jueves, 12 de diciembre de 2013

EN TORNO A LOS “AVASALLAMIENTOS” Y A LOS ACAPARADORES DE TIERRAS


11-12-13
N. No. 267.

EN TORNO A LOS “AVASALLAMIENTOS” Y A LOS ACAPARADORES DE TIERRAS

 

El llamado problema de los “avasallamientos” de tierras denunciados por los terratenientes de Santa Cruz y ratificados por el propio gobierno, no es una cuestión de fácil interpretación.

Y no lo es precisamente porque concurre un hecho delictuoso que proviene de las dictaduras militares de los 18 años, que hicieron verdaderos negociados con las tierras fiscales de Bolivia, regalando a diestra y siniestra inmensas extensiones de tierras a favor de militares, empresarios y latifundistas que se apoderaron de las tierras pertenecientes históricamente a las nacionalidades oprimidas sobre todo en las zonas amazónicas del país.

Otro elemento importante es el que se refiere a la Nueva Constitución Política del Estado Plurinacional que, en su artículo 399, dispone la irretroactividad de la limitación de tierras para empresarios agrícolas a las cinco mil hectáreas.

Es pues evidente que, al amparo de una legislación injusta se han ratificado “derechos” que en realidad no lo son, pues provienen de disposiciones atentatorias contra los derechos de los pueblos oprimidos.

Muchas de esas tierras pueden y deben ser revertidas al dominio de Estado por carecer de la  FES (Función Económica y Social), indispensable para la legalización y legitimación de la propiedad de la tierra. Otra de las verdades innegables es que latifundistas incluso extranjeros, como los brasileños  y peruanos, ante todo en el departamento de Pando, detentan tierras arbitrariamente amparados por el dominio político en Santa Cruz y el Beni de los empresarios privados cuyos “derechos” debían ser investigados exhaustivamente por el Gobierno.

Ahora bien, por otro lado existe el problema de las provocaciones que provienen de elementos delincuenciales, de los llamados loteadores de tierras que en nombre de los “sin tierra” pretenden apoderarse de tierras productivas que responden a interés “legítimos” dentro de la estructura capitalista de nuestro Estado.

Otra sería la situación en el caso de la planificación socialista de la propiedad de la tierra. Al  MAS no se puede pedir que aplique una política socialista de la tierra porque es un movimiento reformista, popular, democrático y antiimperialista y no un partido revolucionario. Por tanto el MAS se plantea una economía mixta con hegemonía de la economía privada capitalista.

Nuestro Partido ha insistido en la necesidad de reformar los artículos de la Ley agraria que actualmente favorece exclusivamente a los acaparadores de tierras en detrimento los campesinos sin tierra o con poca tierra de todo el territorio nacional.

PCmlm.

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