lunes, 28 de octubre de 2013

EL FRACASO TOTAL DE LA ESTRATEGIA YANQUI DE LUCHA CONTRA EL NARCOTRÁFICO



26-10-13
Int.  No. 172.
 
EL FRACASO TOTAL DE LA ESTRATEGIA YANQUI DE LUCHA CONTRA EL NARCOTRÁFICO


 
Los últimos y trágicos acontecimientos de la mafiosa emboscada del narcotráfico en la zona de Apolo norte del departamento de La Paz, han puesto una vez más y como si fuera poco, a la luz la catastrófica derrota de una estrategia mundial concebida por el Imperialismo para su guerra falsa antinarcóticos. Lo más peligroso en el caso boliviano es que la “defensa” armada no solamente de los cultivos excedentarios, sino de la propia producción de droga, se incremente en zonas como Apolo donde evidentemente campea la pobreza extrema que induce a los campesinos a dedicarse a las operaciones de cooperación con el narcotráfico e incluso a comprometerse con aquella “defensa” armada del negocio.
 
Como todos sabemos muy bien, en el sistema y el modo de producción capitalistas cualquier actividad comercial e industrial que origine grandes ganancias y beneficios, surgirá y crecerá hasta adquirir proporciones enormes. Pues, el narcotráfico genera astronómicas y por decir lo menos, grandes ganancias a las empresas (cárteles) que se dedican a las operaciones, a la producción, exportación y comercialización de drogas en todo el mundo al amparo de un sistema económico social que constituye la base de esos negocios. En una palabra mientras vivamos “en el capitalismo”, no podremos librarnos jamás completamente del narcotráfico, como no podremos librarnos del armamentismo criminal, del negocio de personas, del negocio de órganos humanos, de la trata de blancas y de todo negocio ilícito que “florece” precisamente en y por el capitalismo.
 
Ahora bien, desde hace un medio siglo o poco más, la estrategia de la “guerra contra las drogas” que tuvo su origen en los Estados Unidos, ha sufrido serios y continuados reveses y lejos, muy lejos, de lograr por lo menos una disminución apreciable del negocio ilícito -pero ligado estrechamente a la lógica capitalista-, ha sufrido derrotas que adquieren proporciones muy elevadas.
La actual estrategia mundial, entonces, constituye como lo hemos afirmado muchas veces, una verdadera “guerra falsa” que lo único que consigue es la propagación creciente del negocio y de la verdadera conversión de los países donde logra imponerse, en auténticos narco-estados como los casos patéticos de México y Colombia.
 
¿Por qué decimos que la actual estrategia antinarcóticos es una “guerra falsa”?, pues simplemente porque lo único que ocurre es que las bandas fuertemente armadas, las mafias y cárteles de la droga no hacen sino aumentar su potencia en lugar de disminuir y por otra parte el hecho probado de que la famosa DEA no es más que un organismo que combate sola y únicamente a los competidores de sus propios negocios, aumenta drásticamente la peligrosidad de esa empresa ilícita pero orgánicamente ligada al capitalismo.
 
En una oportunidad, nuestro Partido propició un principio general que no fue del agrado, naturalmente, de la política norteamericana de su guerra falsa que le proporciona triples ganancias, por una parte los beneficios mismos del narco-comercio, el lavado bancario de los dólares y los recursos destinados por los Estados para implementar esa política que da “trabajo” a su famosa y tristemente célebre DEA.
En este sentido, la propuesta de nuestro Partido consistió en comenzar una concientización a nivel planetario de la LEGALIZACIÓN  del negocio de las drogas a fin de lograr la desaparición de las mafias, de los cárteles y de toda actividad ilícita, naturalmente con un control necesario de la comercialización legal de esos productos.
 
Ya podemos apreciar que, por ejemplo, en muchos países ya se ha legalizado el comercio de la marihuana con resultados positivos, pues sin reportar un aumento de la drogadicción ha hecho imposible el negocio ilegal y sus consecuencias criminales conocidas.
 
Una cosa es innegable: no se puede continuar con una política “guerrerista” que de perpetuarse en el tiempo ocasionará muchísimas víctimas inocentes precisamente en los sectores más empobrecidos de Bolivia.
 
PCmlm

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