sábado, 3 de septiembre de 2016

MUERE SOLIZ RADA, EL NACIONALISTA DE “IZQUIERDA”

03-09-16
N. No. 406.
MUERE SOLIZ RADA, EL  NACIONALISTA DE “IZQUIERDA”
Justamente cuando reaparece con todas sus fuerzas la polémica en cuanto se refiere al carácter político del nacionalismo “revolucionario” de Villarroel, Paz Estenssoro, Almaraz, Bedregal, Zavaleta, etc.; acaba de fallecer el representante último de esa tendencia historiográfica: don Andrés Solíz Rada.
En síntesis, la corriente nacionalista de “izquierda”, sostiene que sobre todo en el siglo XX, pasado, este nacionalismo “anti-imperialista” de defensa de los recursos naturales, tuvo que enfrentar a la derecha nativa y a una supuesta izquierda tradicional (léase en el lenguaje nacionalista el PIR el PCB y el PCMLM) y también a la colonialidad representada por el imperialismo norteamericano.
Con la aparición del libro “Minas, balas y gringos”, la tendencia sufrió un durísimo golpe, pues con una inmensa cantidad de documentos irrefutables, se comprueba que el tal  “anti-imperialismo” de los nacionalistas (Paz Estenssoro, 1960-1964), era en realidad una especie de chantaje al imperialismo por el peligro de una nueva Cuba en América Latina. Efectivamente consiguiendo su propósito, Paz Estenssoro se constituyó, mediante la Alianza para el Progreso y el Plan Triangular, en el gobierno y régimen favorito del Imperio y el modelo que se quería construir de desarrollo económico autoritario, recibiendo en consecuencia el apoyo total económico, político, financiero y militar del Imperialismo.
Entonces, la contradicción principal en Bolivia en esa época dramática de las minas, las balas y los gringos, en realidad enfrentaba, por una parte,  al pueblo boliviano representado dignamente por los mineros de Siglo XX, Escobar y Pimentel, y por otra la política imperialista de la Alianza y el Plan propiciados por el Imperio y su operador el MNR de Paz Estenssoro.
La tendencia nacionalista se empeña vigorosamente en la pluma de don Andrés, poniendo como ejemplo, precisamente las jornadas del 4 de noviembre de 1964. El párrafo pertinente de Almaraz y complementado por Solíz Rada, es el siguiente:
“La experiencia boliviana desemboca en el punto más ARDIENTE DEL DEBATE SOBRE LA REVOLUCIÓN EN NUESTRO TIEMPO. Los bolivianos hicieron la suya y su instrumento fue el MNR. La observación de que habría sido preferible otro tipo de revolución es pueril, porque la historia no es un escaparate. La revolución fue ésa y no otra, sin márgenes de elección. LA IZQUIERDA TRADICIONAL, ENFRENTADA CON LOS HECHOS, FUE INCAPAZ DE SUPERAR SUS INSUFICIENCIAS; AL RECHAZAR LA ÚNICA POSIBILIDAD QUE LE BRIDABA LA HISTORIA PARA VENCER SU PROPIA ALIENACIÓN, PERDIO EL CAMINO. EL 4 DE NOVIEMBRE TUVO LA ÚLTIMA POSTURA ABERRANTE: PENSABA ESTAR HACIENDO LA “VERDADERA” REVOLUCIÓN; EN REALIDAD ERA UN ACOPLAMIENTO MÁS EN EL CARRO DE LA REACCIÓN…” (*)
Esta postura clásica ya del nacionalismo “revolucionario”, ha sido pues completamente desmentida por el gran cúmulo de argumentos que señalan, precisamente al gobierno del MNR, como cómplice  orgánico del Imperio contra el interés revolucionario de los mineros de Siglo XX que representaban entonces el ideario anti-imperialista más genuino.
La desaparición física de don Andrés vuelve a poner en la mesa del debate, un interesantísimo tema sobre el carácter de la historiografía nacionalista tan ponderada últimamente como la “verdad” histórica.
Nota.
(*). Almaraz Paz, Sergio.  “Réquiem para una República”. Pág. 43. No aparece editorial.
Prólogo de René Zavaleta Mercado.

PCmlm.

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