militante de organismos fascistas en
Buenos Aires-Argentina.
La única prueba que exhiben
los nacionalistas es que el Coronel Fox, era amigo de Barrientos y por ello fue
el “autor” del golpe de Estado contra Paz. Empero la verdad es que Fox no era
el actor intelectual del golpe sino un funcionario de bajo nivel del Imperio.
El golpe militar lo dio el Ejército con Barrientos y Ovando.
La izquierda revolucionaria
encabezada por el camarada, mil veces heroico, Federico Escobar Zapata, aún antes de fundar el PCML (hoy PCmlm), combatió
a un régimen reaccionario sostenido a ultranza por el Imperialismo, defendiendo
con su vida a los trabajadores despedidos, masacrados, encarcelados,
perseguidos por el “revolucionario” San Román.
De
este tema nos ocuparemos en una próxima entrega.
(1)
Almaraz, Sergio. “Bolivia.
Réquiem para una república”. Pág. 43. No figura Editorial. Prólogo de René
Zavaleta Mercado.
PCmlm.
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