23-11-14.
N. No. 316.
EL NACIONALISMO
“REVOLUCIONARIO”
El último y rezagado
representante del ya caduco nacionalismo “revolucionario” que tuvo vigencia
política en el siglo pasado, es efectivamente Andrés Soliz Rada, seguidor de insignes traidores como Jorge
Abelardo Ramos, el “colorado”, fundador del concepto y finalmente fiel segador
del reaccionario Menem de Argentina como su embajador en México, del también
argentino filo-trotskista Adolfo Perelman, del movimientista Zavaleta que
concluyó como “comunista”, del “comunista” Almaraz que terminó como
movimientista, etc., etc.
Soliz cita a Almaraz cuando éste
decía:
“El 4 de noviembre (la izquierda tradicional) tuvo la última postura
aberrante; pensaba estar haciendo la “verdadera” revolución; en realidad era un
acoplado más en el carro de la reacción”… Al hablar de la “izquierda
tradicional” nos referimos al Partido de la Izquierda Revolucionaria (PIR),
Partido Obrero Revolucionario (POR) y a los dos partidos comunistas (pro ruso y por chino ASR), descendientes ambos del viejo PIR. La muerte de Villarroel es el
estigma de esta izquierda…” (Réquiem… .).
Los comunistas (MLM) y que
aparecen como “prochinos” en la cita, efectivamente luchamos ese 4 de noviembre
contra Paz y también contra Barrientos y esa posición correcta y revolucionaria
no es “aberrante” y está falseada por Soliz y por Almaraz, como si la
resistencia popular hubiera tenido algo que ver con la asonada golpista de
Barrientos en Cochabamba.
Cuando Almaraz nos sugiere que Paz
Estenssoro, fue un “héroe” del nacionalismo revolucionario en las jornadas del
4 de noviembre de 1964, no tiene en
cuenta que Paz, antes de ese 4 de noviembre ya hacía rato que había dejado los
ideales del 9 de abril y se había entregado en cuerpo y alma al imperialismo como
lo reconoce el propio Almaraz en su artículo sobre las “cosas pequeñas” del
proceso movimientista.
Soliz Rada, por su parte,
suscribe la “crítica” de Almaraz a la “izquierda tradicional” y su supuesta
postura “aberrante” del 4 de noviembre, cuando piensa junto con el autor, que
la conducta correcta hubiera sido defender a Paz, a San Román y a toda la plaga
movimientista representante del falso nacionalismo “revolucionario”, para
derrotar al golpismo barrientista.
Esa es precisamente la conducta
que tuvo el Partido Comunista de Bolivia (PCB), de los Monje, Kolle y Otero,
cuando se cruzaron de brazos ante la insurrección popular y tomaron la posición
de palco para ver pelear a los tigres desde la montaña. Por el contrario los
marxistas-leninistas, que ya habíamos roto con el revisionismo, tomamos el
camino de la resistencia popular contra el golpe y también contra al Gobierno que se caía a pedazos.
Varias veces hemos insistido en
que aquel 4 de noviembre de 1964, no tuvo únicamente dos adversarios, SINO
TRES, pues al régimen movimientista y al gorilismo barrientista, debe agregarse
al pueblo insurreccionado de La Paz, que tuvo la virtud de derrotar a las
milicias mercenarias en Laikakota como a San Román en su cuartel general de la
calle Mercado y Yanacocha y en el
Panóptico Nacional.
A estas alturas de la política
nacional, el desubicado nacionalismo “revolucionario” de los movimientistas que
se diluyeron en las anteriores elecciones nacionales en una infinidad de
grupúsculos, de los condepistas en decadencia y otras tendencias
“nacionalistas”; han dejado de tener vigencia alguna y solamente aparecen en
los textos de la “vedette” Soliz Rada que sigue vigente en los medios de
difusión de la derecha que utiliza sus argumentos para atacar el proceso de cambio,
exista o no razón para ellos, como todo polítiquero resentido.
Puede y tiene derecho a ponderar
a su amigo Almaráz, pero no debe olvidar que él fue fundador del Partido
Comunista y luego se proclamó como nacionalista y no marxista. ¿Se puede imaginar
un fundador comunista que después declare que no es marxista. ¿Parece una buena
y saludable honestidad intelectual?
Efectivamente, tanto en Almaraz,
cuanto en Zavaleta encontramos las grandes contradicciones de los intelectuales
inorgánicos que siempre prefieren el halago derechista a la consecuencia
revolucionaria.
Otros nacionalistas
“revolucionarios” son, efectivamente Carlos Montenegro, Augusto Céspedes el
“chueco”, cuyos méritos como literato no podemos desconocer, pero en política
fue claramente un filo nazi, y más actualmente Guillermo Bedregal, el
ex-falangista, cuyos antecedentes en la semana sangrienta son ampliamente
conocidos por todos.
Y en cuanto a la filiación
filo-nazi del nacionalismo “revolucionario”, no cabe la menor duda pues se remonta
en América Latina, como tenemos dicho, a la Argentina de Perón y Evita y luego
al colorado Ramos.
Y no es que defendamos a capa y
espada al MAS, al proceso o al presidente Morales. No es así, defendemos el
proceso que ha sido obra también de los comunistas (mlm), que siempre
estuvieron en las primeras filas de la las luchas contra el movimientismo de
Paz, contra el ciclo militar fascista dependiente, contra el neoliberalismo
gonista y finalmente sostenemos un apoyo muy
crítico al Gobierno del MAS del presidente Morales.
PCmlm
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