lunes, 6 de abril de 2020

RESERVAS INTERNACIONALES Y EL "DESPILFARRO" DE EVO MORALES


RESERVAS INTERNACIONALES 
Y EL "DESPILFARRO" DE EVO MORALES

Luis Alberto Echazú Alvarado

Se ha conocido públicamente que hasta el 31 de marzo de 2020 las reservas internacionales del Banco Central de Bolivia son de 5.900 millones de dólares. Efectivamente, las reservas internacionales estaban en algo más de 6.400 millones de dólares al 31 de diciembre de 2019, se utilizaron 500 millones de dólares para la compra de los bonos del tesoro que estaban en poder de las AFPs, por ello si restamos este monto de los 6.400 millones, tenemos evidentemente un nuevo saldo de 5.900 millones de dólares. Se utilizaron 1.000 millones de dólares para la adquisición de equipamiento médico y de bioseguridad, insumos, reactivos para los análisis y medicinas, presumiblemente también para incrementar el presupuesto de salud, destinado a un mayor número de itemes para médicos, biólogos, enfermeras, auxiliares y personal de apoyo logístico y administrativo.

¿De dónde salieron estos 1.000 millones de dólares?
Si no son de las reservas, ¿de dónde salieron?
¿Del presupuesto general de la nación?
Si esto es cierto, ¿de qué instituciones y de qué partidas? 

También se conoce la adquisición de equipamiento para la Policía para tareas represivas, de modo que sería contradictorio utilizar este presupuesto para salud.
Entonces, ¿de donde se obtuvo este monto tan elevado?

El gobierno está obligado a esclarecer el origen de este dinero.
Si este enorme monto, unos 7.000 millones de bolivianos, proviene del tesoro, se debe informar con precisión de qué instituciones y de qué partidas.

Si es el caso, el presupuesto de estas instituciones tuvo de disminuir en el mismo monto. Pero, si no proviene del TGN, entonces, ¿de las reservas internacionales?

Si esto es cierto, tal como lo señalamos en un artículo anterior, las reservas se habrían reducido a menos de 5.000 millones de dólares o más exactamente a 4.900 millones de dólares. Si en los próximos meses la balanza comercial sigue un curso deficitario, que es lo más probable por la brusca caída de los productos de exportación como el gas y los minerales, que esperemos se pueda  neutralizar en parte por la disminución de las importaciones, las reservas caerán aún más, erosionando la estabilidad cambiaria, que se mantuvo por más de una década, e impulsando de esta manera un proceso inflacionario.

Sin embargo, a pesar de todo ello, las actuales reservas internacionales así disminuidas, son suficientes para asegurar importaciones de 6 a 7 meses, un  nivel envidiable para cualquier gobierno del pasado, que en el mejor de los casos registraba reservas para dos o tres meses como máximo. El gobierno de Evo Morales dejó reservas en un monto de 1.500 millones superior al nivel actual.

Las actuales reservas internacionales así disminuidas, representan un monto tres veces mayor que el que recibió Evo Morales de los gobiernos neoliberales, cada uno de los cuales dejaba a su sucesor reservas insignificantes. 

Aun así, persiste de manera insistente y hasta de una morbosa falsedad la calumniosa versión del despilfarro de 14 años de gobierno de Evo Morales.

Pero, el monto de las reservas internacionales es sólo un indicador que da al traste con esas acusaciones, y si eso fuera insuficiente podemos nombrar de forma sintética y resumida algunos datos que demuestran al amable lector la falacia de esta insana prédica.

Decenas de hospitales de primer, segundo y tercer nivel, dos institutos de medicina nuclear (uno en La Paz concluido y otro en Santa Cruz en avanzada construcción), miles de ambulancias, miles de unidades educativas, computadoras para maestros y estudiantes, se logró erradicar el analfabetismo, decenas de institutos técnicos, centros de investigación, universidades indígenas, infraestructuras del sistema público de universidades, centros de convención, campos feriales, sedes sociales y sindicales, decenas de mercados y centros de abasto, miles de kilómetros de carreteras asfaltadas, una media docena de ellas de doble vía, puentes que cruzan los ríos amazónicos y que por primera vez permiten una verdadera integración entre oriente y occidente, agua potable, y electrificación rural, tren eléctrico de Cochabamba, represas y atajados, centrales hidroeléctricas, centrales termoeléctricas, parques fotovoltaicos y eólicos, el teleférico más extenso del mundo en La Paz y El Alto y que transporta al mayor número de pasajeros, el satélite Túpac Katari, complejos deportivos, stadiums reglamentarios para el futbol profesional, villas olímpicas,  piscinas olímpicas y semi-olímpicas, fábricas de papel, cartón y vidrio, plantas de cemento en Oruro y Potosí, plantas separadoras de líquidos, plantas industriales de azúcar, alcohol, leche, plantas beneficiadoras de quinua y castaña, baterías de silos de considerable tamaño y volumen plantas de fertilizantes, urea y amoniaco, plantas metalúrgicas de Estaño, Cobre y Bismuto, ingenios mineros estatales y para cooperativas mineras, plantas químicas de Cloruro de Potasio y Carbonato de Litio, plantas de alta tecnología como las plantas piloto de materiales catódicos y de baterías, plantas de tuberías y  cañerías, etc., etc..

Esto permitió a Bolivia aumentar su producto interno bruto de 9.000 millones de dólares a 41.000 millones de dólares, sus exportaciones de 2.500 millones de dólares hasta un máximo de 12.000 millones de dólares.

Estas inversiones permitieron aumentar el salario mínimo en 5 veces y el aumento salarial anual siempre superior a la inflación, asegurando el aumento del poder adquisitivo de la población, reducir la pobreza y la pobreza extrema, la mortalidad materno infantil, la desnutrición y el abandono , erradicar el analfabetismo  y aumentar la esperanza de vida.

Aunque todo esto sea de conocimiento de todo el pueblo, la derecha fascista entronizada en el gobierno y sus aliados neoliberales tienen el descaro y la desfachatez de hablar de despilfarro.

¡¡¡SI ESTO ES DESPILFARRO, EL PUEBLO YA SENTENCIÓ: QUE VUELVA EL DESPILFARRO!!!

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