31-03-18
Int. No. 425.
CHILE: LA LEY DE LA SELVA
Con motivo de los alegatos que se han presentado en la Corte Internacional
de Justicia de La Haya-Holanda, en la demanda interpuesta por Bolivia contra
Chile por el reconocimiento de un acceso libre y soberano al océano Pacífico
para Bolivia en la costa actualmente detentada por Chile, se ha podido constatar
que Chile o mejor dicho su oligarquía reaccionaria, piensa que en el mundo se
debe imponer en pleno siglo XXI, la “Ley
de la Selva”.
Frente a los argumentos de todo tipo presentados por Bolivia en los que
aparecen sendas y continuadas promesas de resarcimiento a Bolivia con respecto
a su salida al mar, Chile por intermedio de sus delegados, entre ellos algunos
excomunistas del corte chileno (es decir francos revisionistas), no sale de su único argumento: el respeto al Tratado de 1904, tratado que
ha sido mil veces violado por el mismo Chile.
Respaldado por el Tratado que lo considera inalterable en el tiempo, en
realidad lo que propone es que la Corte Internacional de Justicia reconozca el
principio de “La Ley del más Fuerte”
es decir que la violencia y la guerra de agresión originan derechos, aspecto
que es complemente rechazado por el Derecho Internacional como una negación del
concepto de la democracia y la igualdad de los pueblos y Estados, proclamado
por la Carta de Las Naciones Unidas.
Pretendiendo imponer ese criterio antidemocrático, Chile sostiene que una
revisión del Tratado de 1904, constituiría un mal antecedente para las
relaciones internacionales en todo el mundo. Efectivamente, una resolución de
este tipo garantizaría que muchos pueblos sometidos por Tratados desiguales
impuestos por las potencias coloniales, puedan ser revocados en favor de los
intereses de los pueblos sometidos por el colonialismo y el imperialismo. Y
este sería un vuelco sustancial para establecer la democracia mundial y el
respeto a los derechos de todos los pueblos, particularmente de los pueblos y
Estados pequeños.
Inmediatamente pensemos en el tristemente célebre del Tratado de Berlín,
que tuvo el descaro de reunir a las potencias coloniales haciendo abstracción
de los delegados del África, para dibujar a su gusto, placer y sabor, el mapa
geográfico de todo el continente africano.
La “Ley de la Selva” que rigió durante toda la época del surgimiento del
capitalismo, debe ser definitivamente desterrada de las relaciones entre los
pueblos y Estados. Sabemos que en contra de esta posibilidad aparece la fuerza
bruta del imperialismo, empero la fuerza de la lucha de los pueblos hará que
muy pronto se cumpla el gran sueño de la derrota final del sistema global del
imperialismo.
PCmlm
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