domingo, 13 de enero de 2013

Librepensantes y centralismo democrático


12-01-13

Librepensantes y centralismo democrático

Según las expresiones del señor Vicepresidente del Estado Plurinacional, el pensamiento libre y el centralismo democrático están completamente contrapuestos.

No cabe una opinión más desfasada que resulta siendo una verdadera aberración. El pensamiento siempre y para siempre ha sido, es y será libre, es una de las particularidades del género humano. Ahora bien, el “librepensante” al que se refiere el señor Linera es aquel militante que  desoyendo las instrucciones de su partido, toma una posición personal y por ello inmediatamente se refiere al principio revolucionario y marxista leninista del Centralismo Democrático.

Efectivamente, el Centralismo Democrático es un principio revolucionario creada por el bolchevique Lenin, frente al fraccionalismo trotskista que permitía la existencia de fracciones independientes con criterio propio frente al mayoritario del Partido.

El principio leninista del Centralismo Democrático significa que el pensamiento libre se desarrolla, como su nombre lo indica, libremente en el seno de las organizaciones del Partido. Todos los militantes tienen el mismo derecho de opinar, discrepar o disentir “libremente”. Sin embargo, una vez concluido el debate y agotada la discusión, se someten los problemas a una elección democrática, cuyo resultado debe ser acatado disciplinadamente por TODOS los militantes, Además el Centralismo Democrático admite la sumisión de los organismos inferiores a los organismos superiores. Sin embargo esto no significa que los organismos superiores tomen decisiones unilaterales, las que siempre deben estar sujetadas a las disposiciones del organismo superior del Partido que es el Congreso Nacional al que se somete el Comité Central y finalmente la Comisión Política, los Comités regionales y las células del Partido..

Cuando el Movimiento al Socialismo pretende aplicar los principios leninistas a un organismo que no tiene ninguna de las característica del Partido revolucionario, no se comete sino una verdadera aberración, pues el MAS, no es un Partido, sino un conjunto abigarrado de organizaciones sindicales y sociales que naturalmente tienen opiniones de las más diversas, no existiendo una estructura que organice la discusión y emita resoluciones de acuerdo al Centralismo Democrático.

De este modo surgen pues los llamados “librepensantes” que al opinar libremente aparecen como enemigos del Movimiento.

La falta de un Partido Revolucionario que dirija el proceso que vivimos y que ya hemos dejado de llamar de cambio y los denominamos popular y democrático, seguirá ocasionando problemas como en la última diputada que, con todo derecho ha opinado personalmente sobre un problema que jamás se discutió en el “partido” (digo el Movimiento).

Ojalá en el futuro, el MAS comprenda el enorme error de seguir pensando a lo “Negri”, es decir, en Multitudes heterogéneas en lugar del Partido político organizado.

PCmlm.

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