Artículo
tomado de Russia ToDay.
CINCO
AÑOS SIN GADDAFI: LIBIA, UN "ENORME AGUJERO NEGRO EN EL MAPA DEL
MEDITERRÁNEO"
El 20 de octubre de 2011, tras meses de protestas contra el
Gobierno en Libia, la guerra civil y la intervención extranjera, el exlíder
libio Muammar Gaddafi fue capturado y brutalmente asesinado por los
rebeldes. A continuación, analizamos cómo vive Libia cinco años
después de la muerte del coronel, que en su día fue aplaudida por Occidente.
"Venimos, vimos y él
murió"
Hace exactamente cinco años, el exlíder libio Muammar Gaddafi fue
capturado, golpeado y asesinado por una turba de rebeldes después de que un
ataque aéreo de la OTAN atacara su caravana fuera de su ciudad natal de Sirte.
Al día siguiente, su cadáver, cubierto de sangre, fue trasladado a la
ciudad de Misrata, donde fue expuesto durante casi cuatro días en un
refrigerador industrial, mientras que las imágenes de su asesinato fueron
difundidas durante varios días como un trofeo por los medios de comunicación de
EE.UU., país que encabezó la campaña aérea de la OTAN para
expulsar a Gaddafi del poder.
Los líderes occidentales, sobre todo de Francia y el Reino
Unido, aplaudieron la muerte del coronel y la 'nueva página' que se abría
en la vida del país, mientras que la entonces secretaria de Estado de
EE.UU., Hillary Clinton, afirmó al respecto en tono de mofa: "Venimos,
vimos y él murió".
Cinco años después, la percepción parece haber cambiado: en abril de
este año, el presidente de EE.UU., Barack Obama, admitió
que su mayor fracaso como presidente fue no pensar en las consecuencias de la
intervención en Libia, después de la cual el país se vio sumido en el caos.
"[Mi peor error fue] probablemente no planificar el día de después
de la intervención en Libia, cosa que creo que había que hacer", afirmó
Obama en una entrevista para
Fox News.
Libia, desgarrada por la
violencia interna
Libia, un país rico en petróleo, vivió bajo el gobierno de Gaddafi
durante cuatro décadas, en las cuales llegó a tener uno de los
niveles de vida más altos de África. Sus ciudadanos gozaban de atención
sanitaria y educación gratuitas. Era un Estado centralizado, no
un territorio dividido en tribus y con clanes en guerra.
Tras el asesinato de Gaddafi, Libia dejó de facto de existir
como una nación unida. Desde 2011, distintos partidos políticos, tribus y
milicias combaten por el poder y el control del país y sus
riquezas.
En diciembre de 2015, y con la mediación de la ONU, se formó un Gobierno
de acuerdo nacional para intentar devolver la estabilidad y la paz al país. Sin
embargo, este Ejecutivo, con sede en Trípoli, aún no ha podido consolidar su
autoridad sobre el país, en donde existen varias facciones opositoras y otro
Parlamento, con sede en Tobruk. Por otro lado, el Estado Islámico también
ha aprovechado el caos para ganar terreno en el país.
Crisis petrolera
y financiera
Además del caos político, el país norteafricano
experimenta una acusada caída del nivel de vida y afronta una crisis
financiera.
Libia posee las mayores reservas probadas de petróleo de África –48.000
millones de barriles– pero, debido a la guerra civil, más del 75% de los
depósitos no se explotan. Después del 2011, las exportaciones de petróleo se
han reducido de 1,6 millones a entre 200.000 y 300.000 barriles diarios.
El principal problema es que el control de los campos y terminales
petroleras está pasando constantemente de un grupo a otro.
"Hoy en día, Libia está lejos de los diez primeros países
exportadores de petróleo como antes", constata en declaraciones a RT el politólogo Grigori
Lukiánov, quien detalla que los suministros de hidrocarburos desde Libia
"son inestables" y no queda "ni una empresa confiable con la que
hacer negocios".
Además, un duro golpe para el nivel de vida de los libios fue la
suspensión de los subsidios estatales para la compra de bienes de consumo
popular en el extranjero.
En consecuencia, los ingresos reales de la población cayeron en
picado, lo que condujo primero a la migración interna y luego al éxodo de
libios hacia Egipto, Túnez, Argelia y Europa a través del mar Mediterráneo.
Las
profecías cumplidas de Gaddafi
El caos que vive el país, al igual que las consecuencias
de la destitución de Gaddafi más allá de las fronteras libias,
fueron en su día predichos con sorprendente precisión por el
propio coronel.
Así, durante una de sus últimas entrevistas, el líder libio
advertía de la alta amenaza de que se produjeran atentados terroristas en
Europa y de un flujo no controlado de refugiados, además de la
desestabilización general de la región mediterránea.
"Yo personalmente juego un papel estabilizador en la región de
África. Si la situación en Libia se desestabiliza, aquí Al Qaeda mandará.
Libia se convertirá en el segundo Afganistán y los terroristas llenarán
Europa", dijo el entonces mandatario en marzo de 2011.
"La esperanza que vivió la sociedad libia en 2011 no se
materializó", opina Gregori Lukiánov, quien destaca que la misión del
Consejo de Seguridad de la ONU ve en Libia todos los signos de una catástrofe
humanitaria. Además, el experto señala que hoy en día el país no tiene un
Ejército unido, ni un Gobierno unido y no se ve salida al conflicto existente.
"Cinco años después de la caída de Gadafi, tenemos un enorme
agujero negro en el mapa del Mediterráneo. Es la zona de un conflicto no
regulado y poco previsible, que afecta a los intereses de los países del norte
de África y también de Europa", concluye el politólogo.
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