07-05-11 - 29-06-15
FORMACIONES ANDINAS. No. 3
UNA Y OTRA VEZ SOBRE LAS COMUNIDADES ALDEANAS AUTOSUFICIENTES
ANDINAS
Village system self-sustaining* (Marx)
PRIMERA PARTE
Con mucha
pertinencia se ha vuelto a poner en la discusión académica, los problemas
derivados de la caracterización materialista histórica de las formaciones
sociales andinas, antes de la invasión y agresión colonialista europea.
Ahora se
trata de algunos criterios expresados por Karl
Marx en sus obras fundamentales “El capital”, los Grundrisse y el famoso
“Prólogo”, y especialmente en sus poco conocidos “Cuadernos Etnológicos” en
base a sus notas en los libros de autores importantes de antropología y etnología
como Lewis H. Morgan, John Budd Phear,
Henry Sumner Maine y John Lubbock. Es muy cierto que las opiniones de Marx
sobre las formaciones sociales andinas a las que él llama “peruanas”, son reducidas y muy marginales precisamente porque
tenía poca información sobre ellas, contrariamente al rico arsenal
bibliográfico que existía en Inglaterra sobre la India, tanto en los informes
de la administración colonial, como en el libro de Phear, «Aryan Village».
Pasamos
pues a conocer esos puntos de vista marxistas en torno a las comunidades
aldeanas en el Asia, preferentemente, pero también de pasada en las comunidades
andinas para despejar y contribuir en una polémica muy antigua pero, de todos modos,
muy esclarecedora.
He aquí
algunas citas concretas de Marx en los “Grundrisse” (1857-1858) y en “El
capital” (1867) sobre el Modo de Producción “Asiático” y su pertinencia en la
América pre-invasión: «Una vez supuesta
una producción social de cualquier tipo (por ejemplo la de las comunidades indias, naturales y
espontáneas, o la del comunismo más artificialmente desarrollado de los
peruanos), puede distinguirse siempre entre la parte del trabajo
cuyo producto es consumido directa o individualmente por los productores y sus
allegados, y –prescindiendo de la parte que recae en el consumo productivo—
otra parte que siempre es plus-trabajo, cuyo producto sirve siempre para
satisfacer necesidades sociales y sea quien fuere el que haga las veces de
representante de esas necesidades sociales. La identidad entre los distintos
modos de distribución, pues, viene a parar en que son idénticos si abstraemos
sus diferenciaciones y formas específicas y sólo retenemos la unidad que hay en
ellos, por oposición a su diferencia» (1)
Otra cita,
esta vez del Tomo I de El capital:
«Las cosas en sí y para sí, son ajenas al hombre y por ende
enajenables. Para que esta enajenación sea recíproca, los hombres no necesitan
más que enfrentarse implícitamente como propietarios privados de esas cosas
enajenables, enfrentándose, precisamente por eso, como personas independientes
entre sí. Tal relación de ajenidad recíproca, sin embargo no existe para los
miembros de una entidad comunitaria de origen natural, ya tenga forma de una
familia patriarcal, de una comunidad indica antigua, de un estado inca, etc….» (2)
En la
primera cita, que la hemos extendido para no sacarla del contexto, está inserta
la parte que nos corresponde analizar. La cita expresa el punto de vista
marxista abstracto de que siempre el producto social está dividido entre el
consumo y el plus-producto que sirve para satisfacer necesidades sociales sea
quien fuere el representante de esas necesidades sociales.
Como puede
apreciarse, nuestro interés sobre el pensamiento de Marx tiene como base
un conjunto de ideas desperdigadas en su
monumental obra y entre ellas un pequeño paréntesis que es citado de pasada y
sin explicación profunda alguna porque Marx estaba desarrollando una idea totalmente
diferente de las características específicas de las formaciones sociales
andinas.
Ahora
bien, Marx, pone como ejemplos, las producciones sociales de las comunidades
indias como naturales y espontáneas y las del llamado por él “del comunismo más artificialmente desarrollado por los peruanos”.
Ahora
tenemos las citas de los Grundrisse en la misma cuestión, y en el mismo
sentido:
“La
producción colectiva y la propiedad colectiva, tal como se presenta p. ej., en
el Perú, es manifiestamente una forma secundaria, introducida y transmitida por
tribus conquistadoras, que conocieron ellas mismas la propiedad común y la
producción colectiva en la forma antigua y más simple, tal como aparecen en
India y entre los eslavos.
Igualmente, la forma que encontramos entre los celtas en Gales, p. ej., parece
ser una forma transmitida secundaria, introducida por conquistadores en las
tribus conquistadas, que se encontraban en un nivel más bajo. El
perfeccionamiento y la elaboración sistemática de este sistema a partir de un
centro supremo muestra su origen tardío….”
(3)
¿Cómo
debemos interpretar estos conceptos mencionados por Marx entre paréntesis, en
el primer caso y más extensamente en el segundo y tercero? Habrá pues que
investigar qué era lo que pensaba Marx en torno al carácter secundario y
artificial.de las formaciones “peruanas”.
Por tanto,
decimos que en los Grundrisse, podemos encontrar una relación más o menos
amplia del pensamiento de Marx sobre el carácter de las formaciones sociales
andinas entre ellas se incluye el incario, empero cuando Marx nos habla de esas
formaciones se nombra siempre genéricamente al Perú y en una u otra a los incas.
La más
extensa es la siguiente:
«En la primera de (las) éstas formas de propiedad de la
tierra, aparece, ante todo, como primer supuesto una entidad comunitaria
devenida tribu, por ampliación o por intermarriage** entre familias, o una
combinación de tribus…… Por lo tanto,
en medio del despotismo oriental y de la carencia de propiedad que parece
existir jurídicamente en él, existe de hecho, como fundamento, esta propiedad
comunitaria o tribal, producto sobre todo de una combinación de manufactura y
agricultura dentro de la pequeña comunidad que de ese modo se vuelve
enteramente self-sustaining*** y contiene en sí misma todas las condiciones de
la reproducción y de la plus-producción. Una parte de su plus-trabajo pertenece
a la comunidad superior, que en última instancia existe como persona, y este
plus-trabajo se hace efectivo tanto en tributos, etc., como en el trabajo común
destinado a exaltar a la unidad, en parte al déspota real (los incas. N.n.), en
parte a la entidad tribal imaginada, el Dios (el clero incaico. N.n.)…. la unidad puede extenderse hasta incluir
también el carácter colectivo del trabajo mismo, lo cual puede constituir un
sistema formalizado como en México, en especial en
Perú, entre los celtas,
algunas tribus de la India…» (4)
En el caso
de las formaciones sociales andinas centrales y periféricas, no hay duda
alguna que, para Marx, se trata de formaciones primordiales del tipo
“asiático” cuyas producciones comunitarias del tipo Ayllu que, --como decimos son milenarias--, fueron recogidas primero por las comunidades
de aimaras de los Placajes, los Lupacas, los Collas, etc., y después por el
“Imperio” incaico.
Ahora
conoceremos los criterios de Marx en su célebre “Prólogo a la Contribución a la
Crítica de la Economía Política”:
«A grandes rasgos, podemos designar como otras tantas épocas
de progreso, en la formación económica de la sociedad, el modo de producción asiático,
el antiguo, el feudal y el moderno burgués….» (5)
Estas
indicaciones someras y nunca específicas en el caso de las formaciones andinas
o “peruanas”, nos ubican en una situación un tanto contradictoria, puesto que
en la cita más extensa cuando se refiere
a la primera forma: la “asiática”, se
incluye claramente al “Perú”.
Las
deformaciones que sufrió la comunidad aldeana andina: el ayllu, a la llegada
agresiva del colonialismo europeo que
sobre esa comunidad instauró las llamadas “reducciones”
de indios que consistían en verdaderos jetos donde estaban recluidos los
indígenas repartidos y encomendados a los señores españoles; no pueden ser
consideradas ya como “comunidades aldeanas” y no es, en absoluto, pertinente referirnos a estas reducciones de
indios como formaciones productivas del tipo secundario o artificial. Las reducciones
de indios, se asentaban en las comunidades primordiales (Marx), pero esa
comunidad estaba prácticamente secuestrada, oprimida en las tierras más pobres
y con la obligación de los indígenas reducidos a trabajar en beneficio del
repartidor y el encomendero que, además, cobraba tributo en trabajo y en
especie. La comunidad que había perdido las tierras más productivas, debía
trabajarlas en beneficio del encomendero o repartidor y del estado colonial.
En
consecuencia, se trata de indagar a cuáles formaciones andinas y en qué tiempos
se refería Marx cuando nos habla del “comunismo”
peruano, como “artificial” y “secundario”.
Es
evidente que el análisis pormenorizado de las formas productivas que
desarrollaron las formaciones andinas centrales no puede tener como base
algunas citas menores de Marx, simplemente porque carecía de la información que
han proporcionado los cronistas coloniales. Empero, en el caso boliviano es
absolutamente impertinente --ante los actuales conocimientos que se tienen
sobre esas formaciones sociales--, catalogarlas como “esclavistas”. En cuanto al concepto del “despotismo” se conoce
bien que está destinado a caracterizar precisamente a las formaciones
tributarias desarrolladas y al surgimiento por primera vez de las formas
políticas estatales de tipo teocrático y despótico.
Empero,
las últimas investigaciones
“antropológicas” y “etnológicas” de Marx, no tendrían fin y se prolongarían
desde 1880 hasta 1882, poco antes de su muerte en 1883.
«Para preparar los propios trabajos, o bien acabados o –lo
que no es menos significativo—incompletos, Marx
llenó con extractos cientos de cuadernos…» (6)
La
investigación que más nos interesa es la que hace Marx en torno el libro de Sir
John Budd Phear (The Aryan Village, más o menos 1880) en el cual encontramos el
origen de la caracterización científica de la conformación social antigua en
Asia y otras partes del mundo; se trata del concepto de Comunidad Aldeana
(Village sistem) que, como sabemos se convierte en Marx, efectivamente, en un verdadero Modo de
Producción, el “asiático”.
Conocemos
que el concepto científico para caracterizar a las formaciones
pre-capitalistas, ya había sido ampliamente expuesto de los “Formen”, empero en
el libro de Phear aparece un estudio de campo que viene a ratificar la validez
de dicha caracterización para los pueblos asiáticos.
«El libro de Phear tiene que ver directamente
con el interés de Marx por la sociedad oriental y especialmente con la comuna
oriental…..En los primeros capítulos del libro de Phear abunda el material
sobre las instituciones agrícolas, aldeanas y familiares de los campesinos del
este de Bengala y Ceylán a mediados del siglo XIX ….Así como Phear estaba bien
informado sobre la situación en la India rural del siglo XIX y especialmente en
el delta de Bengala, sabía en cambio muy poco de la India anterior a la
conquista musulmana, simplemente lo que había aprendido interpretando algunos
documentos antiguos….. En este contexto se halla la afirmación de Marx: “El burro de él lo basa todo en la familia
privada” y además, “Este burro de
Phear llama feudal a la estructura social de la aldea”……» (7)
Los
párrafos seleccionados de la introducción de Lawrence Karder a los “Cuadernos
Etnológicos”, nos muestran, en primer lugar un hecho importante, la ratificación
del concepto materialista histórico de la “Comunidad Aldeana autosuficiente”
que ya la conocíamos en los Grundrisse, pero que en el libro de Phear está
desarrollado ampliamente. Sin embargo, la “aldea” que describe Phear ya había
sido alterada por la dominación colonial británica, por ello Marx se burla de
los criterios de Phear que insiste en comparaciones con el caso europeo y que “basa todo en la familia privada” y que
llama “feudal a la estructura de la
aldea· (Muy aparte las disculpas por el insulto marxiano).
«La aplicación de la categoría de feudalismo a la comunidad
oriental por los historiadores sociales y de la cultura, etnólogos, marxistas o
marxistas sedicentes, etc., responde a una periodización en sociedad oriental,
feudalismo, etc. Se trata de una abstracción anti-histórica, etnos-céntrica;
cualquiera que sea quien la use, europeo o no, reduce la historia universal a
la medida del modelo europeo…» (8)
Los
análisis de Marx se extienden en los “Formen”, en torno a esta primera forma de
propiedad de la tierra que lo encuentra con claridad en la India, destacando
los elementos generales que coinciden con el concepto de Modo de Producción Tributario defendido por nosotros en base a las
caracterizaciones de Ion Banú y Samir Amín, lo cual significa que el “asiático”
y el tributario, son la misma cosa.
A
continuación y para que la polémica tenga carácter riguroso, ofrecemos en el pensamiento de Samir Amín lo
que es el Modo de Producción Tributario y que según García Linera sería un
concepto “anti-marxista”:
«2) El Modo de Producción Tributario, que superpone a una
persistente comunidad de aldea, un aparato social y político que la explota
mediante la imposición de un tributo. Este modo de producción es la forma más
corriente que caracteriza las formaciones pre-capitalistas de clase. Proponemos
distinguir en su ámbito a) las formas atrasadas; b) las formas evolucionadas,
como el Modo de Producción Feudal en el que la comunidad de aldea pierde la
propiedad eminente del suelo en beneficio de los propietarios feudales y la
comunidad persiste como comunidad de familia….Debido a que este modo de
producción tributario es la regla, es preciso dejar de una vez por todas, de
definirlo como “asiático”. En efecto, aparece en los cinco continentes, en Asia
ciertamente (China, India Indochina, Mesopotamia, oriente clásico, etc.) En
Europa (en las sociedades preclásicas; Creta y Etruria) En América Latina (Incas, Aztecas, etc.)
(9)
Por otro
lado, citamos la opinión de Karl
Wittfogel que caracteriza este modo de producción como despótico e
“hidraúlico” (10), haciendo referencia a las grandes construcciones
faraónicas y ciclópeas realizadas en cuanto a la irrigación de los campos
agrícolas en el Nilo, El Tigris, el Éufrates, el Indo el Ganges, el Yang Tse-kiang y el Huang Ho,
que realizaron las comunidades aldeanas libres (no esclavas), autosuficientes y
agrícolas en beneficio del Estado tributario, además de otro tipo de
construcciones como grandes palacios y pirámides (Egipto), tumbas, mausoleos
(Grecia y Roma antiguas), murallas gigantescas e interminables (China); obras y
construcciones públicas que son evidentemente características del “asiático”.
Acá
tenemos que incluir el trabajo de Roger Bartra, Jean Chesneaux, Maurice
Godelier (que estuvo en nuestro país hace poco), Murra y otros sobre el “asiático”:
«Las sociedades precolombinas de América, que Marx
sólo menciona de paso en Formen, también deberían constituir un caso
privilegiado de aplicación de la noción del modo de producción asiático» Jean Chesneaux. (11)
Chesneaux,
sostiene que no solamente es pertinente utilizar el concepto “asiático” para
las formaciones sociales andinas, sino que éstas son casos “privilegiados”.
Igualmente:
Godelier es incluso más específico y nos dice:
«A nuestro parecer, (la) hipótesis teórica permitirá
comprender por qué la noción del modo de producción asiático es solicitada cada
vez más para explicar ciertas épocas y sociedades de la Europa antigua (reinos
cretomicénicos o etruscos), del África Negra (reinos e imperios de Malí, de
Ghana, reino Bamun), de la América precolombina (grandes civilizaciones agrarias
mesoamericanas o andinas)…» (12)
Los
autores soviéticos tienen un criterio muy similar a los anteriores:
«En su época, apenas había sido estudiada la historia de los
pueblos de África y América (excluidos los EU). No es sorprendente,
por eso, que el análisis de Marx se basara en un círculo reducido de materiales
y países; mucho más sorprendente es otra cosa: que el genial teórico y
pensador, pese a toda limitación histórica del material obtenido por él, supo
no obstante, comprender y explicar las leyes de desarrollo de las sociedades
pre-capitalistas no europeas…» (13)
El
investigador turco nos entrega un juicio categórico:
«Debemos añadir ahora que este estudio constituye en cierto
modo un trabajo de orientación: pone la mira, por ejemplo, en mostrar cómo las
economías subdesarrolladas actuales y futuras podrán servirse del modelo del
modo de producción asiático, que es una categoría histórica. El modo de
producción asiático, según Marx, es un sistema económico que engloba a todas
las sociedades asiáticas así como las de
México y el
Perú…..» (14)
Ahora
tenemos los sólidos argumentos de Murra en sus profundos libros y artículos
específicos sobre la mayor formación andina: el imperio de los Incas. Murra es
un adversario frontal de la utilización de categorías teóricas de tinte europeo
para caracterizar el incario y por ello rechaza, aunque no lo dice textualmente,
la caracterización esclavista.
«No me propongo aquí el análisis de esta controversia.
“Socialismo”, “Feudal” o “totalitaria”—no sería válido intentar clasificar al Estado inca en los
términos propios de la historia económica y política europea…..» (15)
Ya al
margen de la pertinencia o no del modo asiático o tributario para caracterizar
a las formaciones andinas, Ion Banu se refiere al problema semántico,
sosteniendo que lo “tributario” es, de todos modos una denominación provisional
que podría ser sustituida en su caso.
«En el amplio debate referente al modo de producción
“asiático”, que nosotros preferimos llamar, provisionalmente “tributario”, el dominio de las relaciones
intelectuales ha sido muy poco abordado…..»(16) (Las negrillas son nuestras)
Para dar
mayor claridad al debate que quisiéramos se prolongue en este tan apasionante
problema, exponemos los conceptos fundamentales que deben ser comprendidos en
profundidad.
Conceptos.
Modo de Producción. La expresión “modo de
producción” es una abstracción científica, es la selección y la
condensación de los rasgos determinantes de la producción social. En su forma
pura nunca ha existido en el mundo real. Claro está. Se trata únicamente de los
rasgos generales típicos más importantes, pues las épocas de la historia de la
sociedad, al igual que las épocas de la historia de la tierra no se encuentran
separadas por rígidas fronteras abstractas…» (Eugenio Varga).
Formación Social. Es
el concepto que nos permite pensar la totalidad social como una estructura
históricamente determinada como combinación de modos de producción en que uno
de ellos es dominante y los restantes subordinados. (Althusser,
Guy Dhoquois, Echazú).
* *
* *
Conclusivamente
en cuanto a la caracterización de las formaciones sociales andinas, a la luz
del pensamiento de Karl Marx, podemos decir que la correcta nominación de las
formaciones asiáticas como el «Modo de Producción “Asiático”» nos permite hacer
la siguiente determinación terminológica:
Lo
genérico podría ser (en realidad es) el Modo de Producción Tributario, con sus
formas específicas asiáticas,
(China, India, Mesopotamia, y Egipto), mediterráneas
(Etruria y Miscénicos), africanas (precoces), andinas
(Tiwanacku, Aymaras y Quechuas) y finalmente mesoamericanas (Nahuatls y Mayas)
SEGUNDA PARTE
El debate
sobre el marxismo y los pensamientos de Karl Marx sobre las formaciones
sociales americanas pre-invasión, con la incorporación teórica de prestigiosos
estudiosos de la obra materialista histórica de Marx, ha sido encarada en la
primera parte de este nuestro trabajo.
La segunda
parte está destinada a criticar los juicios incorrectos, algunos falsificados
de autores nacionales que opinan sin el debido estudio a fondo de la
problemática.
Entre
estos autores nacionales tenemos los juicios superficiales de Guillermo Lora,
García Linera, Tristán Marof, Liborio Justo, Amalia Gonzales, y otros.
El primer
caso es el de Alvaro García Linera
que sostiene firmemente que el concepto de Modo de Producción Tributario es
anti-marxista e inconsistente y que fue utilizado por algunos autores para
referirse al África. Seguramente, por ahí se ha enterado Linera que Jean
Suret-Canale, el gran investigador africano, nos explicó el carácter de las
formaciones sociales del África Negra antes de la colonización europea donde
nos habla de un “asiático” precoz en ese continente. He aquí la cita pertinente
de García Linera:
«Por su parte, Jorge Echazú en el
libro “Los problemas Agrario-campesinos de Bolivia”, La Paz, 1983, habla del
incario como una variante “andina” de un supuesto (sic) modo de
producción tributario. Si bien es necesario reconocer en este último autor
cierta apertura intelectual, lo del modo de producción tributario (que en
realidad ya fue usado por otros autores para estudiar África), es UNA CATEGORÍA
INCONSISTENTE (en el folleto original de Linera, e INCONSCIENTE en la
“Potencia plebeya”) Y NO MARXISTA, EN
TANTO DEFINE LAS RELACIONES ECONÓMICAS A PARTIR DE LA ESFERA DE LA CIRCULACIÓN
DEL EXCEDENTE, SIENDO QUE EN REALIDAD EL FUNDAMENTO DE TODA RELACIÓN ECONÓMICA
DEBE SER ESTUDIADA EN TÉRMINOS DEL PROCESO INMEDIATO Y GLOBAL DE PRODUCCIÓN…..»
(17)
No vamos a
discutir acá el asunto del proceso global de producción porque se trata en el
presente caso del cambio de la denominación del “asiático” por una más
pertinente, el tributario, simplemente se trata de dejar de lado la
denominación geográfica. Se puede discutir lo de “tributario”, pero aquí nos
referimos concretamente del “asiático” formulado por Marx, Amin, Banu y otros.
El Modo Tributario es el nombre empleado por Ion Banu y Samir Amin para
referirse al “asiático”, cuya designación geográfica la consideran provisional
según el propio Marx. Ya hemos citado en concepto en Banu. Lo que debe
reconocer Linera es su ignorancia en torno a los progresos modernos en cuanto
al “asiático”.
El segundo
caso es el de Guillermo Lora que,
efectivamente no ha conocido esta problemática y se limita a declarar el
carácter pre-capitalista con referencias sumamente vagas sobre el feudalismo
americano, siguiendo paradójicamente la formulación de Stalin. Según su
seguidora Gonzales, a quién le
daremos todo el crédito en su cita, García habría atacado injustamente a Lora y
dice:
«Lora se gana el descrédito de Linera porque opina que los
incas eran una sociedad despótica esclavista. No es el único que lo cree. Murra en su famoso libro de historia
económica del imperio incaico (la mejor que se ha escrito hasta ahora al
respecto), lo cree también…..Lo que
Linera censura a Lora es que éste haya seguido a Marx a rajatabla y que, en
consecuencia, haya supuesto que el imperio incaico era en realidad el resultado
de la disolución del comunismo primitivo y que, por lo tanto, se trataba de un
sistema despótico esclavista al que Lora denomina, de manera genérica, como pre-capitalista. Lora se limita seguir
el manual de marxismo-leninismo…» (18)
(Las negrillas son nuestras)
Tres
defectos imperdonables en un párrafo tan pequeño de Gonzales:
1) ¡Que
Marx consideraba al incario como un sistema esclavista! Tamaña falsificación no
tiene nombre y en honor a la decencia intelectual exigimos se nos muestre un
solo párrafo de Marx en ese sentido.
2) Murra
igual que Lora, según Gonzales, piensa que el incario desarrolló un sistema
despótico esclavista. ¡Falso de toda falsedad!, pues quiénes conocemos la obra
de Murra, éste subrayó siempre que no se podía aplicar a América pre-colonial los
supuestos de la historia europea. (Ver la cita 15 de Murra )
3) El
concepto mismo de “manual” es combatido paradójicamente por el trotskismo y
esta única vez con alguna razón.
El tercer
caso es el del sociólogo boliviano José
Antonio Arze que llama al incario un semi-socialismo y semi-comunismo
inkaiko, haciendo referencia al solidarismo y el colectivismo del Ayllu andino.
Arze no se mete con Marx y por ello mismo se comprenden sus juicios no
pertinentes al presente debate. La cita
correspondiente de Arze es la siguiente:
«¿Fue comunista o socialista el régimen inkaiko? Hemos
llegado a la altura de preguntarnos ahora: ¿Fue efectivamente el régimen
inkaiko un régimen comunista o socialista?
José Carlos Mariátegui, en sus Siete ensayos de
Interpretación de la Realidad Peruana, escribe: “Al
comunismo incaico –que no se puede ser negado ni disminuido por haberse
desenvuelto bajo el régimen autocrático de los incas-- , se le asigna por esto
como comunismo agrario”. …..El
calificativo que podría aplicarse a lo sumo a la organización inkaika es el de
semi-socialista, con las reservas que esta designación supone…» (19)
Como se
puede apreciar en Arce y en Mariátegui, existe una gran resistencia a calificar
al incario como esclavista y por ello no conciben formas estructurales sociales
económicas, políticas e ideológicas fuera del esquema personificado -- que se
atribuye a Stalin, cuando éste no hizo sino copiar el esquema engolosino--, por
ello mismo recurren a los sistemas sociales que por la época de sus escritos
estaban ensayándose en la Unión Soviética.
El cuarto
caso es el de Liborio Justo, la cita
correspondiente a nuestro problema, dice:
«I.- EL TAHUANTINSUYU: Un
horrendo régimen de esclavitud en beneficio, gloria y esplendor de una
minúscula casta dominante…..
¿Cómo es que el famoso arqueólogo peruano Julio C. Tello se
sitúa, junto a otros indigenistas, entre “la clase de hombres que añoran
sinceramente que vuelva algún día para el Perú la Edad de Oro de los Incas, la
de la sociedad organizada en un sentido más racional, inspirada en la
experiencia adquirida en siglos de vivir y remozada con la aplicación de los
principios de moral cristiana, sin prejuicios raciales o sociales, sin clases
ni privilegiados…”
Esto sólo lo explicaría una defectuosa interpretación o una
casi deliberada tergiversación basada en el hecho de que, en el Tahuantinsuyo,
el Estado, personificado por el Inca, se ocupara diligentemente del
mantenimiento y asistencia de sus súbditos, de proveer sus necesidades,
combatir sus vicios y defectos y prevenir sus incapacidades. Pero nosotros
podemos decir que, si tal acontecía, era simplemente porque la masa de la
población del Tahuantinsuyo, en su conjunto, era esclava del Inca y de su minúscula casta gobernante y, no
atender a esa masa era ir contra los propios intereses de los esclavizadores. ¿A qué dueño
de esclavos le conviene descuidarlos y dejarlos morir de hambre? ¿No los ha
atendido siempre, aún los más déspotas, cuando enfermaban o incapacitaban? ¿No constituían, ellos,
después de todo, su fortuna?....
Nosotros
por nuestra parte, sostenemos y repetimos que en el Tahuantinsuyo no hubo un
ápice de “socialismo” o “comunismo”.
Lo que en realidad hubo –y puede prestarse a confusión para la utilización de
esos términos—fue LA ESCLAVIZACION
COLECTIVA DE UNA CLASE POR OTRA, BASADA EN LA PROPIEDAD EN COMUN DE LA
TIERRA POR LA CLASE DOMINANTE…» (Las negrillas son nuestras, las MAYUSCULAS aparecen en el original) (20)
Nuestro
buen Liborio, no comprende cuál es la verdadera esencia del “esclavismo” que
consiste precisamente en la explotación de la mano de obra hasta su extinción
para reemplazarla después con nuevos esclavos. Pero esto es lo menos
importante. Justo o injusto, Liborio está totalmente equivocado porque según
todos los analistas de la esencia de las producciones sociales en América pre-invasión, la esclavitud era
solamente muy reducida y comprendía a los prisioneros de alguna guerra de
conquista. Considerar al esclavismo como modo de producción dominante en el
incario es un error garrafal pero que es disculpable en autores que no han
conocido los progresos del materialismo histórico en estas materias.
Aprovechando
el paréntesis de Liborio, constatamos que en el esquema periodificado aparece
correctamente en primer lugar la Comunidad Primitiva en la cual muchos autores,
incluyen a las formaciones andinas. En rigor la COMUNIDAD PRIMITIVA, corresponde estrictamente a los pueblos RECOLECTORES, CAZADORES Y PESCADORES,
antes, mucho antes de las formaciones agrícolas.
El quinto
caso es el de Tristán Marof que nos
presenta un panorama idílico del incario:
«La idea
honestamente comunista no es nueva en América. Hace siglos la practicaron los
Incas con el mejor de los éxitos y formaron un pueblo feliz que nadaba en
abundancia. Las leyes que había eran rígidas, severas y justas. Nadie podía
quejarse de miseria sin pecar de injusto. Todo estaba previsto maravillosamente
y reglado económicamente. Loa buenos años servían de reserva a los malos. La
cosecha se repartía escrupulosamente y el Estado incaico giraba alrededor de un
sistema de armonía…..» (21)
Si bien el
relato se puede considerar como muy complaciente, no se puede negar que toma
aspecto reales de la formación incaica, pues la comunidad (system) aldeana (villaje)
era autosuficiente (self-sustaining),
toda la población estaba integrada en el ayllu, no existía población fuera del
ayllu, por lo mismo el individuo incorporado a la comunidad tenía siempre el
auxilio de la misma, es por esto que se dice correctamente que no había
desheredados, desposeídos, ni pobreza, ni miseria, sino una vida ascética,
laboriosa y profundamente solidarista. La expulsión del ayllu por cualquier
delito cometido, representaba la muerte en un aislamiento total.
Lo que importa
del testimonio marofista es, precisamente, la negación completa de la
concepción esclavista defendida ardorosamente por Liborio Justo y se acerca a
la correcta interpretación del “asiático” americano o mejor al tributario.
Finalmente
el sexto caso es el de Amalia Gonzales, una militante trotskista que “no sabe
donde suenan las campanas”.
Existe
teóricamente la interpretación que corresponde a Amalia Gonzales Riveros,
que sostiene, en realidad junto a Guillermo Lora, que Marx consideró a
las formaciones andinas como productos de la desintegración de la comunidad
primitiva y en consecuencia como formaciones esclavistas. Está completamente
claro que Marx muchas veces y explícitamente, descartó definitivamente
cualquier caracterización esclavista de las formaciones andinas. Lo que no está
explicado en Marx es lo que realmente pensaba de las expresiones “secundaria” y “artificial” que aparecen esporádicamente en algunos de sus
escritos con la expresión “Perú” o “peruanos”.
Jamás el
genio de Tréveris hubiera podido pensar que los “ayllus” andinos que tienen
carácter milenario y cuyo origen se pierde en la noche de los tiempos de las
culturas Tiwanacota, Wankarani y Chiripa, (por lo menos 4 000 años de
antigüedad), son construcciones artificiales y secundarias y la prueba de ello
se encuentra precisamente en los “Formen” donde describe las tres grandes
formas pre-capitalistas, la asiática (incluido el Perú), la antigua y la
germánica.
La
interpretación correcta podría ser la siguiente:
Marx,
sobre todo en los Grundrisse-Formen, nos habla de la diversidad de formas
de producción que anteceden a la
producción capitalista y en ese sentido nos muestra la forma “asiática”, cuyo
tipo más caracterizado sería el hindú, pero que incluye a las formaciones
sociales de China (Dinastía Han), Mesopotamia (sumerios, babilonios y asirios)
y Egipto (épocas faraónicas). También nos enseña las formas clásica (Grecia y
Roma, éstas antes de los imperios esclavistas, es decir en la época de los
reyes etruscos y micénicos), y finalmente como una tercera forma señala a la
germánica y circunstancialmente también nos habla de la eslava.
* *
* * *
En conclusión podemos afirmar, como ya lo dijimos al final
de la primera parte, que desechando
definitivamente las soluciones esclavistas, comunitarias primitivas,
feudalistas, esclavistas o despóticas de tipo europeo, etc., se afirma con
mucha solvencia la interpretación tributaria genérica para todo el
pre-capitalismo. Esto significa que el Modo de Producción Tributario aparece como
la forma general del gran tránsito de las comunidades primitivas al
capitalismo, siendo el feudalismo y el esclavismo, apenas formas específicas
europeas sociales de transición del tributario al capitalismo.
Nuestras formaciones sociales, entonces tienen carácter
tributario y pueden ser denominadas como Formaciones Sociales Andinas.
Notas
•
1. Marx,
Karl. “El capital”.
Tomo III, Libro tercero. Siglo XXI editores 1981. Capítulo LI. Relaciones de
distribución y relaciones de producción. Págs. 1113-1114.
•
2. Marx,
Karl. “El capital”. Tomo I. Volumen I. Pág. 107. Siglo XXI editores.
•
3. Marx,
Karl. Los Grundrisse.
“Elementos fundamentales para la crítica de la economía política” Vol. 1. (Borrador) 1857-1858. Siglo XXI editores. 1976. Pág. 451.
•
4. Marx,
Karl. Los Grundrisse
citados. Págs. 433, 434, 435 y 436.
•
5. Marx,
Karl. “Prologo a la
Contribución a la Crítica de la Economía Política”.
•
6. Krader,
Lawrence. “Los apuntes etnológicos de Karl Marx”. Transcritos,
anotados e introducidos por Krader. Pág. 2.
•
7. Krader,
Idem.
•
8. Krader.
Idem.
•
9. Amin,
Samir. “Sobre el desarrollo
desigual de las formaciones sociales”. Ediciones Liberación. 1998.
•
10.
Wittfogel, Karl A. “El despotismo oriental”. Un estudio comparativo del poder
total. Yale University Press, 1957.
•
11.
Chesneaux, Jean, “Perspectivas de Investigación”. Págs. 92 y siguientes en la
compilación de Roger Bartra, “El Modo de
Producción Asiático” Problemas de la
historia de los países coloniales. Editorial ERA. El hombre y su tiempo. 1969.
•
12. Godelier, Maurice. “Hipóteis
sobre la naturaleza y las leyes de evolución del modo de producción asiático”. En la compilación de Roger Bartra.
Págs 119 y siguientes.
•
13. Stuchevski y Vasiliev. “Tres
modelos del surgimiento y de la evolución de las sociedades precapitalistas. En
la compilación de Roger Bartra. Págs. 131 y siguientes.
•
14. Divitcioglu, Sencer. “Modelos
económicos a partir del modo de producción asiático. En la compilación de
Bartra. Págs, 149 y siguientes.
•
15. Murra, John Víctor “La
organización económica del Estado Inca”. Siglo XXI editores.
•
16. Banu,
Ion. “La Formación Social “Asiática” en la perspectiva de la
filosofía oriental antigua”. En la
compilación de Roger Bartra. Págs. 269 y siguientes.
•
17. García Linera, Alvaro. “Cuadernos
Kovalevski” y la “Potencia plebeya”.
•
18. Gonzales, Amalia, cita a Lora, García Linera
y otros. En Bolpress.
•
19. Arze, José Antonio. “Sociografía del
Inkario”. Librería “Juventud”.
•
20. Justo, Liborio (Quebracho). Bolivia:
“La revolución derrotada”.
•
21.
Maroff, Tristán. “La Justicia del Inca”. La edición Latino Americana. Bruselas-Bélgica.
(*) Comunidad Aldeana Autosuficiente.
(**) Matrimonios en francés.
(***) Autosuficientes. En inglés.
Jorge Echazú-Alvarado.
PCmlm.
Cuadernos de Liberación No. 31
No hay comentarios:
Publicar un comentario