11-01-13
OTRA VEZ EN TORNO A LA CORRUPCION
Tanto en los medios oficiales cuanto en los
de la oposición se ha desatado todo un debate en torno a las consecuencias y
derivaciones del descubrimiento de una extensa red de corrupción en el seno
mismo de los órganos del Gobierno y del Estado.
Artificialmente se ha pretendido
circunscribir el debate en torno a las declaraciones de la Presidente de la
Cámara de Diputados de la Asamblea Plurinacional, doña Rebeca Delgado.
Desde nuestro punto de vista, la señora
Presidenta, no ha cometido, absolutamente, ningún yerro, ningún desatino y
ninguna deslealtad al sostener que las investigaciones en torno a un hecho
delictivo tan significativo, deben llevarse hasta las últimas consecuencias y
como se dice vulgar y correctamente “caiga quién caiga”. Su previo
enfrentamiento con un Ministro de Estado no debe vincularse con la declaración
correcta que realizó dicha representante nacional.
Por otro lado lo que nos parece no solamente
incorrecto sino incluso negativo es pretender limitar dichas investigaciones a
determinados niveles de la administración pública y de justicia.
Desde el punto de vista jurídico tradicional,
con el cual tenemos los marxistas, serias observaciones, se es inocente hasta
que no se pruebe lo contrario. Sin embargo esta máxima tiene muy claras
excepciones, cuando los delitos son flagrantes o evidentes. En el caso que nos
ocupa, es por demás claro que solamente las investigaciones en profundidad y
sin ningún límite, deben ser las que finalmente atribuyan culpabilidades o
inocencias, mientras tanto es mejor guardar la mesura que corresponde siempre
exigiéndose la premura en las investigaciones.
Es por ello que sostenemos el criterio de que
una cierta campaña sostenida contra doña Rebeca Delgado está fuera de lugar,
como lo está también, y en mayor grado,
ese hipócrita “apoyo” de la oposición reaccionaria a la parlamentaria
nombrada con el único propósito de sembrar fisuras en el frente oficialista.
Doña Rebeca debe “rogar” a la oposición que la “defienda” más porque algunas
“defensas” suenan a anatema.
Como conclusión, exigimos que la corrupción
instalada en esferas del Gobierno, del Estado y de los movimientos sociales,
deba ser combatida y extirpada caso por caso, como son aquellos que están a la
vista en el Ministerio de Descolonización (Javier Tito Espinosa, v. g.)
PCmlm.
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