domingo, 25 de marzo de 2018

RACISMO Y CIENCIA POLÍTICA

16-03-18
N. No. 489
RACISMO Y CIENCIA POLÍTICA
Con motivo del incidente ocurrido en un bus público de la ciudad de Santa Cruz, entre una representante típica de la oligarquía cruceña y una ciudadana común de origen occidental. La senadora opositora intentó justificar el racismo de una señorona cruceña, se ha desatado una polémica en torno al problema del “Racismo y toda forma de discriminación”, sancionados por la Constitución Política del Estado y las leyes penales del Estado.
En un debate televisivo del Canal Universitario (alineado públicamente con la derecha), se discutió el incidente cruceño. La senadora opositora intentó justificar el racismo campante en Santa Cruz, explicando que igualmente, comenzando por el presidente y el vicepresidente, cometen el mismo delito cuando discriminan a la oposición con una suerte de calificativos injuriosos. Por su parte el senador oficialista, declaró que deben ser pueblos razas superiores, como castigados todos los actos de discriminación sin ninguna excepción.
Sin embargo, el debate entre dos parlamentarios que no tenían ni la menor idea de los conceptos que estaban en disputa y que eran ignorados olímpicamente en la discusión, no podía resultar como una aclaración de los problemas. Ellos opinaron como pueden opinar los ciudadanos corrientes en la calle.
Expliquémonos: el racismo es un prejuicio que tiene sus orígenes en las ideas de algunos pueblos y naciones que se consideran a sí mismos como razas superiores, como “Pueblos elegidos de Dios”, que discriminan y reprimen en toda forma a los llamados por ellos “Pueblos sin Historia”, es decir pueblos inferiores. Este fenómeno anómalo, lamentablemente, pervive en la consciencia de algunos pueblos europeos como el alemán y el judío.
En cambio, la política es una ciencia que estudia precisamente los problemas de la dominación entre las clases de una formación social y también entre naciones y pueden ser catalogados como discriminación.
Entre el prejuicio y la ciencia existe, pues, una diferencia muy grande. En el debate político se contraponen conceptos y categorías teóricas, en el problema del racismo se impone el fanatismo racial y social. Por ello, en el debate político se pueden exponer calificativos que puede o no tener carácter discriminativo. Corrientemente en el debate aparecen calificativos que aclaran las posiciones ideológicas de los que discuten y los mismos no pueden ser calificados como discriminativos.
En resumen, podemos concluir diciendo que el racismo más puro y duro existe claramente sobre todo en Santa Cruz a cargo de una oligarquía extranjerizante y extranjerizada que desprecia a los pueblos indígenas inclusive a los indígenas habitantes milenarios de esas tierras orientales de Bolivia.
El delito de RACISMO debe ser sancionado, pero no puede ser, en modo algunos, confundido con las opiniones políticas que tienen el carácter de la discrepancia referida a la libertad de opinión, de expresión y a la libertad de conciencia.
PCmlm

No hay comentarios:

Publicar un comentario