27-05-18
EL PARTIDO COMUNISTA IRAQUÍ RENACE TRAS 40
AÑOS DE REPRESIÓN
GUILLERMO
ALTARES
Bagdad
3 MAY 2003
Un
viejo edificio militar del centro de Bagdad ha sido ocupado y está lleno de
banderas rojas. En su fachada pueden leerse lemas como: "Patria libre y
próspera nación", "Viva el Primero de Mayo, la fiesta de los
trabajadores del mundo". La actividad en la sede del Partido Comunista
Iraquí (PCI) aumenta día a día. Han impreso pegatinas y pósteres, tienen su
propio diario, El camino del pueblo, y hasta su página web, www.iraqcp.org.
Hace 10 días el edificio era un caos; ahora, nada más entrar hay una serie de
mesas con personas que apuntan a todos aquellos que quieren sumarse. "Me
llamo Alí, sin apellidos. Aquí, mientras el dictador esté vivo, sólo utilizamos
nuestros nombres", dice un responsable.
Han
organizado un comité central, tienen delegados regionales y locales y, sobre
todo, una larga tradición de resistencia. Su lema es "Una lucha de 69
años". Sus imágenes, un puño en alto o un cuadro naïf con figuras que
representan a todos los sectores de la sociedad iraquí, tienen sabor más
antiguo que su discurso. "Hemos
luchado por la libertad durante 70 años y por eso creemos que llegará por fin
la democracia a Irak", dice Shaker,
el secretario general. Su discurso es claro:
el PCI abolió el leninismo en 1993 (sic), creen en la diversidad étnica de
Irak, respetan todos los credos y les gustaría asociarse con los partidos
socialdemócratas europeos y árabes (sic). "Nuestra
apuesta es por un Irak federal y democrático", dice Shaker.
Como
muchos de los miembros del partido, Shaker conoce la clandestinidad y la
cárcel. Dice que tuvo que vivir escondido durante años. Samura, una elegante
mujer de 40 años vestida de forma occidental, cuenta que fue detenida en 1981 y
liberada tres días más tarde gracias a contactos familiares. Salió de Irak para
regresar hace menos de tres semanas, cuando se derrumbó el régimen.
Ninguno
de ellos quiere hablar del papel del PCI en el futuro de Irak, pero no han
querido trabajar con los estadounidenses porque están contra la guerra. "La libertad no puede traerse con
tanques", dice Shaker. "No
queremos estar en un Gobierno presidido por los estadounidenses", dice
Samura.
Otros
iraquíes desconfían del partido comunista por motivos religiosos. "No creen en Dios", dice Alí,
de 43 años. "Aunque no tienen armas
y eso es bueno", relata este funcionario, quien recuerda que un
ayatolá de Nayaf ya emitió un edicto en 1970 diciendo que ningún musulmán podía
ser miembro del PCI. Su enorme capacidad de resistencia juega a su favor:
fundado en 1934, creó su primer Comité Central en mayo de 1935. El camarada
Fahd, Yusuf Salman Yusuf, impulsó su
base social en los años cuarenta. Durante la dictadura de Abs al Karim Qasim la represión contra los comunistas fue salvaje:
sólo en el año 1963 fueron asesinados 3.000 miembros. En los setenta, la
cooperación entre la URSS e Irak era estrecha. En 1978, Sadam lanzó una campaña
de represión contra los comunistas.
En
la sede los saludos son con el puño en alto, muchos llevan chapas en la solapa.
El jueves 1º. de mayo organizaron una pequeña manifestación con banderas rojas
en la plaza del Paraíso, ante los hoteles Palestina y Sheraton. Mafi Abú, uno
de los responsables, asegura orgulloso: "Viene
gente de todas las clases y religiones. También muchas mujeres, porque uno de
nuestros objetivos es que formen parte de la vida pública", dice, como
si ya estuviese en campaña.
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Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 3 de mayo de 2003
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