UN MINISTRO NEGLIGENTE, INCAPAZ Y PRIVATIZADOR
Es lamentable que la educación y ahora además la cultura esté en manos de un personaje que en tan poco tiempo ha demostrado total negligencia e incapacidad. A pesar de las variadas advertencias del magisterio, especialmente el rural, para atender con prontitud y sobre todo con una estrategia nacional, la grave situación de la educación tanto fiscal como privada en la actual crisis sanitaria, con inconsulta soberbia dispuso la educación virtual, como solución.
A pesar de su origen indígena, su desplazamiento a posiciones cada vez más conservadoras, lo ha distanciado de la realidad, y por ello cree, en su pose modernista, que es muy fácil desligarse de la responsabilidad trasladándola a maestros y padres de familia. No se trata solo del costo al que deben incurrir en los soportes físicos (computadoras) y en el servicio de internet, las familias y los maestros, sino principalmente en la ardua, compleja y siempre gradual preparación de contenidos y procesos para la adecuada implementación de un sistema totalmente nuevo, que debiera haber puesto en marcha el ministerio para una aplicación siempre gradual, que implique por mucho tiempo la preeminencia de la educación presencial combinada con la semipresencial, más aun conociendo recientes investigaciones que muestran que un 93% de los estudiantes no aprenden prácticamente nada con la educación virtual.
El acuerdo al que arribó con la dirigencia de los propietarios de establecimientos privados para una disminución de las pensiones entre un 8 y un 28%, ha sido rechazado en todo el país. Padres de familia exigen que esa disminución sea del 50%, no es de extrañar que el ministro sea en este caso juez y parte, ya que o bien es propietario o con seguridad lo fue, de una unidad educativa en la zona de Bella Vista.
Por ello tampoco extraña su interés de privatizar la educación fiscal y hacerla dependiente no solo de propietarios privados sino de empresas como Microsoft y Google para la provisión de software para la educación virtual.
La incapacidad para enfrentar temas educativos, se hace ahora extensiva al área cultural, que le llegó como pedrada en pleno rostro. Con inusitada irresponsabilidad posesionó en el cargo de jefe de la unidad de arqueología y museos, del viceministerio de culturas a un correligionario y pastor evangélico, el señor Raúl Silva, de quién el colegio de arqueólogos de la Paz ha señalado que no tiene los mínimos atributos técnicos para ejercer este puesto, sino que es totalmente ajeno al sector arqueológico. Esta es una afrenta a un sector, que como pocos, goza de profesionales de alto nivel y experiencia.
No es por ello extraño, que desde el mes de marzo, no se hubiera movido un dedo para evitar la destrucción del camino prehispánico Yunga Cruz, de parte de la empresa Iquitos, denunciada oportunamente por la Sociedad de Arqueólogos de La Paz. Tampoco se atendió una reunión para tratar el tema fijada para el 6 de mayo pasado.
Es tan evidente e inocultable la negligencia del señor Víctor Hugo Cárdenas, que hasta la Fundación del Banco Central de Bolivia, cuyos personeros fueron puestos por el actual gobierno, critica a su gobierno por su manifiesto descuido cultural.
A la negligencia e incapacidad se suma además el nepotismo en la gestión de su despacho, que incluye a su hijo y su pareja como funcionarios.
Por si esto fuera poco, su hijo en estado inconveniente chocó el vehículo oficial, hecho que fue naturalmente ignorado por la prensa.
Finalmente y por increíble que parezca, se ha conocido por declaración de la viceministra de educación la presentación de una denuncia penal por acoso laboral, incumplimiento de deberes y trato agresivo del ministro.
Que queda para los maestros, peor para un simple padre de familia, si el trato a su propia viceministra es tan torpe, irrespetuoso y discriminador?
Esta torpeza oculta su negligencia e incapacidad que esta llevando a la educación boliviana a un verdadero caos.
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