EL FETICHISMO DE LA MERCANCÍA Y SU
SECRETO
(Por M.
Javier Astorga M.)
El carácter fetichista del mundo de
las mercancías para K. Marx aparece sólo cuando una sociedad produce mercancías
para el Cambio, es decir cuando el trabajo humano no solamente genera valor de
uso sino también valor de cambio, o como algunos autores afirman el Fetichismo
de la mercancía es “..la cosificación de las relaciones humanas…” (Hammacher).
El propio Marx nos dice que “…el
fetichismo consiste en que las relaciones directamente sociales de las personas
en sus trabajos se les presentan como relaciones materiales entre personas y
relaciones sociales entre cosas…” (EL CAPITAL). La descripción de este
fenómeno le sirve para explicarnos la ciencia que el descubrió. Nos dice por
ejemplo que ”… todo el misticismo que
oculta al mundo de las mercancías como productos del trabajo fundados en la
producción de mercancías se esfuma de inmediato cuando emprendemos camino hacia
otras formas de producción…” (K. Marx EL CAPITAL). Formas de producción
donde las condiciones estructurales determinaban la relación directa entre
producto y productores, nos dice que ni en la sociedad antigua ni en el
feudalismo y menos en la forma primitiva del trabajo colectivo podía existir
este fenómeno. De esta manera sostendrá que la sociedad de las mercancías
(Capitalismo) no existió siempre y por lo tanto tampoco es eterna (como
sostienen algunos economistas burgueses) y
podrá ser superada juntamente con el fetichismo en una nueva sociedad de
productores libremente asociados o socializados cuyo producto social deberá ser
distribuido también socialmente. Nos
dice también en esta pequeña parte del 1er capítulo de su obra Mayor,
que una sociedad en donde la producción domina al productor y por supuesto al
mercado, terminará en el inevitable consumismo y solo podrá ser superado cuando
se planifique la producción según las necesidades humanas y no las del mercado.
Una tercera e importante aportación a la ciencia y a la filosofía también la
encontramos en cuanto a la consideración de la naturaleza como el laboratorio
del ser humano. En sociedades en donde el fetichismo no existía, la producción
estaba ligada al vínculo intimo que une la naturaleza con el ser humano creando
una economía natural. La sociedad de
producción de mercancías y del fetichismo desligó al ser humano de ser parte de
la naturaleza y la convirtió en dueño de ella. La liberación social del
fetichismo también significará el retorno del hombre a su condición de ser
humano en una nueva Organización social en donde el desarrollo de las Fuerzas
Productivas significará un salto cualitativo de la civilización. Las Fuerzas
Productivas sólo pueden desarrollarse 1.- con el trabajo humano que genera
valor 2.- el instrumento de trabajo (tecnología) y 3.- la naturaleza como
fuente de recursos vitales. Una sociedad como la actual (Capitalismo) que está
destruyendo a dos factores primordiales del desarrollo de la civilización está
condenada a perecer. K. Marx también Nos habla del reflejo superestructural de
la religión como parte de todo modo de producción y que en el actual la más
conveniente sería el cristianismo en su versión del protestantismo cuya base
estructural sería la producción burguesa. Esta relación entre estructura y
superestructura que algunos autores la niegan, nos la gráfica claramente
en la siguiente cita en respuesta a la
crítica que le formuló un periódico germano norteamericano. “… lo indiscutible es que ni la Edad Media pudo
vivir del catolicismo ni el mundo antiguo de la política. Es a la inversa, el
modo y manera en que la primera y el segundo se ganaban la vida lo que explica
por qué en un caso la política y en el otro el catolicismo desempeñaron el
papel protagónico…” (K. Marx EL CAPITAL).
Excelente trabajo, camarada Javier.
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