jueves, 15 de noviembre de 2012

FUKUYAMA EL “FIN DE LA HISTORIA” Y LA CRISIS TERMINAL DEL CAPITALISMO

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15-11-12

FUKUYAMA EL “FIN DE LA HISTORIA”
Y LA CRISIS TERMINAL DEL CAPITALISMO

Volviendo a leer a Fukuyama y su “fin de la historia”, no hacemos sino confirmar lo diletante y atrabiliario de aquella obra que conmocionó a la “intelectualidad” pequeño-burguesa que hacía profesión de fe neoliberal y “enterraba” al marxismo, la liberación nacional y el socialismo.

Según Fukuyama, el “fin de la historia” no significaba precisamente la conclusión de los acontecimientos históricos, sino cabalmente el triunfo “definitivo” del liberalismo capitalista como forma final y absoluta del desarrollo del espíritu universal hegeliano. Toda la obra está dedicada a ensalzar el bienestar general, desarrollo económico, la libertad individual de los países europeos y no solamente de los países nórdicos, sino también de los mediterráneos, que habían sido alcanzados por la “derrota de los totalitarismos”.

Leamos algunos párrafos fukuyamistas:

“La transformación que ocurrió en Europa meridional en menos de un decenio fue notable. Se había visto a esos países antes como las ovejas negras de Europa, condenados por sus tradiciones religiosas y autoritarias a residir fuera de la corriente del desarrollo democrático de Europa occidental. Pero hacia los años ochenta, cada uno de esos cuatro países había realizado con éxito la transición hacia una democracia estable y eficaz, tan estable, de hecho que sus habitantes apenas si podían imaginar que hubieran vivido una situación distinta. (1).

No es difícil comprobar que las predicciones del autor hegeliano, estaban tan equivocadas que no pudieron sostenerse ni siquiera una década. No sabemos dónde anda Fukuyama, pero seguramente no querrá escribir nunca más sobre los galimatías hegelianos del fin de la historia, constatando lo que en estos mismos momentos está ocurriendo precisamente en los cuatro países meridionales de Europa citados por él (Portugal, España, Italia y Grecia) y en menor medida, aunque en el mismo sentido, las insurgencias sociales masivas en Francia, Irlanda, Bélgica, e inclusive en la Alemania de la Merkel.

Esto significa que las predicciones fukuyamistas se han desenmascarado como lo que siempre fueron: un intento manipulado de resucitar el hegelianismo como contrapartida a la concepción materialista de la historia de Marx y por otro lado, pretender la muerte de marxismo y el triunfo final y absoluto del liberalismo “democrático”.

El formidable llamado al paro movilizado continental europeo del 14 de noviembre, que ha sido cumplido en diversas proporciones en toda Europa, es el signo más claro de que la crisis Terminal del capitalismo se está produciendo indefectiblemente, pero que naturalmente su debacle final no está a la vuelta de la esquina y que para su concreción definitiva falta la lucha política y revolucionaria de las masas europeas oprimidas, hambreadas, y colocadas en la desesperación en estos momentos. Los ciudadanos europeos reprimidos están optando por múltiples respuestas extremas como ser el suicidio ante la impotencia de obtener que, por lo menos, se escuchen sus justas reivindicaciones.

Los despachos de prensa de hoy día 15 de noviembre, nos informan de las multitudinarias manifestaciones en cientos y cientos de ciudades europeas que prácticamente ya están tocando los límites del pacifismo, cuando los manifestantes son reprimidos con la fuerza bruta de los organismos de represión que es lo único que le resta al establecimiento europeo.

La tristemente célebre troika  (CE-BCE-FMI) manipuladora de las finanzas europeas, pretende seguir esquilmando a los pueblos en beneficio de los bancos que seguirán recibiendo los recursos multimillonarios de los famosos “rescates” financieros que deberán ser pagados, precisamente con los recortes de los derechos sociales de los trabajadores.

El capitalismo salvaje está llegando a los límites de la paciencia y la tolerancia de los pueblos. La propia crisis y el levantamiento revolucionario de los pueblos de Europa no están ya muy lejos en el horizonte histórico.

Nuestra más calurosa solidaridad con nuestros hermanos europeos a quiénes les damos la bienvenida al llamado “Tercer Mundo”.

Nota 1. Fukuyama, Francis. “El fin de la historia y el último hombre”.  Pág. 42.


PCmlm.

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