13-11-17
¿QUIÉNES INTENTAN APODERARSE DEL 'ORO
BLANCO' DE SUDAMÉRICA?
Cuatro
países sudamericanos poseerían hasta el 85 % de las reservas mundiales del
mineral más codiciado de este siglo.
¿Quiénes
intentan apoderarse del 'oro blanco' de Sudamérica?
Qué
tienen en común los satélites, las naves espaciales, las baterías recargables
de teléfonos móviles, las computadoras, los celulares, los marcapasos, las
cámaras digitales, los reactores atómicos, los vehículos eléctricos y los
medicamentos antidepresivos? La respuesta es simple: el litio.
Ese
mineral no metálico se encuentra principalmente en los salares naturales, pero
también en "pozos petrolíferos, campos geotermales y agua de mar",
explica el Ministerio de Minería de Chile.
Tiene
la virtud de ser el metal más liviano, gracias a que tiene "la mitad de la
densidad del agua", y posee "excelentes condiciones" para
conducir el calor y la electricidad.
Una
información publicada por el diario digital El Confidencial precisa que en
América del Sur se encuentran las mayores reservas de litio del mundo,
alrededor del 58 % del total, aunque otras investigaciones sitúan ese
porcentaje en el 85 %.
Por
sus aplicaciones, también se denomina como 'oro blanco'. Asimismo, su valor es
otro aspecto relevante: mientras que en 1998 una tonelada de litio se cotizaba
a 1.670 euros, en 2017 alcanzó los 8.600 euros.
Chile,
Bolivia, Argentina y parte de Brasil concentran las mayores reservas de ese
material, por lo que su manejo no está exento de repercusiones políticas.
Industrialización
del litio, de nuestros recursos naturales, es una realidad. Industrializamos
para lograr soberanía económica y energética.
Los
yacimientos que conforman el triángulo del litio son:
Salar
de Uyuni (Bolivia).
Salar
de Atacama (Chile).
Salares
de la puna de Jujuy y Salta (Argentina).
Salar
del norte de Catamarca (Argentina).
Medio
Valle del Jequitinhonha (Minas Gerais, Brasil).
Detrás
de sus reservas se encuentran "gobiernos, países y empresas
transnacionales", que necesitan el litio para "emplearlo en la
fabricación de los más variados aparatos", declara a RT el periodista y
sociólogo uruguayo Rubén Armendáriz.
Como
la utilidad de ese mineral es tan diversa, "se vuelve una necesidad muy
grande"; en particular, para "las transnacionales automotrices"
explica este autor del informe 'Vienen por nuestro litio, con la excusa del
auto eléctrico y la defensa del ambiente'.
Armendáriz
asegura que la explotación del litio en cada uno de los países con reservas
"tiene que ver con las formas de cada uno de los gobiernos, con sus
posiciones ideológicas".
Por
ejemplo, en Bolivia sucede "una cosa" —el Estado administra los
salares de litio a través de la empresa Yacimientos del Litio Boliviano (YLB)—
y "otra muy diferente en Chile, Argentina o en el Brasil de Michel Temer".
Por
su parte, Chile realizó un llamado internacional para empresas interesadas en
explotar el desierto de Atacama. Actualmente, ese país produce el 41 % del
litio que se utiliza en el mundo.
Argentina
apunta a un modelo similar: el pasado marzo se supo que las mineras Energi
Group y Orocobre invertirán 720 y 160 millones de dólares, respectivamente,
para explotar ese mineral.
Mientras,
el Estado brasileño aplica el Proyecto de Evaluación Potencial de litio bajo la
supervisión del Servicio Geológico de Brasil (CPRM), para el que fue anunciada
una inversión de 40 millones de dólares por parte de Calvyn Gardner,
representante de un fondo de inversión británico.
A
pesar de que en Sudamérica existen "políticas muy claras" respecto a
las reservas de litio, Rubén Armedáriz cree que las decisiones son
"obviamente modificadas por los cambios de gobierno en cada país", en
la mayoría de los cuales "se favorece la explotación" por parte de
"empresas transnacionales".
Este
especialista subraya que desde "Estados Unidos, Europa y el sudeste
asiático" se trata de imponer en el imaginario colectivo que los países
productores de litio serían los "responsables de que no se ponga coto a la
contaminación ambiental derivada del consumo del combustible fósil".
Para
Armendáriz, no resultaría extraño que, algún día, a las potencias mundiales se
les ocurra argumentar que "deben ocupar los salares de litio" para
"salvar el medio ambiente", debido a que existen muchos intereses
detrás de la idea de generar "la necesidad poseer o fabricar autos
eléctricos".
Este
investigador explica que todas las estimaciones reflejan que falta al menos una
década para que los vehículos eléctricos alcancen "apenas el 5 % del
mercado mundial", una iniciativa que requiere una inversión cercana a los
6.000 millones de dólares para un suministro de litio hasta 2020.
"Es
un gran negocio a largo plazo. Quizá después del 2025, pueda que se note algún
ensayo de vehículos eléctricos en algunas de las grandes ciudades de América
Latina", asevera Rubén Armendáriz.
Ernesto J. Navarro
Tomado de Internet. RT en español.
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