EL ANTIIMPERIALISMO NO ES SOCIALISMO
Rómulo Pardo
Silva
Sábado, 09 de Noviembre de 2013 16:07
En América Latina países se enfrentan al
imperio norteamericano-europeo. Lo históricamente necesario es empezar a
construir el socialismo de la humanidad y la naturaleza.
Los países rebeldes latinoamericanos buscan más justicia social pero no
abandonan el camino de producir más para consumir más. La racionalidad
sostenible no es su meta.
Cuba retrocede. Lo intentó pero la
fuerza de la realidad global capitalista lo cerca incluso ideológicamente.
El problema es que nadie muestra un
proceso para enfrentar las situaciones que se producirán en el futuro.
Migraciones, falta de energía, de agua, de minerales, de alimentos y agua…
guerras convencionales y nucleares de conquista de recursos, caos social y
político. No se responde a la pregunta de qué debe hacer la humanidad con cada
vez menos recursos naturales.
Aunque el cambio a la civilización de
sobriedad no es popular es una obligación política decirlo.
Algunas afirmaciones de François Houtart, secretario ejecutivo
del Foro Mundial de las Alternativas
que preside Samir Amin, permiten
reflexionar sobre el problema:
“En primer
lugar debemos decir que es el único continente en el mundo donde existen
esfuerzos por salir del neoliberalismo. Eso no lo encontramos en ningún otro
continente y por eso el papel de América Latina hoy en día es central.
Cuando digo esfuerzos por salir del neoliberalismo, o lo que Samir Amin llama
avances revolucionarios, significa que son procesos con sus contradicciones,
quizás no necesariamente poscapitalistas, pero si procesos con políticas posneoliberales.”
“Cuando vemos
los países latinoamericanos, dejando de lado los que se ubican claramente en
una integración de tipo neoliberal con el Norte, encontramos varios modelos de
reorganización, por ejemplo, tenemos a Brasil, Argentina o Uruguay en una
dirección que podemos llamar socialdemócrata, que aceptan de manera casi
oficial el capitalismo como modelo de crecimiento tratando a la vez de tener
una política social de redistribución del excedente del país. Eso ha dado
resultados, no podemos negar los logros, en Brasil, por ejemplo, donde cuarenta
millones de personas han salido de la pobreza extrema, pero no se ha dado un
cambio de las estructuras sino una cierta adaptación del modelo capitalista,
que además no tiene en cuenta lo que podemos llamar en economía las
externalidades, es decir lo que no entra en el cálculo del mercado, como los
daños ecológicos y los daños sociales.
Sin embargo,
es diferente en países como Venezuela, Ecuador o Bolivia que tienen un discurso anticapitalista mucho más claro,
además también de medidas de soberanía frente al imperio mucho más precisas.
Incluso en Ecuador y en Bolivia
tenemos el discurso sobre el Buen Vivir o Vivir Bien que parece colocar en el
debate y en la agenda propuestas nuevas. Pero en estos procesos también
encontramos límites tanto internos como externos.
Internamente
me parece que el límite es la concepción del modelo de desarrollo, muy similar
a la concepción que el capitalismo ha desarrollado. Veo eso en todo el mundo,
no solamente aquí, lo veo en China lo veo en Vietnam, Angola o Mozambique, en
movimientos que eran radicales, incluso comunistas. Finalmente al momento de la
puesta en marcha de un desarrollo humano regresan a las mismas lógicas. Eso lo
notamos, por ejemplo, en Ecuador, donde se habla de una nueva matriz
productiva, pero cuando se trata de definir lo que esto significa, vemos que se
traduce en desarrollar la minería, el petróleo, la extensión de los
monocultivos para agro-combustibles, transgénicos, etc. No se ven muchas
diferencias con las bases de un desarrollo de tipo capitalista excepto quizás
en el vocabulario. Es un modelo que podríamos llamar neo-desarrollista. Es un
hecho que me parece que cada vez entra más en contradicción con los grandes
principios del Buen Vivir.
Entonces nos
encontramos con un límite interno, porque no existe otra concepción del
desarrollo, no hay otro modelo, se debe inventar y es muy difícil inventar
dentro del sistema.”
“Otro
elemento importante es que estos procesos tienen un alto apoyo popular por lo
que deberíamos preguntarnos si la opinión pública, si el pueblo está
listo para entrar en un nuevo modelo de desarrollo.
[…] una opinión
pública que apoya las nuevas iniciativas porque una parte importante de la
población recibe beneficios en forma de bonos y políticas públicas. Pero
sabemos, y esto incluso Rafael Correa lo reconoce, que una buena parte de las
políticas siguen siendo asistenciales.
Me parece que
para el futuro no se trata de negar que hubo avances en las nuevas políticas
sino de ver que estamos frente a un modelo que lleva a la destrucción de la
naturaleza y a desastres humanos y que debemos tener una visión global y
holística a la hora de buscar soluciones realmente alternativas.”
“Me pregunto
si es posible desarrollar un socialismo del siglo veintiuno con los métodos del
capitalismo del siglo diecinueve. Definir la transición, este es precisamente
el desafío fundamental para países como Ecuador, Bolivia o Venezuela. Debemos pensar si queremos un nuevo paradigma
que sea pos-capitalista y no solamente pos-neoliberal, y como plasmar esto en
políticas públicas concretas. Tenemos la disyuntiva de desarrollar medidas que
solamente adapten el sistema capitalista existente a nuevas demandas ecológicas
o sociales o la posibilidad de crear un nuevo paradigma pos-capitalista.”
Es bueno
tener esos gobiernos latinoamericanos de cambio, pero la disyuntiva es
izquierda en el capitalismo o izquierda sostenible.
xxxxxxxxxxxxxxx
Nota de MB.
Con algunas diferencias, pensamos que este artículo es muy interesante.
PCmlm.
No hay comentarios:
Publicar un comentario