13-02-14
N. No. 287.
NUEVAMENTE
SOBRE LA FORMACIÓN DEL PROFESIONAL EN DERECHO
Hace algún tiempo escribimos una nota referida a la formación
académica, cultural, científica y ética del profesional en Derecho que se
imparte en nuestras actuales Facultades de Derecho, las mismas que han
proliferado tanto en el área fiscal cuanto y particularmente en el área privada
que cada año tenemos verdaderos ejércitos de nuevos abogados de un nivel que no
es, ni de lejos, el aconsejable.
La proliferación de estas Facultades de Derecho sobre todo aquellas
del área privada, constituye un verdadero atentado a un desenvolvimiento
mediano del profesional en el área de la justicia porque, como se sabe, lo
único que les interesa a estas “instituciones”, es el negocio al margen de
cualquier objetivo de orden científico.
El presidente Morales ha tenido que reconocer que aquella supuesta
medida de la elección popular de los magistrados supremos de la Justicia no ha
dado, ni mucho menos, una nueva cara a la administración de justicia en el
país.
El problema es detectar dónde radica la causa fundamental del terrible
descenso de la calidad del profesional en derecho en nuestro país.
Mientras en Bolivia impere el sistema capitalista que para nosotros
los comunistas, es el principal enemigo del pueblo, una justicia digna, verdadera,
auténtica y popular, es un imposible.
Es por ello que mientras ocurra el “milagro” de la revolución socialista, la JUSTICIA, seguirá siendo una mercancía.
Empero, dentro de esos límites, podemos observar que se puede
conseguir, por lo menos un mejoramiento apreciable de la administración de
Justicia, haciendo hincapié en la FORMACIÓN
ACADEMICA, CULTURAL Y ETICA del estudiante en las Facultades de Derecho del
área fiscal.
La creación de la carrera independiente de Ciencias Políticas, parecía
también una posibilidad de otorgarle al estudiante de Derecho una
complementación amplia en las áreas sociales y políticas con una carrera
paralela en la cual se podía reconocer
áreas comunes de modo de acortar los estudios en la carrera paralela.
Tampoco esa tentativa ha tenido resultados apreciables, pues nuestros
politólogos lejos de cumplir su misión formadora de carácter cultural, se han
convertido en opinadores insulsos del acontecer político casi siempre con posturas
partidistas sideralmente alejadas de los avances sociales y políticos del
pueblo, en lugar de ser los formadores de ideas nuevas y de orientadores
culturales, sociales y políticos, íntimamente ligados a los intereses generales
de nuestros pueblos y naciones.
En resumen, estamos convencidos que la batalla por la justicia debe
dirigirse principalmente a las Facultades de Derecho y a las Ciencias Políticas,
en realidad a las Universidades, para
elevar el nivel cultural de nuestros administradores de justicia.
PCmlm.
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