25-04-12
P. N. 183
CONSULTA PREVIA, TIPNIS Y ASONADA
REACCIONARIA
REACCIONARIA
La derecha reaccionaria después de largos
años de desorientación y arrinconamiento por el empuje popular del proceso de
cambio, ha encontrado un pretexto para destrabar su accionar político y tomar
la iniciativa frente al Gobierno.
Ese punto de quiebre se encuentra en el error
mayúsculo del Gobierno de considerar que los indígenas de tierras bajas
aceptarían gustosos una carretera a través de un Parque Nacional y un Territorio
Indígena. Con esas consideraciones y sin cumplir una consulta previa a los
pueblos propietarios del territorio indígena de Isiboro Sécure que señala la
Carta Magna, el Gobierno contrató, sobre la marcha, la construcción de una
carretera desde Cochabamba (Villa Tunari) hasta San Ignacio de Moxos (Beni) a
través de ese territorio y su núcleo fundamental.
Inmediatamente los finos olfatos políticos de
la derecha tomaron contacto con los dirigentes de la CIDOB y fácilmente los
convencieron de la necesidad de oponerse a la carretera con el argumento de la
falta de consulta y por atentar contra la Madre Tierra, la ecología y el
hábitat de los pueblos mojeños, yurakareños y chimanes.
Desde el punto estrictamente jurídico, si se
establece la existencia de vicios procedimentales en cualquier proceso, lo
correcto es anular obrados hasta el vicio más antiguo y en su caso inclusive
hasta fojas cero. Un accionar semejante podría hacer dado como consecuencia la
realización de la CONSULTA PREVIA en la que serían los pueblos los que definan
si deseaban o no la construcción de la dicha carretera,
Como no se obró de esta manera, la derecha y
el imperialismo que pretende, en todos los casos, tiempos y lugares, cambiar
gobiernos que no son de su agrado, comenzaron a implementar un gran plan
político de desestabilización del Gobierno del MAS.
La Octava Marcha Indígena de las tierras
bajas dirigida francamente contra el Gobierno, fue un gran triunfo, NO DE LOS
INDIGENAS, sino de la derecha que se encontraba arrinconada, logrando de este
modo salir de su ostracismo. No se puede negar que al arribo de dicha marcha a
La Paz, todos los reaccionarios, los resentidos, los trotskistas, los miedosos,
los clasemedieros siempre oportunistas y todos los pusilánimes, encontraron la oportunidad de
exteriorizar sus rencores contra el proceso de cambio de los indios “alzados”,
enfrentando indios contra indios, una estrategia digna del accionar
imperialista.
Alcanzada la firma de la Ley de la
Intangibilidad por parte de la Octava Marcha, recién el Gobierno plantea la
CONSULTA que es denunciada de extemporánea.
Ahora como respuesta y completamente
envalentonada, la derecha está subvencionando, patrocinando, financiando y
organizando la Novena Marcha Indígena para este 25 de abril.
Las consecuencias de esta Novena Marcha son
impredecibles ya que el verdadero objetivo de la misma es propiciar un gran
levantamiento popular en La Paz y lograr el derrocamiento “pacífico” de Evo
Morales. Se prevé que en los enfrentamientos que se puedan dar se produzcan
heridos y el consabido “muertito” que es muy fácil obtener con los satinadores
que siempre tiene la CIA norteamericana infiltrados en los enfrentamientos para
achacarlo al Gobierno como ocurrió en la Calancha (Chuquisaca).
Es este el peligro inminente de la Novena
Marcha.
No tenemos idea de qué tipo de reacción
tendrá el Gobierno que ante la imposibilidad de utilizar la fuerza pública, se
encuentra al descubierto frente a una oleada subversiva a la llegada de la
marcha.
Si a este panorama agregamos los conflictos
en pleno desarrollo de sector de salud, de los médicos, de los maestros, de los
transportistas, etc., etc., nos encontramos frente a un panorama muy difícil
para el gobierno que lejos de sumar aliados, lo único que está haciendo es sumar enemigos,
poniendo en serio peligro el propio proceso de cambio que no le pertenece en
exclusividad.
La batalla ideológica esta siendo perdida por
parte del Gobierno que tiene en los medios de comunicación masiva de la empresa
privada, los articuladores de esa derrota.
La fuerza pública de la Policía Nacional no
puede ni debe intervenir porque sería el pretexto de “ansiado” muertito que
tiene en mente la derecha.
Es posible que nuestro análisis sea
pesimista, pero no estamos alejados de la realidad si sostenemos que si no se
articula un plan concreto de defensa del proceso, se avecinan nubarrones negros
en el futuro inmediato de la Patria.
PCmlm.
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