Así funciona la
estrategia internacional sobre Venezuela
Escrito por Santiago José
Mena Cárdenas (*) / Semanario Voz, Jamundí, domingo 29 de mayo de 2016.ANNCOL
Hemos sido testigos en las últimas semanas de una voraz campaña
internacional en contra de la Revolución Bolivariana, la cual es el desarrollo
del plan denominado “Venezuela Freedom-2” del Comando Sur de los Estados
Unidos, en el que la guerra económica, las acciones para el desprestigio
internacional y el intervencionismo flagrante y descarado de diferentes actores
políticos a nivel global configuran la fórmula para conseguir derrocar al
gobierno del presidente Nicolás Maduro.
Ha sido notorio cómo en el transcurso de este año 2016, se ha
venido agudizando la campaña internacional contra el gobierno revolucionario.
Sin ir muy lejos, en Colombia es casi ya el pan de cada día hablar contra
Nicolás Maduro, de la “miseria” en la que están viviendo los habitantes de
Venezuela, de lo “represivo” del gobierno al tener en prisión a incitadores de
la violencia como Leopoldo López. Es una retahíla de odio visceral, de
insultos, de bajos calificativos, etc…, y a lo cual se suma la ayuda de
personajes “progresistas” a nivel suramericano que dejan mucho qué pensar.
El tipo de estrategia internacional que se está implementando
con el plan “Venezuela Freedom-2” es, según la página Misión Verdad, en la cual
se encuentra desglosado totalmente dicho documento, el siguiente: “Bien lejos
quedan los ejércitos de tropas regulares, los tanques, los drones y los
misiles. Y demasiado cerca los actores no-estatales, los derechos humanos
militarizados de acuerdo a la agenda de la globalización neoliberal, los
cómplices mediáticos, los operadores empresariales y los intermediarios
políticos con sus respectivos lobbys y escritorios jurídicos. Guerra No
Convencional”1.
Y es que ello se está viendo desarrollado al pie de la letra. Desde
diferentes naciones del globo terráqueo se envían “mediadores”, “figuras” y
gente a la que se le coloca todo tipo de calificativos, los cuales mencionan
supuestamente estar interesados en la libertad del pueblo venezolano, de ir por
la defensa de los derechos humanos, de las garantías constitucionales y de la
democracia. Aunque muchos tienen rabo de paja.
Uno de los últimos que ha ido a alardear de demócrata y de ser
una figura mediadora es el señor Albert Rivera, presidente de Ciudadanos, la
cuarta fuerza política de España, y a quien las encuestas para la contienda
electoral ibérica del próximo 26 de junio lo colocan en una posición de poco
protagonismo y relevancia para servir en últimas a las políticas del Partido
Popular y al Partido “Socialista” Obrero Español.
Es bastante curioso que el señor Albert Rivera viaje a la nación
latinoamericana a reivindicar el derecho de los ciudadanos a, mediante
referéndum revocatorio, decidir el futuro del presidente Nicolás Maduro, pero
en su país se niegue a permitir que el pueblo de Cataluña decida sobre su
autonomía e independencia de España.
Igualmente, desde Colombia hay una amplia gama de personajillos
que son serviles a los intereses de la oposición internacional contra el
gobierno revolucionario. Desde Andrés Pastrana hasta el señor Álvaro Uribe
pasan gran cantidad de “intermediarios políticos” pescando en río revuelto,
“denunciando atropellos” contra las libertades y los derechos humanos. Cinismo
absoluto.
Pero, ¿qué pasa realmente en Venezuela? Sí, hay problemas de
desabastecimiento supermercados, pero todo tiene una causa, la guerra económica
que hace parte del plan de descontento que intenta implantarse en las clases
populares en contra del gobierno revolucionario, y la cual “consiste básicamente
en el uso de mecanismos propios de la lógica de mercado del capital para
reducir o limitar la oferta de bienes esenciales de consumo masivo”2.
Lo relevante de ello es que la guerra económica recae sobre las
clases populares, sobre los centros de distribución de alimentos básicos en
estas zonas del país bolivariano, lo cual causa que la gran parte de la
población sienta que el gobierno los desprotege y crea un clima tenso que
favorece los intereses de la oposición, lo cual en parte se vio canalizado en las
últimas elecciones de la Asamblea Nacional, en donde la oposición ganó la
mayoría.
Otra es la cuestión en los supermercados de la clase media alta
en Venezuela, y particularmente en Caracas. En un importante reportaje gráfico
hecho por el ciudadano vasco Agustín Otxotorena se evidencia como en dichos
supermercados la escasez de productos no existe, se ve como en los estantes hay
productos de todo tipo, de toda clase de marcas, e incluso productos de
importación3.
Así pues, queda en evidencia el real funcionamiento de la
“guerra económica”, la cual es liderada por los grandes conglomerados
empresariales venezolanos e internacionales, apoyados por gobiernos extranjeros
e “intermediarios políticos” externos, que buscan crear un coctel perfecto que
permita una intervención directa sobre la nación suramericana con el fin de
derrocar al gobierno revolucionario.
Lo que no tienen en cuenta es que el gobierno revolucionario
cuenta aún con un gran respaldo de los sectores populares, los cuales están
dispuestos a conservar y repotenciar el legado dejado por el comandante Hugo
Chávez, a redireccionar la Revolución Bolivariana y, de una vez, superar los
ataques internacionales y nacionales que siempre han sufrido desde el ascenso
del gobierno revolucionario.
Es importante ver todas las aristas del asunto, informarse,
mirar diferentes medios alternativos, contrastar fuentes, no ser enceguecidos
por el odio irrigado por los medios masivos que son serviles a los intereses
internacionales de ciertos países y conglomerados económicos. Hay que ver más
allá.
(*) Estudiante de derecho, redactor de Paréntesis.
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