EL PRESIDENTE BUFO GUAIDÓS,
LAS FAKE NEWS Y EL FRACASO DE WASHINGTON
Adrián Sotelo Valencia
Rebelión
“ Hegel dice en alguna
parte que todos los grandes hechos y personajes de la historia universal
aparecen, como si dijéramos, dos veces. Pero se olvidó de agregar: una vez como
tragedia y la otra como farsa”
Karl Marx, El Dieciocho
Brumario de Luis Bonaparte
Una vez que la cuestión
de Corea del Norte y de Siria como puntos calientes del planeta bajaron
relativamente de tono en su confrontación con el imperialismo norteamericano,
este arremetió su embestida feroz contra Venezuela con el objetivo central de
destituir al gobierno constitucional de Nicolás Maduro, reimponer la Cuarta
República Neoliberal de la derecha y apropiarse de los recursos naturales y
energéticos del país, para luego continuar esta estrategia destructiva contra
Cuba y Nicaragua, por lo pronto, para fortalecer su confrontación con las dos
potencias en ascenso: Rusia y China.
En este contexto
geopolítico mundial, el máximo representante del régimen imperialista
estadounidense, Donald Trump, en múltiples ocasiones ha dicho-amenazando que
“todas las opciones están sobre la mesa, incluyendo la militar “.
Debido a los últimos
acontecimientos, es posible aseverar que esas múltiples “opciones”
imperialistas rotundamente han fracasado y sólo queda en la mesa la invasión
militar de Venezuela al estilo de República Dominicana (24 de abril de 1965),
la invasión militar de Granada (25 de octubre de 1983) o de Panamá (20 de
diciembre de 1989) que se hizo bajo el cobijo de lo que llamaron “la causa
justa”.
En los últimos intentos
por desestabilizar al país, desconocer al presidente Nicolás Maduro y pugnar
por el reconocimiento del presidente bufo Guaidós, Estados Unidos promovió la
sesión del ministerio de colonias que es la OEA, el 10 de enero de 2019; reunió
al llamado Grupo de Lima también conocido como el Cártel del Lima, el 25 de
febrero de 2019 presidido por el vicepresidente norteamericano, Mike Pence;
organizó un acto de provocación revestido de “concierto musical” para
supuestamente entregar “ayuda humanitaria”, el sábado 23 de febrero de 2019,
caracterizado por las provocaciones y amenazas de invadir el territorio
venezolano, y por la violencia incentivada desde Colombia con la anuencia y apoyo
de la policía colombiana evidentemente con el visto bueno del presidente de ese
país.
Nuevamente, a solicitud
de Estados Unidos, se reunió por segunda ocasión el Consejo de Seguridad de las
Naciones Unidas, constituido por 15 miembros permanentes y no permanentes, el
martes 26 de febrero de 2019, para tratar “la situación de Venezuela” en la
que, si bien participan varios países en reunión abierta, sin embargo, la
derrota norteamericana fue contundente en virtud de que la toma de decisiones
sólo aplica a sus miembros permanentes que son China , Rusia, Francia , Reino
Unido y Estados Unidos; y los no permanentes: Alemania , Bélgica , Costa de
Marfil, Guinea Ecuatorial, Indonesia , Kuwait , Perú , Polonia , República
Dominicana y Sudáfrica . Aunque alguna de las partes lograra alcanzar los 9
votos necesarios para adoptar una resolución, basta con el veto de cualquiera
de los permanentes para que dicha resolución quede sin efecto legal y
diplomático. En esta ocasión se presentaron dos proyectos de resolución
antagónicos: el intervencionista de Estados Unidos y el de Rusia sustentado en
la premisa de que deben ser los propios venezolanos los que solucionen la
crisis en su país por medio de un proceso político pacífico basado en el
Mecanismo de Montevideo, que apuesta por el diálogo y la negociación y que ha
sido activado con la intermediación de Uruguay, México y la Comunidad del
Caribe (CARICOM). Ninguna de estas resoluciones fue adoptada debido al veto que
poseen sus promotores. De cualquier forma, la nota mala se la llevó Estados
Unidos quien fue quien solicitó la reunión.
Conjugados, estos hechos
ocurrieron en medio de chantajes, movimientos de barcos y de tropas militares
del Comando Sur desde algunas islas del Caribe, como Puerto Rico, como fue
denunciado por Cuba; sanciones contra personas del gobierno y todo tipo de
mediadas mediáticas de presuntas movilizaciones multitudinarias de apoyo al
bufón y a la oposición atrincherada en la Asamblea Nacional en desacato a
través de las cadenas televisiva norteamericanas como CNN.
Ese mismo día en que se
llevó a cabo al Sesión del Consejo de Seguridad de la ONU, también se celebró
la 30ª Reunión de Jefes de Gobierno del CARICOM en San Cristóbal y Nieves en
una de cuyas resoluciones se solidarizó con el gobierno bolivariano, pugnó por
el diálogo y condenó cualquier intervención militar.
Dentro de este cúmulo de
medidas Washington construyó un presidente bufo “encargado de la presidencia de
Venezuela” que encarna la farsa de la historia contemporánea tanto de ese país
como de América Latina. Un personaje panglossiano que “despacha” desde Bogotá;
sin gabinete; que nombra sus “embajadores” en algunos países comparsa de
Estados Unidos y que no es capaz ni de ordenarle a un policía de calle que
arreste a un ladronzuelo o al trabajador del servicio de limpia para que recoja
la basura. Como marioneta, sólo se reconoce asimismo como “presidente” mientras
lo consiente y manipula el magnate de la Casa Blanca quien es verdaderamente el
dueño del circo, mientras que el bufón se entretiene con el juego de los
payasos (¡y perdón por los payasos!) que son los disminuidos presidentillos de
Colombia y de Chile, además de los otros que también son miembros del Cártel de
Lima. Ambos estuvieron en la frontera, en Cúcuta, junto al decrépito Almagro y
el presidente de ultraderecha Iván Duque todos dirigiendo las guaribas y a los
guarimberos (muchos de ellos auténticos paramilitares uribistas) contra el
pueblo venezolano y su fuerza armada con el “fin” de introducir la famosa
“ayuda humanitaria” que no es otra cosa que el Caballito de Troya de la
intervención imperialista para apropiarse del país y de sus recursos naturales
comenzando con el petróleo, cuya empresa CITGO, filial de PDVSA, que opera en
Estados Unidos ya ha sido confiscada por el régimen norteamericano por un valor
en activos y cuentas en el exterior de 30 mil millones de dólares. El objetivo
es asfixiar al “régimen autoritario venezolano” - diría Mike Pence - para
provocar una crisis social que pudiera derivar en una auténtica guerra civil,
que sería justamente el caldo de cultivo para la intervención ya sea directa de
las tropas imperialistas de Estados Unidos o bien, de Colombia o en una suerte
de acción combinada. Entre otras cosas esto llevó a la ruptura de relaciones
políticas y diplomáticas de Venezuela con este país debido a las constantes
agresiones en su contra según declaró el presidente constitucional Nicolás
Maduro.
Violando la disposición
del Tribunal Supremo de Justicia que prohibió al diputado suplente,
autoproclamado presidente (bufo) salir del país en virtud de estar siendo
investigado por la justicia por varios crímenes, entre ellos el de traición a
la patria, en aras de acatar las órdenes norteamericanas de apoyar las
guarimbas intervencionistas, cruzó ilegalmente la frontera y llegó a Colombia
donde permanece, convirtiéndose en presidente bufo “en el exilio”. Esto fue un
error, también bufo, que tal vez se explique debido a que el personaje
panglossiano creyó fehacientemente que la embestida imperialista iba a fructificar
al intervenir con la “ayuda humanitaria” en Venezuela. Cuestión que fue
completamente frustrada por el pueblo y la Guardia Nacional Bolivariana (GNB).
Evidentemente que este es otro acto de provocación (secundado por los
presidentes de la ultraderecha pro-yanqui) para continuar mediáticamente
sosteniendo su estatus de “presidente (bufo) encargado” en el exterior, ante la
frustración y furia de la ultraderecha venezolana y de sus jefes
norteamericanos de no haber hasta ahora cumplido con sus objetivos
estratégicos. Este trasnochado personaje que encarna la falsedad y la crisis de
todo un régimen global capitalista-imperialista ya anunció una próxima visita a
su “homologo” presidente de ultraderecha del Brasil, el sr. Bolsonaro,
seguramente para continuar con sus acciones desestabilizadoras contra la
revolución venezolana y su gobierno legal y legítimo bolivariano.
Pero a pesar de toda esta
brutal embestida del régimen imperialista norteamericano a través de un
bombardeo sistemático, permanente y sin fronteras de fake news mediante los
medios corporativos de comunicación y las redes sociales, no ha provocado otra
cosa que radicalizar y concientizar más y más a las masas populares de
Venezuela — incluso a muchos sectores antichavistas de la oposición que están
en contra de cualquier intervención — y fortalecer todavía más la Unidad
Cívico-Militar de las fuerzas bolivarianas del país.
* Adrián Sotelo Valencia
es investigador del Centro de Estudios Latinoamericanos de la DCPyS-UNAM.
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