Por Mumia
Abu-Jamal
Ha sucedido
una y otra vez, y otra y otra y otra y otra.
Un policía
llega a la escena. Una orden se ladra o se gruñe. Y en un instante una persona
muere. Probablemente una persona de piel oscura. Probablemente una persona
negra.
Y de
repente, viene el lenguaje de despersonalización usado por los policías y los
medios masivos. “Sospechoso”, no persona. “Sospechoso”.
¿Y el crimen?
“Eh, él no
obedeció”.
“Ella no
acató mi orden de apagar su cigarrillo”.
Muerte por
desobediencia. Acatar o morir.
“Échate al
suelo porque eres un sospechoso”.
¿Sospechoso
de qué? No importa. Cualquier cosa puede servir.
No tienes la
libertad de decir “no”. No tienes libertad. No existes.
Como nazis
de poca monta, los policías toman decisiones como ésta, día tras día tras día
tras día.
Los muertos
mueren. Las familias lloran. Y nada pasa. Porque nadie murió. Otra alma oscura
murió en “América”, ya saben, “la tierra de gente libre”. Nadie. Sólo un
sospechoso. Solo un nigger.
Desde la
nación encarcelada, soy Mumia Abu-Jamal.
—-©’16maj
21 de septiembre de 2016
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