04-07-16
N. No. 388
LA HUELGA ESCALONADA DE LA COB
La Central Obrera Boliviana, en su
ampliado nacional ha decidido llamar a una huelga general y de carácter
escalonada pidiendo la abrogación de la Ley que determina el cierra de la
empresa nacional de Textiles ENATEX, por su carácter de empresa deficitaria y
en franco proceso de quiebra.
Efectivamente la empresa, por una
cantidad múltiple de razones no es rentable y se constituye en una carga para
el Tesoro General del Estado. Ahora bien, la solución del problema social que
representa la desocupación a la que han caído los trabajadores debe
solucionarse en un diálogo entre los trabajadores y el Gobierno. Los
trabajadores tienen el derecho de exigir al Gobierno que trate de encontrar una
solución efectiva que no deje en la calle al millar de trabajadores fabriles.
Hemos constatado la realización de encuentros
entre las partes que no han dado resultados positivos, sin embargo es necesario
continuar el diálogo a fin de no perjudicar a la población con paros, bloqueos
y manifestaciones agresivas cuando existen las posibilidades reales de sostener
el dialogo ya sea a nivel ministerial e incluso a un nivel superior.
La huelga claramente está desprestigiada
y no es acatada sino por sectores determinados y en mínima escala al extremo de
que existen sectores que no acatan el paro, pero realizan manifestaciones callejeras
y bloqueos de caminos que perjudican enormemente al propio pueblo trabajador.
La convocatoria de la COB, se ha reducido grandemente y eso no es, en absoluto,
lo mejor para la unidad de los trabajadores y el pueblo. No se puede utilizar
un recurso tan radical como una huelga indefinida como la que se está
planteando cuando se sabe de antemano
que ella no será acatada por nadie y quedará como un fracaso de la política
sindical revolucionaria.
Es falsa la posición de los ejecutivos de
la COB que señalan que el gobierno es neoliberal y que está francamente contra
los intereses de los trabajadores. Es ésta una posición claramente trotskista
ya que desconociendo dónde se encuentra el enemigo principal, está pretendiendo
inútilmente crear las condiciones de un derrocamiento del gobierno para
instaurar la “dictadura del magisterio”.
En resumen se trata de encontrar las
soluciones a un conflicto laboral que tiene razón en cuanto al derecho de los
trabajadores, pero de ninguna manera a llevar aguas al molino de una derecha maltrecha
y cavernaria que aprovecha cualquier conflicto social en beneficio de sus
interese siempre corruptos y antipopulares.
Existe pues una enorme diferencia entre
el movimiento obrero y minero de los años 60 cuando a la cabeza de nuestro
líder el camarada Federico Escobar Zapata, defendía la soberanía nacional
contra los designios del imperialismo, el Plan Triangular y la “Alianza para el
Progreso” a costa de su propia vida; y el actual movimiento obrero
profundamente amarillo, salarialista y anarco-sindicalista.
PCmlm.
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