LA DECLARACIÓN DE LOS DERECHOS DEL PUEBLO TRABAJADOR Y EXPLOTADO
Tomado de Comisión del Centenario de la Revolución
Socialista de Octubre
La ‘Declaración de los Derechos del Pueblo Trabajador
y Explotado’ —que podría considerarse la primera ley fundamental del primer
Estado socialista de la historia—, promulgada poco después del triunfo de la
Revolución Socialista de Octubre y la proclamación del poder soviético, se basa
en la propuesta redactada por V.I. Lenin aprobada por la sesión del Comité Ejecutivo
Central del 3 de enero de 1918 y ratificada, con algunas modificaciones, el 12
de enero por el III Congreso de los Soviets de toda Rusia. Posteriormente, la
versión definitiva de la ‘Declaración de los Derechos del Pueblo Trabajador y
Explotado’ fue incorporada como Primera Parte (capítulos I a IV) a la primera
Constitución de la República Socialista Federativa Soviética de Rusia (RSFSR),
adoptada por el V Congreso de los Soviets de toda Rusia el 10 de julio de 1918.
Esta Primera Parte de la Constitución de la RSFSR de 1918 con la ‘Declaración
de los Derechos del Pueblo Trabajador y Explotado’ es el texto que reproducimos
a continuación.
DECLARACIÓN DE LOS DERECHOS DEL PUEBLO TRABAJADOR Y
EXPLOTADO
CAPÍTULO I
1°. Rusia es declarada República de los Soviets de
Diputados obreros, soldados y campesinos; a los que pertenece todo el Poder
central y el Poder local.
2°. La República de los Soviets de Rusia está
instituida sobre la base de la libre unión de las naciones, formando la
Federación de las Repúblicas nacionales de Soviets.
CAPÍTULO II
3°. Proponiéndose como objeto esencial la abolición de
toda explotación del hombre por su prójimo, el aniquilamiento total de la
división de la sociedad en clases, el aplastamiento sin piedad de los
explotadores, el establecimiento de la organización socialista de la sociedad y
el triunfo del socialismo en todos los Estados, el III Congreso de los Soviets
de Diputados, obreros, soldados y campesinos de Rusia, decreta lo siguiente:
a) Con el fin de realizar la socialización de la
tierra, queda anulada la propiedad individual sobre la tierra y todas las
propiedades rústicas son declaradas del dominio público y transferidas sin
indemnización a las masas trabajadoras, sobre la base de igualdad en el
usufructo de la tierra.
b) Todas las aguas y bosques, suelo y subsuelo, que
ofrezcan interés público, así como el material y herramientas, el ganado, las
granjas modelos y las explotaciones agrícolas, son declarados bienes públicos.
c) Con objeto de asegurar el Poder de los trabajadores
sobre los explotadores, quedan ratificadas las leyes de Inspección Obrera y la
Ley del Consejo Superior de la Economía Nacional, como primeros pasos hacia la
transferencia de las fábricas, industrias, minas y ferrocarriles y otros medios
de la producción y de transporte, en plena propiedad, a la República obrera y
campesina de los Soviets.
d) El III Congreso de los Soviets de Rusia considera
la ley de los Soviets relativa a la anulación de préstamos negociados por los
gobiernos del zar, de propietarios y de la burguesía, como el primer golpe dado
al capitalismo financiero internacional y expresa la esperanza de que el Poder
de los Soviets avanzará resueltamente en este camino hasta la victoria
completa de la revolución obrera internacional contra el yugo del capital.
e) El Congreso ratifica la nacionalización de los
bancos en provecho del Gobierno obrero y campesino como una de las condiciones
de la liberación de las masas del yugo del capital.
f) Con el
objeto de destruir todas las clases parásitas de la sociedad y para organizar
el régimen económico, ha sido instituido el trabajo obligatorio para todos.
g) A fin de
garantizar la plenitud del Poder a favor de las masas trabajadoras y de
eliminar toda posibilidad de restablecimiento del Poder de los explotadores, el
Congreso decreta el armamento de los trabajadores, la formación del Ejército
Rojo socialista de los obreros y campesinos y el desarme completo de las
clases posesoras.
CAPÍTULO III
4°. Expresando la resolución inflexible de arrancar a
la humanidad de las garras del capital financiero y del imperialismo, que en la
presente guerra, la más criminal de todas, han cubierto de sangre la Tierra, el
III Congreso de los Soviets se asocia a la unanimidad de la política seguida
por el Poder de los Soviets sobre la denuncia de ilos tratados secretos, la
organización de una fraternización, la más amplia, con los obreros y campesinos
de los ejércitos en lucha en el momento actual, y la obtención a cualquier
precio, por medio de medidas revolucionarías, de la paz democrática de los
trabajadores, sin anexiones ni indemnizaciones, sobre la base de la libertad de
los pueblos para disponer de sí mismos.
5º. Con este
mismo objeto, el III Congreso de los Soviets insiste en el abandono total de la
política bárbara de la civilización burguesa, que establece la prosperidad de
los explotadores, en algunos países predestinados, sobre la servidumbre de
centenares de millones de trabajadores, en las poblaciones de Asia, de las
colonias y, en general, de los pequeños países.
6º. El III
Congreso aprueba la política de los Soviets de los Comisarios del pueblo,
proclamando la total independencia de Finlandia, la retirada, comenzada ya, de
las tropas rusas de Persia, y reconociendo a Armenia la libre disposición de sí
misma.
CAPÍTULO IV
7°. El III
Congreso de los Soviets de los Diputados obreros, soldados y campesinos de
Rusia estima que ahora, en el momento de la lucha decisiva del proletariado
contra sus explotadores, no puede haber ningún lugar para éstos en un órgano
cualquiera de los Soviets. El Poder debe pertenecer íntegra y exclusivamente a
las masas trabajadoras y a su representación autorizada, a los Soviets de los
Diputados obreros, campesinos y soldados.
8º. Al mismo
tiempo, esforzándose en crear una alianza efectivamente libre y voluntaria y,
por lo tanto, más sólida y más estrecha, de las clases trabajadoras de todas
las naciones de Rusia, el III Congreso de los Soviets se limita a establecer
los principios fundamentales de la Federación de las Repúblicas de los Soviets
de Rusia, reservando a los obreros y campesinos de cada nación la facultad de
tomar libremente en sus propios Congresos la decisión de fijar los principios
y las bases fundamentales de su participación en el Gobierno federal y en las
otras instituciones federativas de los Soviets.
Fuente: Quintiliano Saldaña, La Revolución Rusa. La
Constitución rusa de 10 de julio de 1918 Madrid, Editorial Reus, 1919
(Apéndice, pp. 95-116, primera edición íntegra en versión española de la Constitución
de la RSFSR de 1918).
No hay comentarios:
Publicar un comentario