18 AÑOS DE AMAYAPAMPA Y CAPACIRCA

19-12-14

N. No. 321

18 AÑOS DE AMAYAPAMPA Y CAPACIRCA

El pueblo boliviano tiene memoria y de eso deben convencerse los viejos gobernantes bolivianos que, durante el infame período del neoliberalismo, realizaron los crímenes más execrables contra el pueblo.

Uno de esos delitos de Lesa Humanidad, se produjo en las minas de Amayapampa y Capacirca  el 19 de diciembre de 1996, cuando regía el país el binomio de Sánchez Lozada-Víctor Hugo Cárdenas, pero sucede que el tristemente llamado Goni, no se encontraba en el país por sus visitas periódicas y semanales a los Estados Unidos y principalmente a Disneylandia, su paraíso.

En consecuencia gobernaba como presidente en funciones, el señor Víctor Hugo Cárdenas, el mismo que dispuso el empleo de la fuerza militar y policial contra la protesta de los trabajadores mineros de Amayapampa y Capacirca.

El resultado de la intervención militar y policial fue de una docena de hermanos y compañeros mineros asesinados brutalmente por órdenes directas del “indígena” Cárdenas.

Es ese mismo el personaje que ahora en todos los medios de comunicación de la derecha jurásica y especialmente en Radio “Panamericana”, pretende enseñarnos qué es la democracia, qué son los Derechos Humanos. Es decir el mismo cinismo que hemos denunciado unos días atrás del imperialismo que pregona “derechos humanos” después de los campos de concentración Abu Graib (Irak) y Guantánamo.

El parentesco y similitud de actitudes es innegable y todo de conformidad con la complicidad de los medios de comunicación de masas que se encargan de oscurecer a toda costa los delitos de la derecha, del fascismo, del imperialismo y el racismo, pregonando sus supuestas “virtudes” democráticas.

El señor Víctor Hugo Cárdenas debe ser sometido inmediatamente a un juicio de responsabilidades porque la comisión de los delitos de Lesa Humanidad cometidos por él y su castigo no tienen el beneficio de la prescripción. Es ésta una exigencia de nuestro Partido para acabar, de una vez por todas, con el cinismo de algunos personajes que constituyen el ejemplo del “diablo predicador”.

PCmlm.