22-05-13
Int. No. 167
TORNADOS Y
BOMBARDEOS
No es nuestro propósito regocijarnos, ni mucho menos, de la gran
tragedia que han vivido los habitantes de Oklahoma, con el paso de un tornado
gigantesco que alcanzó la cualidad máxima de potencia. Y no lo es porque son
efectivamente, en la mayor parte de los casos, los más pobres del Estado de
Oklahoma, los que han sufrido y sufren muertes, heridos y desaparecidos.
Sin embargo al observar la destrucción masiva que muestran los medios
internacionales, inmediatamente surgen en nuestra memoria las escenas macabras
de destrucción y muerte que provocan los bombardeos norteamericanos contra
poblaciones civiles de Hiroshima, Nagasaki, Irak, Afganistán, Libia,
Yugoslavia, etc.
En el primer caso se trata de terribles agresiones de la Madre Naturaleza resentida
por el poco respeto que se le tiene sobre todo en los países llamados
desarrollados.
En el segundo caso se trata de la mano criminal de los hombres que hoy
lloran por la destrucción masiva en su propio territorio y que provocan
intencionalmente esa destrucción en otros pueblos que no tienen el derecho ni
siquiera de lograr la solidaridad de la opinión mundial y la condena de los
crímenes que a diario comete el imperialismo.
Esta nuestra comparación viene al caso porque pone al descubierto la
doble moral y la inmoralidad de los actuales gobernantes de “Occidente”, que
consideran a la humanidad, drásticamente separada entre dos partes: por un lado
los hombres y mujeres de los países desarrollados protegidos por una inmensa
fuerza militar y, por otro lado, los hombres y mujeres y niños y ancianos que
sufren las agresiones precisamente de esa inmensa fuerza militar.
Las desgracias de Oklahoma, debieran hacer pensar muy seriamente a los
ciudadanos norteamericanos, sobre su apoyo y complacencia con los bombardeos
que realizan “sus” fuerzas armadas en el mundo y, además, cuánto duele en carne
propia, que una fuerza física extraña, los golpee inmisericordemente sin
derecho alguno a la defensa.
Tornados y bombardeos, qué inmensa separación en cuanto a su
naturaleza y que proximidad en cuanto a su moral.
PCmlm.
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