23-06-17
Int. No.
¿CUÁL SERÍA EL MUNDO SI HITLER HUBIERA VENCIDO A STALIN?
Sabemos muy bien que la tenebrosa Operación “BarbaRoja” que tenía como objetivo principal alcanzar Moscú en la primavera de 1941, buscaba la derrota relámpago del Ejército Rojo de Stalin y finalmente la victoria final de Wermacht con la captura de toda la Unión Soviética europea.
Estos objetivos estuvieron muy cerca de ser cumplidos, pues las hordas fascistas llegaron a los arrabales de Moscú, mientras el Mariscal Stalin presidía un desfile militar conmemorando un aniversario más de la Revolución Bolchevique en la Plaza Roja, desde donde los destacamentos de la resistencia marchaban directamente a los frentes de combate.
La reacción mundial, los fascistas del mundo entero y todos sus cómplices “democráticos”, festejaban ya la caída de Moscú y la derrota definitiva del comunismo.
Sabemos
muy bien, igualmente, que la heroica resistencia comunista en Moscú, después en
Leningrado y finalmente en Stalingrado, logró la victoria en esas históricas
batallas hasta los combates en Berlín y la final derrota del hitlerismo en
1945.
Ahora,
tratamos de pensar, ¿cuál sería el mundo
si las batallas nombradas hubieran sido favorables a la ofensiva nazi?
En primer lugar, un enorme empuje para la conquista del mundo como objetivo final del llamado Tercer Reich.
En segundo
lugar, un profundo desaliento para las verdaderas fuerzas democráticas y
revolucionarias del mundo.
Hitler, en poder de todos los recursos naturales y humanos de la Unión Soviética y sus 21 repúblicas hubiera encontrado un enorme impulso para la conquista de Gran Bretaña que podría ser aplastada con los cohetes teledirigidos que ya tenía listos para la producción industrial.
Con la ayuda del Militarismo japonés un virtual ataque a los propios Estados Unidos no habría sido nada imposible.
No
podríamos pensar todos los grandes males que se hubieron desatado sobre los
pueblos europeos, asiáticos y latinoamericanos y de todo el mundo con esas
victorias aterradoras del nazi-fascismo.
Hay que tomar en cuenta que la Alemania hitleriana estaba muy próxima a lograr la creación de las armas nucleares y atómicas, y la locura hitleriana no hubiera dudado un segundo para utilizarla masivamente contra los pueblos del mundo.
En
fin, sería largo pensar la catástrofe mayúscula que se hubiera desatado sobre
el mundo con las fuerzas nazis enseñoreadas a nivel global, hubieran dominado
Europa y el Asia.
La alianza occidental tenía una estrategia cobarde e insensata: pensaba que Alemania y Rusia se despedazarían mutuamente para luego intervenir sobre dos fuerzas exhaustas. Y por ello su política era la de ayudar al bando que se perfilaba más débil, para evitar el triunfo de que resultaba más favorecido en la contienda mutua. También esta estrategia estuvo muy cerca de lograse de no ser por el heroísmo soviético de derrotar a la Alemania nazi en 1945.
El solo pensar en los campos de concentración que hubieran sido abiertos para cumplir el sueño de Hitler que consistía en despoblar el mundo de las naciones inferiores mediante su aniquilamiento.
“Por tanto se nos impone el deber de despoblar, como tenemos el de cultivar metódicamente el aumento de la población alemana. Habrá que instituir una técnica de “despoblamiento”. Me preguntáis lo que significa “despoblamiento”, y si tengo la intención de suprimir a naciones enteras. Pues bien, si, es más o menos eso. La naturaleza es cruel, tenemos por tanto el derecho de serlo también. En el momento en que lance en el huracán de hierro y de fuego de la guerra a la flor del germanismo, sin que yo sienta pesar alguno por la preciosa sangre que correrá a raudales, ¿quién podría impugnarme el derecho a aniquilar a millones de hombres de razas inferiores que se multiplican como insectos y que, por lo demás, no hare exterminar, pero cuyo crecimiento impediré sistemáticamente…” (*)
¡¡¡He ahí el futuro de la Humanidad si hubiera vencido el nazi-fascismo hitleriano en Stalingrado y Moscú!!!
(*) Rauschning, Herman. Antiguo jefe nacionalsocialista del Gobierno de Danzig. “Hitler me Dijo”. Librería Hachete. Buenos Aires 1940. Cuarta Edición.
PC-mlm
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