22-02-13
LA PERSISTENTE AGRESIVIDAD CHILENA CONTRA BOLIVIA
La gran solidaridad que viene desarrollándose en América
Latina y el Caribe, a través de las políticas de los gobiernos más
progresistas, populares y anti-imperialistas, se ve manchada por la existencia
de tres dinosaurios que no comprenden el curso de la historia y las grandes
necesidades de nuestros pueblos de alcanzar la verdadera independencia, la
verdadera soberanía y la verdadera democracia.
Esos tres dinosaurios políticos son claramente Chile,
Colombia y México. Sin embargo inclusive en el seño de ese trió, el Chile
oligárquico sobresale ampliamente por sus posiciones retrógradas, sus actitudes
agresivas, su política beligerante y su tendencia inocultable a arrebatar
territorios ajenos para salir de estrecho corredor territorial que tiembla día por
medio.
Chile oligárquico, ha conseguido algunas veces, elegir gobernantes más
modernos y más latinoamericanos, empero esos breves episodios no compensan ni
mucho menos la política histórica y tradicional agresiva y soberbia respecto a
Bolivia.
En varias oportunidades hemos censurado como se merece la
política chilena cuando sembraba la frontera común con miles y miles de minas
anti-personales, cuando desviaba las aguas del río Lauca en su beneficio,
cuando usurpaba del modo más cínico las aguas de los manantiales del Silala, en
fin cuando se niega rencorosa y atrabiliariamente
a tratar con Bolivia el problema de nuestro acceso soberano e independiente a
las aguas del océano Pacífico.
Ahora, aprovechando un error de tres reclutas bolivianos que
custodiaban la frontera de los contrabandistas y los narcotraficantes, usando
la fuerza militar abrumadora que siempre tiene en el frontera ha apresado a tres
conscriptos bolicivianoa acusándolos de haber “violado” la soberanía chilena y
causado un gran peligro para la seguridad de ese Estado. Esos humildes soldados
bolivianos deben se puestos inmediatamente en libertad y nuestra frontera con
Chile debe ser resguardada con fuertes contingentes militares para evitar las
infiltraciones chilenas que permanentemente están desplazando los hitos hacia
el interior de nuestro territorio. Se debe comprender que Chile aspira a
desintegrar Bolivia y apoderarse de sus riquezas naturales.
No cabe, pues, una atropello más grande contra la vecindad
de un país pacífico que está haciendo grandes esfuerzos para superar su atraso
y las limitaciones que conlleva estar alejado
de las costas marinas que siempre le correspondieron.
A Bolivia le corresponde actuar de otra manera frente a la
prepotencia chilena. Por una parte, aprobamos plenamente la política de desviar
las grandes carreteras interoceánicas desde las costas de Brasil, pasando por
Bolivia, hacia los puertos hermanos del Perú. Por otra parte es imperioso
agilitar los juicios sobre nuestros
derechos marítimos entre tribunales internacionales. Finalmente es imperioso
que Potosí acelere los proyectos que se tiene proyectados para la utilización
total de las aguas del Silala para provecho de los bolivianos, destruyendo los
acueductos construidos arbitrariamente por Chile para desviar esas aguas a su
territorio.
Sin estar en desacuerdo con manifestaciones multitudinarias,
con miles y miles de firmas de protesta, con ruegos sobre encuentros
bilaterales, no se consigue absolutamente nada. Se debe tocar el punto débil de
Chile que es precisamente la dependencia completa del norte chileno del
comercio boliviano, es decir golpear allí donde duele, porque, esas medidas
simbólicas les tiene sin cuidado a un Gobierno, a una clase dominante y a su
oligarquía que seguramente sonríen frente a esos nuestros afanes.
Chile es la oveja negra de nuestra América Latina y
Caribeña, siempre está mirando a Europa y se sitúa de espaldas a los grandes
objetivos de nuestra Patria Grande. América Latina y Caribeña no son sentidas
en Chile como en nuestros países y eso debemos tener muy en cuenta.
PCmlm.
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