Publican semblanza de líder ruso escrito por su jefe de seguridad
Un diario ruso muestra la otra cara de Josef Stalin
Personaje. En sus memorias, el guardaespaldas describe a un Stalin como un hombre normal y modesto.
ANSA / Moscú - 15/03/2011. EFE
Los rusos recordaron el 58 aniversario de la muerte de Stalin en su ciudad natal de Gori.
Sin levantar indignación, sino más bien confirmando una tendencia desconcertante en la sociedad rusa, un periódico lanzó estos días las memorias del jefe histórico de la guardia personal de Josef Stalin, que retrata al jefe soviético como un hombre bueno, amante de su pueblo, los niños y los animales.
El diario Komsolmolskaia Pravda está publicando en serie las memorias de Nikolai Vlasic, quien fue jefe de guardia del cuerpo del secretario general del Partido Comunista de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) entre 1931 y 1952.
La publicación de 570 mil ejemplares comenzó el 5 de marzo, en ocasión del 58vo aniversario de la muerte de Stalin (1878-1953).
La ex URSS pasó, en efecto, bajo la conducción de Stalin, de ser un país rural a una potencia industrial, y el nivel de vida de la población se elevó pero, en contrapartida, dirigió un régimen represivo, caracterizado por la presencia de campos de trabajo, represión política y deportaciones.
Historiadores estiman que las víctimas de su régimen oscilan entre cuatro y 60 millones de muertos.
En sus memorias, Vlasic describe a un Stalin frugal, con pasatiempos “normales”, un hombre “modesto” que, por ejemplo, según evoca, vestía un abrigo usado que se negaba a cambiar y a menudo regresaba a su casa a pie desde el trabajo.
En vacaciones iba en otoño a Sochi, sobre el Mar Negro, donde leía muchísimo, amaba el cine, los bolos, el billar y la jardinería, con predilección por los árboles de limón y de mandarinas. Vlasic, muerto en 1967, describe a Stalin como un gobernante “bueno y paciente” que “pensaba en su pueblo”. La presunta magnanimidad de dictador está representada por el jefe de su custodia con el episodio en el que decide no despedir a un guardia que se había dormido en servicio y que había confesado esa acción.
Stalin amaba a los niños y hablar con ellos, según el recuerdo de Vlasic, quien afirma que sentía también cariño por los animales, en especial los perros, al narrar el episodio de un can extraviado que alimentó pero que finalmente se escapó.
La publicación de las memorias parece confirmar que la figura de Stalin sigue seduciendo a una franja sustancial de rusos.
El diario Komsolmolskaia Pravda está publicando en serie las memorias de Nikolai Vlasic, quien fue jefe de guardia del cuerpo del secretario general del Partido Comunista de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) entre 1931 y 1952.
La publicación de 570 mil ejemplares comenzó el 5 de marzo, en ocasión del 58vo aniversario de la muerte de Stalin (1878-1953).
La ex URSS pasó, en efecto, bajo la conducción de Stalin, de ser un país rural a una potencia industrial, y el nivel de vida de la población se elevó pero, en contrapartida, dirigió un régimen represivo, caracterizado por la presencia de campos de trabajo, represión política y deportaciones.
Historiadores estiman que las víctimas de su régimen oscilan entre cuatro y 60 millones de muertos.
En sus memorias, Vlasic describe a un Stalin frugal, con pasatiempos “normales”, un hombre “modesto” que, por ejemplo, según evoca, vestía un abrigo usado que se negaba a cambiar y a menudo regresaba a su casa a pie desde el trabajo.
En vacaciones iba en otoño a Sochi, sobre el Mar Negro, donde leía muchísimo, amaba el cine, los bolos, el billar y la jardinería, con predilección por los árboles de limón y de mandarinas. Vlasic, muerto en 1967, describe a Stalin como un gobernante “bueno y paciente” que “pensaba en su pueblo”. La presunta magnanimidad de dictador está representada por el jefe de su custodia con el episodio en el que decide no despedir a un guardia que se había dormido en servicio y que había confesado esa acción.
Stalin amaba a los niños y hablar con ellos, según el recuerdo de Vlasic, quien afirma que sentía también cariño por los animales, en especial los perros, al narrar el episodio de un can extraviado que alimentó pero que finalmente se escapó.
La publicación de las memorias parece confirmar que la figura de Stalin sigue seduciendo a una franja sustancial de rusos.
La muerte de una persona es una tragedia, la muerte de millones es solo una estadística.
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