09-12-13
Int.
No. 176
Como se sabe, Nelson
Mandela adoptó el seudónimo de “Madiba” en su lucha revolucionaria, anticolonialista, antirracista y
anti-Apartheid, en su clandestinidad, en su encarcelamiento por 26 años, en su
breve pero prodigiosa lucha armada, en las
torturas que le infligieron y su final triunfo sobre el Apartheid.
Una vez conseguida la
victoria, Madiba no pudo triunfar sobre el apartheid social y de clases, como
correctamente señala Noemi Klein, pues su querida y amada Azania, y su inmensa
población oprimida y excluida no logró triunfo alguno sobre las injusticias
sociales.
Hoy, con motivo de su
desaparición física, aquellos que lo torturaron, aquellos que lo nominaron como
un peligroso “terrorista”, aquellos que los encarcelaron en celdas de un metro cuadrado,
aquellos que lo persiguieron sañudamente como fueron los gobiernos europeos y
principalmente los norteamericanos, ingleses y boers, ahora lloran como
cocodrilos frente a la admiración
mundial por la partida de un hombre bueno.
Hoy todos ponderan la
bondad de un hombre perseguido que tiene la grandeza de perdonar a sus enemigos
y llamar a la reconciliación de razas y de clases, pero se olvidan que
Sudáfrica sigue siendo uno de los pueblos más pobres del planeta con una clase
dominante blanca que sigue practicando la explotación más indigna contra la
mayoría negra.
Por nuestra parte,
poniendo de lado la gran admiración que sentimos por el inmortal Mandela, no
podemos estar de acuerdo con su teoría política del perdón para los genocidas
de Lesa Humanidad. En estos contornos, perdonar semejantes delitos, significa
llamar a la impunidad.
¡No, compañero
Mandela!, la impunidad significa cohonestar los delitos contra la humanidad que
significan el nazismo, el fascismo, el sionismo, los apartheid, etc, etc. Los
asesinos que profesan y practican esas “doctrinas” deben ser llevados ante los
tribunales de justicia internacionales para ser castigados como se
merecen. Por ello decimos, ¡ni olvido,
ni perdón!: ¡JUSTICIA!
Nosotros, comunistas
(mlm), admiramos al Madiba rebelde, al Madiba revolucionario, pero comprendemos
al Mandela jesucristiano y gandhiano y le damos el eterno adiós que se merece.
PCmlm
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