sábado, 12 de octubre de 2019

EL PROBLEMA NO RESUELTO DE LA NACIÓN KURDA



11-10-19
Int. No. 503
EL PROBLEMA NO RESUELTO DE LA NACIÓN KURDA
Uno de los problemas internacionales más complicado, en la actualidad es, indudablemente, la cuestión del pueblo y la nación del Kurdistán.
Desde el punto de vista de la teoría marxista, el Kurdistán como una nación milenaria tiene el pleno derecho de constituir un Estado moderno independiente, soberano y auto determinativo.
Sin embargo, la mala disposición de la actual dirección kurda de Irak y Siria, ha creado una situación sumamente compleja por la intervención, cuándo no, del imperialismo yanqui que, en primer lugar, ha organizado meticulosamente ejércitos terroristas mercenarios para dibujar el “nuevo” mapa del Oriente Medio.
Sabemos bien que la nación kurda tiene cuatro regiones dispersas en otros cuatro estados de su entorno.
1.            El Kurdistán turco. Al Más grande que tiene como representante al Partido de los Trabajadores del Kurdistán a la cabeza del compañero Ojalá que, actualmente, está detenido y reprimido en Turquía.
2.            El Kurdistán iraquí, el segundo en población y territorio que, lamentablemente está dirigido por la familia del mercenario pro-norteamericano Barzani.
3.            El Kurdistán sirio ubicado al norte de Siria y que ha cometido el grave error de aliarse con el Imperialismo con el pretexto de luchar contra el Califato Islámico que, como sabemos es su propia creación,  para complicar el panorama medio oriental y desarrollar el caos apetecido.
4.            El Kurdistán iraní, el más pequeño que tiene un limitado protagonismo en el actual conflicto.

Ahora bien, con el propósito de alterar las fronteras del Oriente Medio, el imperialismo, desde los gobiernos de los Bush, Obama y actualmente Trump, ha definido una tesis denunciada por el propio general norteamericano Wesley Clark, que buscaba y sigue buscando, derrocar a seis países árabes y también a Irán, originando el caos total para gobernar la región y apoderarse de los recursos petrolíferos más grandes del mundo. El Califato Islámico es, pues, una creación maligna del imperio para lograr sus malditos designios. De toda esta confabulación, los únicos perjudicados son los pueblos y naciones árabes de Libia, Siria, Irak, Yemen, Palestina y también los pueblos cuyos gobiernos cooperan entusiastamente los planes del imperio: Arabia Saudita, los Emiratos del Golfo (Abu Dabi, Dubai, Ras Al Kaima, etc.), Q’atar, Bahreim Kuwait, etc.

Las llamadas “primaveras” medio orientales se iniciaron ya en el siglo XX, con la agresión militar contra el Irak de Sadam Hussein, después con el asalto a Libia de Kadafi, seguía en la lista, Siria. Por fin surgió la intervención de Rusia que apercibida de la peligrosidad de los planes imperialistas se dispuso a respaldar al régimen sirio de Bachar Al Asad.

Y comenzó la tragedia siria. Y por tanto también la tragedia de pueblo kurdo sirio. Esta vez no fueron los marines, ni los bombardeos “democráticos” sino una nueva arma imperialista, los ejércitos mercenarios del Califato Islámico.

Con la brutalidad conocida, esto verdaderos ejércitos organizados, armados, abastecidos, alentados y monitoreados por el Imperio maligno, llevaron al infierno al heroico pueblo y la nación siria.

Los kurdos de Siria, al aliarse con el Imperio con el pretexto de luchar con el Califato, además de cometer un error garrafal de aliarse con el imperio, sufrieron el rechazo de la comunidad mundial verdaderamente democrática que censuró esta alianza espuria.

Hoy, según tenemos entendido, los kurdos de Siria, han comprendido su error y se acercan al gobierno sirio para rechazar la invasión fascista turca, lo cual debió haberse hecho desde el comienzo de la crisis.

Los cuatro Kurdistanes deben, para lograr en el futuro su soberanía e independencia, dialogar y llegar a acuerdos con cada uno de los gobiernos iraní, iraquí y sirio.

En el caso sirio, una solución provisional de la cuestión kurda, es el reconocimiento de una amplia autonomía en el seno del Estado sirio para salvaguardar la independencia tanto de Siria como del Kurdistán amenazados por el fascismo turco y la agresión imperialista de nuevos ejércitos terroristas que pueden aparecer en cualquier momento.

En el caso irakí, la situación es más difícil por la dirección kurda a cargo de un agente del imperio, como decíamos, la familia Barzani.

La excepción es el Kurdistán Turco que, efectivamente debe luchar contra el régimen fascista de Erdogan y plantear su inmediata independencia.

PCmlm.

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