16-10-14.
N. No. 309
LA
CHISPA QUE INCENDIO TODA LA PRADERA
Jorge Echazú Alvarado
Primer Rector Autonomista de la UPEA.
La historia verdadera y auténtica de la UPEA, está sumida en la más
completa confusión por el carácter complejo que tuvieron las jornadas heroicas
de octubre de 2003. Por entonces, la juventud alteña dispuesta a conseguir por
todos los medios la autonomía universitaria que le correspondía por Ley
Constitucional, se dispuso a combatir sin tregua para conseguir sus propósitos
mediante la movilización de toda una ciudad que apoyaba resueltamente todas esas aspiraciones.
Las jornadas del octubre rojo de 2003, tuvieron como vanguardia
rebelde a la juventud universitaria que junto a sus reivindicaciones específicas,
planteaba una oposición franca a los gobiernos neoliberales. Los
acontecimientos se fueron profundizando y radicalizando en medio de una bárbara
represión de parte del gobierno gonista que pretendía ahogar en sangre la rebeldía
estudiantil y popular.
Finalmente un 17 de octubre, hacen once años, una gigantesca
movilización alteña que tenía francos propósitos revolucionarios de derrocar al
Gobierno, consiguió la huida vergonzosa y apresurada del oligarca Sánchez
Lozada a su cueva conocida: los Estados Unidos.
Estas gloriosas jornadas que han quedado grabadas en letras de molde
en la historia nacional, y al margen de cualquier falsa modestia, fueron
encendidas por la chispa universitaria que consiguió incendiar toda la pradera
seca de las necesidades de un pueblo olvidado como el alteño. Al frente de las
mismas se encontraba una juventud cuya cabeza dirigente era claramente la conducción
universitaria que sobrepasando los estrechos límites autonomistas universitarios,
planteaba un cambio radical de la política nacional en general.
Sin embargo, a once años de tan inolvidables acontecimientos, surgen
de las sombras de la mediocridad y la mezquindad, voces que pretenden enlodar
el prestigio de los actores directos de esas jornadas, méritos que fueron
ampliamente reconocidos por la comunidad universitaria alteña en distinciones,
diplomas, títulos, como los de “Rector Honorario Vitalicio”, “Doctor Honoris
Causa”, “Docente emérito”, y otros.
En primer lugar, una
escandalosa “auditoria” elaborada entre gallos y a media noche por una “Contraloría”
ciega, sorda y muda, a cargo del señor Gabriel
Herbas, intenta inculparme como responsable de apropiación de recursos
económicos del Estado asignados a la UPEA, siendo así que se pusieron en su
conocimiento todas las pruebas como son los extractos bancarios que acreditan
mi total y completa inocencia de los cargos infames y fraudulentos. Por otro lado, un pequeño personaje (Edgar Rosso López) que fungía como
Director Jurídico de la UPEA, tiene el atrevimiento de deslizar “informaciones”
a un despistado reportero de “LA RAZON”, que irresponsablemente, publica en tan
prestigioso matutino, una serie de calumnias e infamias contra la persona del
Primer Rector Autonomista de la UPEA.
Es bien sabido por el mundo entero y sus alrededores que JAMAS DICHO
RECTOR, manejó las cuentas fiscales de la UPEA y por lo mismo no podía, en absoluto,
apoderarse de recurso alguno, ni ha sido objeto de denuncia alguna, juicio o
procesamiento.
Felizmente en una reunión de esclarecimiento con la dirección de aquel
matutino se llegó a establecer que efectivamente no existía ningún respaldo
documental para el sostenimiento de las calumnias e infamias cargadas contra el
autor de estas líneas.
Finalmente y por enésima vez, expresamos nuestra voluntad de recurrir
a TODOS LOS MEDIOS DISPONIBLES para rescatar la verdad histórica y poner en el
banquillo de los acusados con la seguridad de que volverán a parar a las celdas
de San Pedro, con pruebas irrefutables, a aquellos que, quién sabe por qué medios
y recursos vedados, lograron que Contraloría General los excluya textual y
maliciosamente de cualquier Auditoría, cometiendo el delito de encubrimiento, siendo
así que fueron ellos, precisamente ellos:
Javier Sebastián Tito Espinoza, Edgar Chipana, Mauricio Cori y cia, quiénes
son los responsables directos de los manejos dolosos de los recursos fiscales
de la UPEA.
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