26-03-17.
Nota de Maoistas Bolivianos.
Iniciamos una serie de artículos sobre la
historia del “Ejercito Rojo” alemán de Andreas Baader y
Ulrike Meinhof.
LA FRACCIÓN DEL EJÉRCITO
ROJO (RAF)
Invierno de 2016
La RAF (Rote
Armee Fraktion, Facción del Ejército Rojo) fue una organización armada
revolucionaria que se formó en 1970 en la Alemania Federal cuando un pequeño
grupo de revolucionarias saltaron a la clandestinidad para llevar a cabo
acciones armadas contra objetivos imperialistas alemanes y estadounidenses.
Operó durante 28 años hasta su disolución en 1998, después de un largo periodo
de vaivenes de actividad intermitente. Como tratar de aprisionar casi tres
décadas de historia en un puñado de páginas es una tarea totalmente
inabarcable, trataremos de centrarnos exclusivamente en la llamada “primera
generación” de las RAF, es decir, la década de los 60 (APO, Oposición
extraparlamentaria) y parte de la década de los 70, hasta el llamado “Otoño
alemán” en 1977, año del asesinato de Ensslin, Baader y Raspe en la prisión de
Stammheim.
En este texto
no nos proponemos simplemente una tarea de reconstrucción historiográfica de
los hechos y acciones que acontecieron en estos años (esto puede encontrarse
con relativa facilidad) sino un análisis político e ideológico de las acciones,
tácticas y estrategias, decisiones y escritos teóricos de la organización, un
análisis que permita arrojar algo de luz sobre los aciertos y errores de esta
lucha revolucionaria dentro de un centro imperialista. Huelga decir que el
debate de apoyar/condenar debe quedar aquí al margen, nuestra intención es
llevar a cabo un análisis científico y no moralista. El balance realizado debe
contribuir a exponer las deficiencias y los aciertos de esta táctica para la
consecución del objetivo revolucionario de las comunistas: la revolución y el
socialismo, ni la dulcificación ni la indignación moral son aquí útiles para
plantear esto.
Metodológicamente, el texto se dividirá en
tres partes: una parte más historiográfica de contextualización del momento y
de los procesos sociales y políticos (en la que cabrá una pequeña
reconstrucción de las fechas importantes en la evolución de la organización),
una parte más teórica de análisis de documentos, tácticas y acciones, y una
tercera parte más de balance y valoración de los objetivos logrados.
I: Concreto
«La tradición
de los oprimidos nos enseña que el “estado de excepción” en el que vivimos es
sin duda la regla. Así debemos llegar a una concepción de la historia que le
corresponda enteramente. Será nuestra tarea, entonces, promover el verdadero
estado de excepción y, a través de ello, posicionarnos mejor en la lucha contra
el fascismo».
Walter
Benjamin, Tesis sobre el concepto de historia (1940)
En 1945, justo
recién finalizada la Segunda Guerra Mundial, se celebra la Conferencia de
Postdam, que tiene como resultado la partición del territorio alemán en cuatro
zonas de ocupación (francesa, británica, estadounidense, soviética). Un año
después las tres primeras zonas se combinan en la llamada Trizonia y será en
1949 cuando se constituya formalmente la República Federal Alemana (RFA) o
Alemania Occidental. Desde su fundación Alemania Federal se convierte en un
país intervenido económica, política y militarmente por Estados Unidos y el
bloque occidental. Tanto a nivel de alianzas y política exterior como de
producción y política interior, Alemania Federal se convierte en un estado
subsidiario: el caso paradigmático es el llamado “milagro económico alemán” (Wirtschaftswunder),
en el que los flujos de plusvalía imperialista se utilizan para reconvertir una
economía orientada hacia la guerra y privatizar sectores estratégicos que
estaban en manos del Estado (precisamente la industria automotriz se convierte
en símbolo de este artificioso auge económico). A finales de la década de los
50 Alemania Federal ha recuperado su posición hegemónica dentro del bloque
imperialista específicamente europeo, y su economía iguala la fuerza y
estabilidad que tenía antes del 39 y antes del 14. En este contexto económico
de recuperación y bonanza (la tasa de inversión extranjera aumenta de un 19,1%
en 1950 a un 26,5% en 1965, lo que nos dará una muestra del carácter de la
economía alemana), en este contexto de inyecciones de capital y de amenaza de
la inflación, estos flujos imperialistas podían ser reconducidos hacia la
mejora de las condiciones de vida de los ciudadanos de los centros
imperialistas: en este sentido, se comienza a edificar el Estado del bienestar,
articulado, entre otras cosas, en asistencia social e incentivos de pleno
empleo. Alemania Federal desarrolla lo que posteriormente se denominaría una
economía social de mercado o “tercera vía” (Müller-Armack), gracias al balance
positivo del intercambio de plusvalía mundial; una economía basada en el
bienestarismo, la provisión de servicios por parte del Estado y la titularidad
privada de los medios de producción. Una cita del informe del Departamento de
Defensa de los EEUU How to fight communism, fechado el 25 de marzo de 1948, nos
dará la perspectiva necesaria para entender la naturaleza última y los
propósitos de este Estado del bienestar:
El destino del plan Marshall determinará quién saldrá
victorioso en el conflicto ideológico democracia/totalitarismo. A no ser que
los alemanes logren obtener un alimento y una vivienda decentes, ni las
palabras más sofisticadas sobre el beneficio de la democracia ni la represión
más descarnada les prevendrá de tornarse comunistas.
El estado federal era un monstruo por hibridación
entre un pasado con el que no se ha roto y un presente que intenta presentarse
como novedoso y rupturista: instituciones, legislaciones e incluso el personal
del periodo nazi seguía persistiendo, y otras instituciones habían sido
incorporadas por el gobierno de EEUU en aras de producir una impresión de
“renovación democrática”. En cuanto a la política internacional, fuertemente
marcada por la Guerra Fría y el anticomunismo, la RFA no pasaba de ser un mero
aliado subalterno de la potencia estadounidense. Su pertenencia al bloque
imperialista iba ligada con el apoyo de toda guerra y ocupación librada por el
imperialismo en cualquier parte del mundo: la guerra de Vietnam (1955-1975)
será totalmente central en el análisis que nos ocupa. Es totalmente imposible
entender el nacimiento y crecimiento de grupos de lucha armada y en general de
la llamada “nueva izquierda” en los últimos años de los 60 y principios de los
70 en la RFA sin entender antes el rol central que este país jugó en el sistema
imperialista internacional, guiada por la estrategia anticomunista que EEUU
desarrolla en el periodo post 2GM (por supuesto, tomando como punto de
referencia la doctrina Truman). Este rol central se basaba en el apoyo
financiero y militar de todos los regímenes anticomunistas que se edifican
alrededor del mundo para frenar los movimientos de liberación nacional, en el
apoyo logístico de las intervenciones estadounidenses y en el establecimiento
de relaciones neocoloniales en antiguas colonias en favor de Occidente.
En este contexto la izquierda alemana se ve obligada
por el propio estado federal a plantear la lucha desde un afuera institucional:
el KPD sería declarado un partido ilegal en 1956 a pesar de su tremendo
esfuerzo por institucionalizarse e integrarse en el régimen (su deriva
socialdemócrata le había llevado a distanciarse de toda política revolucionaria
y a condenar desvergonzadamente la lucha antiimperialista). Esta deriva
socialdemócrata, unida a un intento de distanciarse de las políticas del bloque
socialista y de Alemania Democrática, provocó el declive del ya inofensivo KPD:
en 1945 tenían 130.000 militantes y en 1956, año de su ilegalización, la cifra
era de 70.000. El Estado alemán había declarado ilegal un partido que había
claudicado ante la lógica burguesa y que no presentaba ninguna amenaza para el
statu quo. Militantes e incluso familiares de militantes y simpatizantes fueron
arrestados tras la ilegalización. Dos años antes, la Corte Suprema de Justicia
alemana había declarado “traición” las manifestaciones, huelgas y mítines
políticos. En 1963, apenas un lustro antes de la primera acción política de las
RAF, 10.322 personas fueron denunciadas y llevadas a juicio acusadas de
traición y ofensas al estado alemán. Estas estadísticas nos llevan a entender
el carácter outsider, el carácter underground que presenta la escena
revolucionaria en las décadas de los 60 y 70 en la Alemania occidental. La vía
institucional está totalmente vedada para la acción política.
En esta coyuntura política es en la que un grupo de
estudiantes universitarios, influidos por todo el movimiento contracultural
hippie y el particular “marxismo” del Instituto de investigación social de
Frankfurt (IfS, encarnado sobre todo en Marcuse), se organizan para
cuestionarse tanto el sistema económico capitalista como la misma naturaleza de
la sociedad (y sus mecanismos de dominación en la fábrica, familia, escuela).
De esta forma nace en 1966 la Oposición Extraparlamentaria
(Außerparlamentarische Opposition, en adelante APO), de la que Rudi Dutschke sería
la cabeza más visible. El 2 de junio de 1967 el Shah de Persia visitaría
Alemania Federal (dos años antes Alemania había recibido la visita de Moise
Tschombe, responsable del asesinato de Patrice Lumumba, las visitas de
dirigentes de sanguinarios regímenes títeres de EEUU eran bastante comunes).
Esta visita desencadenaría una manifestación de protesta a las puertas de la
Ópera de Berlín oeste: los manifestantes comenzaron a lanzar tomates contra la
policía, en palabras de Ulrike Meinhof en konkret, «a falta de otros
proyectiles». La policía respondió con una represión brutal que desencadenó el
asesinato a balazos de un estudiante de la Asociación Evangélica, el joven de
27 años Benno Ohnesorg. El policía responsable de los disparos sería absuelto
de todos los cargos en dos juicios posteriores. La fecha del 2 de junio
quedaría grabada a fuego en todos los jóvenes combativos alemanes hasta tal
punto que sirvió como nombre para el grupo anarquista de inspiración tupamara
Movimiento 2 de Junio (M2J).
Con el incremento de la represión y la criminalización
de las protestas (el atentado que un joven neonazi perpetra contra Dutschke en
1968 es consecuencia directa de esto), unido a la coyuntura internacional (la
cruenta ofensiva de Israel sobre Egipto en la Guerra de los seis días cuenta
con el apoyo del bloque imperialista) sólo era cuestión de tiempo que las
protestas se radicalizaran y en los disturbios se abriera la posibilidad de la
lucha armada. De nuevo, Ulrike Meinhof pondría las palabras necesarias a esta radicalización
con su artículo De la protesta a la resistencia (1968): «protestar es cuando
digo que no me gusta esto. Resistir es cuando pongo fin a aquello que no me
gusta». Gudrun Ensslin, cofundadora y dirigente de las RAF, afirmaría sobre la
actitud que adoptar con el Estado alemán que «no se puede razonar con quienes
crearon Auschwitz». Aunque la mayor parte de la táctica de la APO continuó
desarrollándose en el marco legal, una pequeña sección se aglutinó en torno del
grupo K.1 Commune para desarrollar acciones que atentaban contra la legalidad
burguesa como ataques con molotovs a establecimientos y el robo de bancos. Esta
guerrilla se sumaría a otros grupos como Tupamaros-Berlín Occidental, que
acabaría convirtiéndose en el citado M2J, de tendencia anarquista pero
fuertemente influenciados por Mao, Lenin y la izquierda occidental académica
(especialmente Marcuse y Poulantzas). Ensslin, Baader, Proll y Söhnlein serían
detenidos el 5 de abril de 1968 por un ataque nocturno a dos centros
comerciales en Frankfurt provocando un destrozo de unos 200.000€. Esta sería la
primera acción política de la RAF. Tomar grandes almacenes y centros
comerciales como objetivos de las acciones era algo común para los grupos
guerrilleros de izquierdas. En estas grandes superficies la ideología
consumista que había sido utilizada como forma de taponar la historia y supurar
un pasado oscuro que se quería olvidar (marcado sobre todo por el genocidio
nazi, sobre el que se el Estado alemán impuso un “borrón y cuenta nueva”), esa ideología
que borraba el pasado mediante el presente de la novedad continua y la moda,
cristalizaba con todas sus fuerzas. Los análisis de Debord en La sociedad del
espectáculo estaban muy presentes. Si este afirmaba que el espectáculo sólo
expresa el deseo de la sociedad de dormir, la guerrilla buscaba en las
explosiones de las bombas de petróleo la forma de hacerla despertar.
Parafraseando a Bertolt Brecht, Fritz Teufel, miembro del K.1, diría sobre el
ataque que «siempre es mejor prender fuego a un gran almacén que dirigirlo».
Poco después de esta acción, la RAF rompe relaciones de forma fulminante con el
K.1 debido al machismo presente en esta organización (un machismo amparado en
la llamada revolución sexual) y se declara una guerrilla marxista-leninista con
un modelo centralizado. Aun así, mantendrá el contacto y la estrecha
colaboración con el grupo anarquista M2J hasta la absorción de este último en
las RAF a principios de los ochenta.
(Continuará…)
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