lunes, 29 de abril de 2013

EL PORVENIR Y CHAPARINA

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29-04-13
No. 223
EL PORVENIR Y CHAPARINA







 
Una comparación conveniente y necesaria.

Estos dos nombres de dos regiones apartadas de la amazonía boliviana, constituyen dos hechos históricos que resumen el carácter que tiene la manipulación mediática y la reversión de la verdad histórica hasta el extremo del absurdo.

Efectivamente, el Porvenir es una pequeña localidad muy cercana a la capital pandina, Cobija y fue el escenario de una verdadera masacre protagonizada por los funcionarios de la entonces Prefectura del Departamento de Pando a las órdenes de Leopoldo Fernández, el 11 de septiembre de 2008.

Una marcha campesina que pretendía llegar a la capital Cobija para rescatar las oficinas del Servicio que había sido asaltado por las hordas fascistas como parte del gran complot reaccionario que pretendía derrocar al Gobierno del MAS, se vio súbitamente detenida en El Porvenir por una gran zanja cavada por ordenes prefecturales a fin de evitar la continuidad de la marcha.

El saldo macabro de la agresión de los funcionarios prefecturales armados con carabinas, fusiles y otras armas de fuego letales, fue una quincena de muertos y varias decenas de heridos campesinos y otros tantos desaparecidos, además de un funcionario prefectural que fue alcanzado por disparos de sus propios cómplices.

Hoy, a cinco años de la Masacre del Porvenir, el señor Leopoldo Fernández, en los medios de comunicación que tienen los reaccionarios a su servicio a toda hora y todo el tiempo, anuncia que los hechos de El Porvenir, fueron  un “montaje” realizado por el ministro Quintana. Sin el menor rubor, Fernández intenta tapar el sol con un dedo, pues el señor Quintana no estuvo en el lugar, no organizó la marcha campesina, no tiene nada que ver con esos hechos. Pero la prensa reaccionaria ha convertido una verdadera masacre en un “montaje” y sostiene que no hubo tal masacre, ni muertos, ni heridos, ni balacera, sino únicamente una simulación montada por el gobierno.

Por otro lado, tenemos Chaparina, una localidad situada en el occidente beniano y muy cercano a la localidad de Rurrenabaque. Igualmente una marcha indígena y campesina, pretendía llegar a La Paz, para exigir al Gobierno que el Parque Nacional y Territorio Indígena Isiboro Sécure (TIPNIS), no fuera dividido por una carretera que el Gobierno pretendía construir desde Villa Tunari en Cochabamba hasta San Ignacio de Moxos en el Beni.

Un contingente policial destacado por el Gobierno intentó convencer primero a los marchistas de no proseguir su marcha porque de lo contrario podría chocar con otra movilización de los campesinos colonizadores (actualmente interculturales) que pretendían lo contrario, es decir, apoyar la construcción de la carretera y detener la marcha.

La acción policial fue brutal, efectivamente, se procedió con la violencia propia de las policías del mundo, a maniatar, golpear, y maltratar a los campesinos e indígenas. Escenas como las que vimos en Chaparina, las vemos todos los días en la televisión en Chile contra los estudiantes, en España contra los desocupados, en Italia, en Grecia, en Chipre, en Francia, en fin en todas partes, todos los días y a toda hora y nadie en el mundo está hablando de las “masacres” chilenas, españolas o griegas aunque algunas de ellas se han llevado más de un muerto.

En Chaparina no hubo muerto alguno, a pesar de la declaración de la señora Yolanda Herrera, “Presidente” de la Asamblea Permanente de los Derechos Humanos que muy suelta del cuerpo, anunciaba que ella había presenciado el “velorio” de dos niños y un anciano como producto de la acción policial. Jamás la susodicha funcionaria a sueldo del MSM, desmintió su falsa declaración. Hubieron muchos contusos, eso es evidente y el Gobierno que actualmente está imposibilitado de usar la fuerza pública como lo hacen los gobiernos de todo el mundo (algo en lo que no estamos de acuerdo), no atina a una defensa de su accionar que perfectamente encaja en las órdenes legítimas de  evitar un enfrentamiento entre campesinos.

Como podemos apreciar, la mass-media reaccionaria ha volcado totalmente los papeles y llama masacre a una acción policial ciertamente arbitraria y un montaje a una verdadera y auténtica masacre.

Como esta nueva versión de “El Porvenir y Chaparina” que está siendo introducida con fórceps permanentemente en la conciencia del pueblo, es muy difícil de ser desmontada por la completa hegemonía que tiene la reacción cavernaria en esos medios, solo resta confiar en que el peso de la verdad prevalezca sobre la mentira y la calumnia más groseras de la historia nacional.

PCmlm

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