06-01-12
P. N. 182
LA LUCHA DE CLASES PERFORA AL INDIGENISMO
Según la lógica de los defensores del neoliberalismo teórico y práctico, la lucha de clases en una “invención” del marxismo-leninismo y por lo mismo es negada en Bolivia sobre todo por la ideología indigenista de Fausto Reynaga y Felipe Quispe. Este supuesto se basa en el hecho de considerarse a la formación social boliviana como una formación “abigarrada” (Zavaleta) y muy particular (Como si toda FS no fuera siempre específica), en la que predomina la población de origen indígena que “nada” tendría que ver con una ideología “europeísta” como el marxismo-leninismo.
Estas enormes incomprensiones del carácter mismo del marxismo-leninismo y del concepto teórico de Formación Social, chocan violentamente con una realidad más terca que cualquier ideología conservadora y reaccionaria. Como ley fundamental del Modo de Producción Capitalista (MPC), la división de clases y su lucha se manifiesta necesariamente en todas las formaciones sociales desde el surgimiento de la agricultura mayor y el excedente económico. Empero como tampoco se “admite” la existencia misma de las clases, se pretende sustituirlas por las contradicciones entre naciones.
Esta metodología social no comprende que entre los conceptos de Clase y de Nación no existe contradicción alguna porque la segunda en una forma específica de la primera.
Ahora podemos comprobar, en los hechos, cómo la lucha de clases que es el principio fundamental del marxismo-leninismo, ha penetrado profundamente en el movimiento político indigenista de tierras altas y bajas de Bolivia.
Y no se trata de diferenciar a los indígenas de tierras altas como partidarios del proceso de cambio y a los indígenas de tierras bajas como partidarios de la derecha inclusive fascista. Se trata, por el contrario de comprobar que, por encima del carácter indigenista de orientales y occidentales, se encuentra el carácter clasista de esos movimientos.
En concreto, los dirigentes indígenas de tierras bajas como la CIDOB, han sido capturados por la derecha y el imperialismo a través de las ONGs y USAID.
También en las tierras altas el indigenismo de CONAMAQ ha sido conquistado por la ideología neoliberal, a través de uno de los líderes más entregado en cuerpo y alma a la reacción y particularmente al imperialismo, se trata de Rafael Quispe, un agente confeso de USAID y el Imperialismo yanqui que paga puntualmente los viajes y el trabajo de este “dirigente” de CONAMAQ.
Si el indigenismo tuviera más fuerza social e ideológica que el clasismo, entonces todos los indígenas tuvieran que formar un frente común en defensa de sus intereses como lo afirman los ideólogos del indigenismo. Empero, vemos ahora que pesa más el carácter político de la lucha de clases, que el origen de clase de los indígenas que han adoptado una posición de clase favorable a la reacción interna y al imperialismo. De este modo, una gran mayoría de indígenas de tierras bajas y sobre todo sus dirigentes, están haciendo causa común con los intereses clasistas de la reacción boliviana.
La derecha boliviana y el imperialismo han logrado en alguna medida, influenciar políticamente en un sector importante del indigenismo en general para ponerlo al servicio de sus intereses, violentando el principio que consiste en la real comunidad y solidaridad que existe en el seno del conjunto del indigenismo boliviano oprimido, y explotado centenariamente por la reacción y el imperialismo.
Una tarea revolucionaria es, por tanto, introducir el concepto de la lucha de clase en el seno del movimiento campesino e indígena para rescatarlo de las garras del imperialismo y la reacción interna.
PCmlm
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