02-03-13
EL ÉXITO DE LA LUCHA CONTRA LA CORRUPCION ES IMPOSIBLE EN EL
SISTEMA CAPITALISTA
¿Por qué consideramos definitivamente que el
éxito de la lucha que todos proclamamos y reclamamos contra la corrupción es IMPOSIBLE en el Sistema
Capitalista?
Parecería, a primera vista, que esta nuestra
afirmación es extremista y tendenciosa contra un sistema social que se impuso
en el mundo primero por el desarrollo de las fuerzas productivas y después por
una sostenida agresión de algunas formaciones sociales sobre otras.
Sin embargo, si hacemos una comparación con
las sociedades humanas antes de la llegada histórica del capitalismo, ese
fenómeno de la corrupción casi no existía o existía en una pequeñísima escala.
Eso se debía principalmente al influjo todavía débil de la mercancía dineraria,
cuya aparición en gran escala hizo posible la acumulación de capitales y el
surgimiento de ese modo de producción.
En el capitalismo,
todo es una mercancía y el dinero como mercancía privilegiada, aparece como un verdadero
dirimidor entre la vida y la muerte. Es decir quién puede obtener dinero por el
esfuerzo de su trabajo, jamás podrá hacer acumulación muy significativa. En
cambio existiendo otro recurso, su consecución puede hacerse más fácilmente por
la vía corta de la corrupción. Entonces quién tiene dinero, por cualquier medio
tiene la vida suya y de los suyos, completamente asegurada; quién no lo tiene o
lo tiene en pequeña cantidad que no le permite sobrevivir, pues está destinado
a la desaparición.
Esta “institución”
propiamente capitalista adquiere muchas formas y métodos, puede lograrse simplemente por el
asalto de dinero de los bancos, pero también fundando bancos y obteniendo a través
de la intermediación financiera enormes sumas de dinero que provienen de la plusvalía
del trabajo social de una determinada sociedad. Es por eso que alguien diría
muy acertadamente que “asaltar un banco es un delito, pero un
delito mayor es fundar un banco”.
Sin embargo existe una forma actualmente muy
común, es aquella que se logra con la captura del poder político de los
diferentes Estados. Los Estados modernos encaran grandes trabajos de
industrialización, de obtención de recursos naturales como el petróleo, la
minería, etc. Acá aparecen los procedimientos que hacen que las grandes
empresas requieran enormes cantidades de dinero para los emprendimientos,
entonces los encargados de encarar esos grandes trabajos, recurran siempre a
sobornar a los funcionarios públicos y así lograr adjudicaciones favorables a
sus intereses. Los funcionarios repitiendo una y otra vez la metodología,
acumulan grandes riquezas que en realidad corresponden a las sociedades que
están contratando esas obras o esos servicios.
Por otro lado, el narcotráfico es otra
actividad corrupta que ha construido grandes sectores sociales que aparecen
como poseedores de riqueza que nadie sabe, aunque lo presume, de dónde proceden
esas riquezas. Los Estados capitalistas centrales son los que más se benefician
de este negocio corrupto porque llena los caudales de sus bancos con dinero que
es fácilmente “lavado” en esos bancos.
Muchas veces hemos comentado que es el “hombre del capitalismo” el que
realmente ha creado la corrupción que es un elemento que viene a completar el
saqueo que realiza el sistema capitalista por las vías señaladas por Marx de la
plusvalía. Podemos decir entonces que la corrupción es en realidad una super-plusvalía
que enriquece más a los ricos y
empobrece más a los pobres.
De este modo, sostenemos que cualquier
pretendida lucha contra la corrupción en el capitalismo, sea éste central o
periférico, es un simple y llano saludo
a la bandera y oculta muchas veces precisamente a aquellos que están haciendo
de ella su modo principal de vida.
La derrota de la corrupción únicamente se
dará con una gran revolución social y económica que transforme radicalmente la
sociedad y dentro de ella, como hemos dicho varias veces, se añada la transformación de la mentalidad
capitalista en la mentalidad socialista.
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