sábado, 11 de marzo de 2017

COCA Y NARCOTRÁFICO

11-03-17
N. No. 428.
COCA Y NARCOTRÁFICO
Con motivo de la aprobación y final  promulgación de la nueva Ley sobre la Coca, se ha desatado la furia y la conocida diatriba contra los productores de hoja de coca y por tanto también contra el gobierno del trabajador de la hoja de coca Evo Morales.
Los corifeos de la derecha, haciendo eco a las amenazas del imperialismo contra Bolivia por la utilización de su hoja para fines del narcotráfico, se solazan mostrando que, por Ley, se ha incrementado considerablemente las hectáreas dedicadas al cultivo de la hoja sagrada particularmente en la zona del Chapare cochabambino.
Nosotros los comunistas (mlm), consideramos superflua la discusión en torno a la cantidad de hectáreas dedicadas al cultivo cocalero y ¿por qué razón consideramos superflua dicha discusión?
Sabemos muy bien que la comunidad mundial vive bajo la influencia decisiva del sistema capitalista de producción, esto significa que todo bien material o espiritual es una MERCANCIA. Cuantos más beneficios rinda la comercialización de cualquier mercancía, su expansión por efecto de la demanda, será inexorable.
Ahora bien, la cocaína es una MERCANCÍA como cualquier otra y, en el sistema capitalista, esa mercancía tiene un valor extraordinario y por lo mismo su precio crecerá exponencialmente en todas las sociedades, como la boliviana, que son productoras históricas de la hoja.
De modo que echar la culpa de la extensión de cultivos a los productores campesinos del Chapare o Yungas es una falacia.
Nuestro Partido considera que mientras en el mundo rijan las leyes del capitalismo, el narcotráfico jamás podrá ser erradicado y ni siquiera disminuido. Los ejemplos de ello podemos encontrarlos en Colombia, Perú y México, países en los cuales, tiene presencia inmediata y decisiva el imperialismo con sus bases militares y sobre todo con la presencia física de la DEA norteamericana que es el organismo que se encarga de promover, proteger y estimular el negocio cuando está controlado por ella y que se encarga de reprimir a los narcotraficantes independientes y que se atreven a competir al socio mayor en el negocio.
Nosotros hemos propuesto seriamente que, para atacar directamente a los consorcios, mafias y narcos de toda laya, lo correcto sería la LEGALIZACIÓN de la droga con el control absoluto del Estado de su producción para dirigir sus recursos al estímulo de la industrialización, naturalmente para fines medicinales de los dependientes, y también para usos tradicionales del acullicu.
Por lo tanto resultan insulsas las discusiones que entabla Hugo Moldis con el “periodista” Negro Arias, agente de la embajada en la televisión controlada por la derecha cavernaria. Lo que se debe hacer urgentemente es editar una publicación extraordinaria que pondría fin a las discusiones sobre el origen del narcotráfico. Esa obra de Michael Levine se llama “LA GUERRA FALSA”, obra que desnuda completamente la raíz del problema global del narcotráfico. Una edición millonaria de distribución gratuita sería un golpe certero a las manipulaciones mediáticas de los enemigos de la coca, de los trabajadores de la hoja y partidarios vergonzantes del narcotráfico.


PCmlm

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