12-01-13
Librepensantes y centralismo democrático
Según las expresiones del señor
Vicepresidente del Estado Plurinacional, el pensamiento libre y el centralismo
democrático están completamente contrapuestos.
No cabe una opinión más
desfasada que resulta siendo una verdadera aberración. El pensamiento siempre y
para siempre ha sido, es y será libre, es una de las particularidades del
género humano. Ahora bien, el “librepensante” al que se refiere el señor Linera
es aquel militante que desoyendo las instrucciones
de su partido, toma una posición personal y por ello inmediatamente se refiere
al principio revolucionario y marxista leninista del Centralismo Democrático.
Efectivamente, el Centralismo
Democrático es un principio revolucionario creada por el bolchevique Lenin,
frente al fraccionalismo trotskista que permitía la existencia de fracciones
independientes con criterio propio frente al mayoritario del Partido.
El principio leninista del
Centralismo Democrático significa que el pensamiento libre se desarrolla, como
su nombre lo indica, libremente en el seno de las organizaciones del Partido.
Todos los militantes tienen el mismo derecho de opinar, discrepar o disentir
“libremente”. Sin embargo, una vez concluido el debate y agotada la discusión,
se someten los problemas a una elección democrática, cuyo resultado debe ser acatado
disciplinadamente por TODOS los militantes, Además el Centralismo Democrático
admite la sumisión de los organismos inferiores a los organismos superiores.
Sin embargo esto no significa que los organismos superiores tomen decisiones unilaterales,
las que siempre deben estar sujetadas a las disposiciones del organismo
superior del Partido que es el Congreso Nacional al que se somete el Comité
Central y finalmente la Comisión Política, los Comités regionales y las células
del Partido..
Cuando el Movimiento al
Socialismo pretende aplicar los principios leninistas a un organismo que no
tiene ninguna de las característica del Partido revolucionario, no se comete
sino una verdadera aberración, pues el MAS, no es un Partido, sino un conjunto
abigarrado de organizaciones sindicales y sociales que naturalmente tienen
opiniones de las más diversas, no existiendo una estructura que organice la
discusión y emita resoluciones de acuerdo al Centralismo Democrático.
De este modo surgen pues los
llamados “librepensantes” que al opinar libremente aparecen como enemigos del
Movimiento.
La falta de un Partido
Revolucionario que dirija el proceso que vivimos y que ya hemos dejado de
llamar de cambio y los denominamos popular y democrático, seguirá ocasionando
problemas como en la última diputada que, con todo derecho ha opinado
personalmente sobre un problema que jamás se discutió en el “partido” (digo el
Movimiento).
Ojalá en el futuro, el MAS comprenda
el enorme error de seguir pensando a lo “Negri”, es decir, en Multitudes heterogéneas
en lugar del Partido político organizado.
PCmlm.
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