01-04-2011
Coementario Político Internacional No. 42
Ha surgido en torno al conflicto de Libia, una posición política que la podemos calificar de “tercerista” en el sentido de ubicarse a medias en el conflicto, es decir combatir y censurar por igual al Imperio por sus violaciones de la soberanía libia y al gobernante Gadhafi por sus atentados contra el pueblo libio.
A primera vista, esta posición política parece la más adecuada si tenemos en cuenta que el Coronel Gadhafi, después de protagonizar una revolución social que depuso a la monarquía libia, implementó un régimen que serán los libios los que lo juzguen.
Sin embargo, desde el punto de vista de los revolucionarios marxistas, leninistas y maoístas, del mundo árabe y del Africa, la posición “tercerista” es, efectivamente FILO-TROTSKISTA.
Como toda posición trotskista, el “tercerismo” comete el craso error de equiparar la peligrosidad gigante y maldita del Imperialismo genocida con un déspota que deberá ser juzgado y en su caso castigado, única y exclusivamente por el pueblo libio. Será pues el pueblo libio, -- una vez derrotada la agresión e injerencia imperialista de los bombardeos con uranio empobrecido contra la población civil y toda la agresión de los 36 “países” que se han coludido en una aventura miserable contra un pueblo del Tercer Mundo--, el que decida soberanamente si prefiere destituir a Gadhafi o mantenerlo en el poder. Cualquier intervención externa es una expresión de los esfuerzos imperialistas para apoderarse del petróleo y el gas libio o en su caso dividir el país para formar un protectorado al estilo Kosovo. Los “terceristas” no ven o no quieren ver dónde se encuentra el enemigo principal y como son filo-troscos, ignoran el pensamiento del Presidente Mao que nos enseña con toda claridad el juego de las contradicciones sociales y políticas.
El famoso “Consejo de Seguridad” se ha convertido en el Ministerio de Guerra del Imperialismo y nuestro presidente Evo Morales tiene toda la razón al propiciar la desaparición de un organismo que, sin legitimidad alguna, pretende representar la voluntad de una supuesta “comunidad internacional”.
Por otro lado, apoyamos calurosamente todas y cada una de las expresiones de censura y rechazo del presidente venezolano Hugo Chávez que calificó como se merece la conducta de estos dueños de la guerra y que piensan que el planeta es su hacienda para decidir la vida y la muerte de miles de ciudadanos, de mujeres, de niños y ancianos del Tercer Mundo.
El “tercerismo” filo-trotskista es miserable y juega con el tradicional papel del trotskismo que con el pretexto de un radicalismo falso, no hace sino servir lacayunamente los actos y las conductas bárbaras y cavernarias del Imperialismo. Como el trotskismo considera que el “enemigo principal” en todas partes y en todos los tiempos es el “estalinismo”, allí donde estan los marxistas, los leninistas y los maoístas, pasan a ser el enemigo principal. De modo que el imperialismo queda invisibilizado.
De este modo, por ejemplo, en Venezuela, el enemigo principal es Hugo Chávez, en el Ecuador el enemigo principal es Correa, en Bolivia el enemigo principal es Evo Morales, en Irán, el enemigo principal es Ajmadineyad, en Libia, el enemigo principal es Gadhafi y así sucesivamente…
Cuando se trata de combatir al imperialismo, los marxistas verdaderos tenemos nuestra brújula infalible, señalando con precisión cuál es la posición que se debe adoptar: condenar y combatir, con todas nuestras fuerzas, al imperialismo voraz y mil veces maldito.
¡¡Muerte el Imperialismo Yanqui, enemigo número uno y principal de todos los pueblos del mundo!!
PCMLM - Bolivia
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